Hubieron detalles que me hicieron pensar que se trataba de una humilde tienda de barrio. El espacio es reducido y algo caótico por la profusión de colchones, canapés y accesorios, tienes que tocar a un timbre para poder entrar, y la solitaria dependienta se toma su tiempo en informarte bien.Yo sólo quería saber…