M24 Sucursal Pellegrini y Mitre

Parte del fenómenos de los «minis», la cadena M24 esparció locales por toda la ciudad.
Éste en particular, no es tan grande como otros, pero se las arregla. Es el típico lugar de previa donde van grupos grandes de chicos a tomar una cerveza antes de salir. Pero algunos siguen y pasás a las 3 de la mañana y tenés gente en las mesas.
Si bien es un minimarket, se pone medio bolichero. No se baila pero está bastante oscuro y la música fuerte. Suelen poner al principio un poco más punchi y después se mandan unos cumbiazos.
Es un lugar para ir en modo fiesta, nada de ir a tomar algo tranquilo.
En la vereda ponen mesas, está bueno para el verano o para los fumadores empedernidos. Las veces que fui, elegí la vereda, pero porque no me bancaba la música!
Los precios son elevados para kioscos, pero barato para bar. Es un intermedio, un híbrido de la noche. El porrón, por ejemplo, está algo de $ 40 que es caro para un kiosco, pero bueno este tiene el diferencial de tener onda para quedarse ahí a tomarlo. También se pueden comer algo muy al paso.

Las veces que fui, siempre me senté afuera.
Un poco oscuro, con luces que no sabés si ya se hizo la noche o todavía hay sol, prefiero la vereda.
Una coca o una cerveza con papas, a la pasada y a seguir camino, está bueno.
No es «el» lugar que elijo para estar tranqui, por el ajetreo de la calle (plena Pellegrini) pero es una opción si andás por ahí.
Los precios podrían ser mejores, pero tampoco te arrancan la cabeza.
Por las noches de los fines de semana se llena de chicas y chicos, promedio 20 años, que se juntan acá a hacer la «previa»
Como dicen las tres estrellas, normal, nada del otro mundo.

Una cadena de «minis», con varias sucursales. La única a la fui algunas veces, es a la que está ubicada en Pellegrini al 1221 (Casi esquina Mitre), y la verdad que no puedo ni hablar mal del lugar, ni tampoco hablar maravillas. Es un mini que su mayor activo es que tiene mesas en la vereda (aunque siempre de noche están llenas), y su mayor pasivo es el interior, ya que es bastante oscuro y poco agradable. De día funciona como un lugar donde podes ir a hablar un rato con amigos tomándote una coca con maníes. De noche, funciona como uno de esos sitios donde la gente joven hace «la previa» antes de ir al boliche, o se junta a tomar unos «porrones» (si, esta es la forma en que los rosarinos llamamos a la cerveza de litro jajá). Los precios, a mi entender, son muy elevados, ya que una coca con maníes te sale más caro que en la mayoría de los quioscos; esto puede deberse a que el lugar este apuntado a la «movida nocturna» (donde lógicamente los precios aumentan en todos lados), sin embargo me parecen un tanto excesivos para lo que el lugar ofrece.