No te dejes engañar por el aspecto de esta pequeña freiduría en pleno barrio de Canillejas:¡Se come de maravilla!La primera vez que me senté en su terracita, bajo los pinos, empezamos a pedir raciones como si no hubiera un mañana. «¡Eh, alto, locos!», nos dijo el camarero. Cuando llegaron las jarras heladas de…