Pues no era tan dorado como lo pintaban. Entré una tarde muerta de frío soñando con un dulce y creo que elegí lo peor de todo el mostrador, una galleta recubierta de chocolate negro que parecía que iba a hacerme volar y que luego resultó bastante blanda y hecha días atrás. Bueno, lo compensó la amabilidad de la…