Una cafetería en pleno centro con el encanto del siglo XX. Acogedora, castiza, contrasta con la mayoría de cafés. De los pocos sitios de Algeciras típicos que aún quedan, y de los que disfruto. Hay de todo para merendar, salvo quizá variedad de repostería, aunque no la echo demasiado en falta cuando voy…