Conozco este lugar desde que lo abrieron, hace ya unos años… Entonces estuve un par de veces y, la verdad, no he vuelto. No es que no me gustara, al contrario, es un sitio curioso, tranquilo, para tomar un café o un té, o por supuesto una copa de champagne, que es su reclamo. Lo ideal es hacerlo mientras lees…