Voy a asumir que estás en Bellavista, son las 4 — 5 de la mañana, acabas de salir de una fiesta espectacular, hay un poco de alcohol en tu sangre y tienes hambre, pero hambre de algo rico, chancho y grande.Es cierto que a sus alrededores hay más carritos que venden lo mismo, pero ninguno es como este, el…