Si me preguntaban, hace un tiempo atrás, qué prefiero entre pasar una noche en el cementerio, o ir al odontólogo, sin dudas hubiera escogido la primera opción. Soy fóbica a los consultorios dentales, tornos y todas esas cosas. Hasta que conocí a Flavio Steeman, recomendado por varios amigos míos, que es uno de…