No conozco a nadie que niegue que la remodelación del parque fue positiva. Disfrutado por ciudadanos de todas las edades, tamaño suficiente para leer un libro en completo silencio, correr una pelota, alimentar a los patos, tomar mate, disfrutar incluso de los vendedores de comidas dulces y saladas dando vueltas…