Verdulería 3 de Febrero 412

Cuando me mudé de ese barrio, le pregunté a Ulises si no se iba conmigo, si no me quería seguir… jaja! ¡Lo juro!
Es que abandonar a tu verdulero de confianza es todo un tema. Creo que es lo que más extraño de barrio Martin.
Siempre le dije «la verdulería de Ulises» aunque no tengo idea si cuál sea su nombre real. Es un negocio familiar atendido por el propio Ulises que es un flaco muy copado con unas rastas hasta la cintura, su madre Lali que es amorosa y siempre te recomienda algo para cocinar con las verduras, la hermana de Ulises — Clarisa — que pone empeño en elegir buena mercadería, y otro chico más joven pero que no recuerdo su nombre.
El local es súper superchiquito, en general sacaba número y esperaba afuera. Casi me atrevo a decir que no hay hora pico en esta verdulería, directamente siempre está llena. Ir con mucha paciencia y ganas de charlar con los vecinos porque se espera. Algunas veces pasaba tipo 4 de la tarde para evitar un poco de gente, pero a la tardecita es para estar media hora al menos.
La mercadería es buena, no se destaca pero está muy bien. Cuando algo está muy caro en el mercado, no lo llevan, eso me gusta porque te cuidan el bolsillo. Suelen traer una rúcula de campo muy sabrosa. Los precios son convenientes.