Siempre renegué de no querer gastar una fortuna en comprar lentes de marca, porque me parecían una exorbitancia sus precios y no estaba dispuesta a pagarlos por ningún lente que aminorara los efectos del sol sobre mis ojos. Pero, no sé si por la edad, o por probarme una y mil veces las gafas de mis amigas, di…