Cada vez salía del gimnasio pasaba por el lado de las Buenas Migas y me decía a mí mismo, «un día que tenga tiempo me pasaré a desayunar, hace buena pinta». Luego de un tiempo, el momento llegó, y entré, hacía calor, las terrazas estaban llenas de gente extranjera. Llegué a la caja para pedir un simple…