Plaza Tarragó Ros

Si hay algo que llama la atención de la Tarrago Ros son los murales pintados, extrañamente prolijos y pulcros. No están pintados ni ensuciados con aerosol, el bello arte de la plaza sigue inmaculado y por ahora sin ser vandalizado. Quizás porque se aprecia el lugar común en al barrio.
Una plaza pequeña que no tiene mucho más que un par de juegos para niños, unos banquitos y escasa iluminación. Un reloj de esos solares que dejo de funcionar el día que Alfonsín se fue del gobierno.
Es una placita de barrio, no hay mucho espacio ni para jugar a la pelota, tampoco gente intentando hacerlo. Se pueden ver a la noche algunos mendigos durmiendo en los banquitos, y de día pequeños grupos de jóvenes tomando mates, no superan los cinco o seis pibes.
Tiene identidad propia, creo que se hizo todo lo que se puede hacer para embellecer esa pequeña porción de tierra y pasto. En la zona, como siempre la zona sur, es muy apreciada, no encantan los espacios verdes, los respetamos y los cuidamos.
Un ejemplo de que no hace falta tener un ostentoso espacio para hacer algo lindo y acogedor.

Son muy imponentes los colores que emanan las paredes de esta plaza. Siempre que paso me es inevitable no torcer la mirada hacia los sellos urbanos que hacen su autentica apariencia. Además es fija que le hago algún comentario al que me acompaña de algo nuevo que encontré en alguna de las pintadas.
Me llama la atención su ubicación, y su presencia, porque es una esquina que forma como un pasillo angosto con varios metros de largo, donde ningún trozo de cemento ha pasado por desapercibido, sin ser pintado
Me gusta porque es un sector publico de la zona sur que está muy cuidado. Cesped corto, mesas, y muchos juegos para niños. Es muy tranquila, nunca hay mucha gente, y tiene una vista muy abierta a sus alrededores.

¡Me regusta esta plaza! La descubrí porque queda camino a la casa nueva de mi hermana, y cuando la fui a visitar me llamó mucho la atención porque es larga y finita y da contra medianeras, además está TODA pintada con estilos de los más diversos, casi ninguno es lo que elijo, pero todo entero queda arman una obra increíble que le da al espacio una particularidad que cautiva.
Además, nunca hay un montón de gente, por lo que si andás por Zona Sur en busca de un lugar tranqui re va, hay mesitas para sentarse y está copada para niños porque hay jueguitos y mucho espacio para pelotear, está siempre muy limpia y el césped bien cuidado. Como queda en un lugar con edificaciones bajitas, tenés un montón de apertura y cielo para ver.

Esta plaza ubicada en la zona sur de la ciudad, esta como «escondida», por ahí no pasa ninguna avenida importante. No se caracteriza por ser la más grande. Tiene un mástil que rara vez tiene izada una bandera. Un reloj que a las 9 de la mañana marca las 5 de la tarde. Tiene pocos árboles. También tiene varias mesitas con banquitos de cemento, muy lindas, ideales para tomar mate. Tiene bastantes juegos, divididos en dos sectores, y rodeados por rejas (algo importante a la hora de contener a los pichichos que se sienten atraídos por la arena).
Pero el mayor atractivo de la plaza, lo que llama la atención cuando uno pasa por ahí, y hace que den ganas de bajarse aunque sea unos minutos y sacar algunas fotos, es que la pared sobre la que se posa la plaza, constituye 150 metros de puro arte: un graffiti al lado del otro, verdaderas obras de arte, llenas de vida y color, atractivas para cualquier ojo. Estas obras de arte urbano fueron producto de «SUDA», el 1° Evento Internacional de Arte Urbano, que duró 3 días e implicó intervenciones en varios sitios de la ciudad. En la pared de la plaza se puede ver un sector con todas las firmas de los participantes.