Es un lugar que hace la diferencia en Santa Fe. Me recuerda mucho a las cafeterías de Recoleta o Palermo. Este local funciona en una casa italiana con un patio bastante grande. Muy bien ambientado, buenos productos de pastelería, tienen té Inti Zen(mmm, no es mi favorito). Las croissants que pedí estaban muy buenas, el queso blanco y la mermelada casera que las acompañaban, mucho mejor. El scon dulce se notaba que estaba fresco, hecho en el día. El espresso, como sucede siempre en Santa Fe, es jugo de paraguas. Creo que me doy por vencido en ese sentido. El único punto en contra que le encontré a la ambientación de La Pastelería, es que al igual que sucede en muchos lugares en Santa Fe, el nivel de ruido es alto por la acústica. Es muy difícil entablar una conversación, pero no todo es culpa del lugar, también es que los argentinos hablamos a los gritos.