La Pecera minimarket

La pecera es de esos minis que estuvieron muy de moda cuando lo de los after office no se usaba tanto, o tal vez sea un problema simplemente generacional, el tiempo pasó y dejamos de ir a la pecera en pollera y ojotas para ir a bares por oroño con pantalón chatitas como si viniéramos de una oficina que nunca pisamos.
En fin, verano e invierno siempre hay gente en la pecera. Mirando partidos de futbol, charlando con amigos o alguno en una cita casual. Está ubicado en pleno centro de la ciudad entonces, siempre queda de paso y es una buena opción ir a tomar algo a este lugar tan particular.
Los precios no son una ganga, pero hay que invertir de vez en cuando en la amistad también! Venden de todo, cervezas, gaseosas, jugos, y con lo que quieras acompañar galletitas, maníes, cosas dulces. Venden también café y suele estar el diario dando vueltas para darle una miradita.

Cuando arranca la primavera este es un mini-​market que frecuentamos mucho con mis amigos. Siempre coordininando sobre la marcha según las actividades de cada uno al salir del trabajo o de cualquier otra cosa ponemos este mini market como punto de encuentro. Sobre todo durante la semana cuando uno no tiene mucho tiempo y la onda es una cerveza charla de por medio y a seguir.
En La Pecera Mini-​market siempre tenés todas las cervezas muy frías, lo cual no es un dato menor, podés elegir sentarte adentro o afuera… en la verdeada después de las 18hs cuando ya terminó todo el caos de los bancos de alrededor está bueno elegir estar afuera. Si estas acalorado adentro cuenta con aire acondicionado. Siempre podés sentarte a leer el diario, tomar un café con leche con medialunas o pedir que te calienten algún sándwich de los disponibles.
Tienen lo común y corriente que encontramos en todo mini-​market, con el plus que la atención es muy buena y que está en pleno centro de la ciudad, con los precios no se la deliran asi que podes ir de pasada por un porrón y seguir!!!

A la vista pero escondido, la Pecera es un minimarket raro, distinto, algunas veces es un kiosco, otras un mini porronero e incluso otras un barcito cafetero.
Muchas veces anduve por ahi, la que mas recuerdo fue una fria mañana de junio cuando hacia tiempo para una entrevista de trabajo, llegue, me compre un atado de puchos, me pedi un café doble con dos medialunas y unos caramelos de menta.
El café estaba justo, como me gusta a mi, por suerte me atendieron rapido, que es lo que yo necesitaba, muy atento el muchacho diria mi abuela.
Le deje 10 pesos de propina al mozo pensando en el karma, fui a la entrevista de trabajo y no quede.
Tarde meses en volver a ir, y cuando lo hice fue a tomar unos porrones a la noche. no volvi a dejar propina.

La pecera es un lugar de mi adolescencia no tan temprana y un poco de mi jovial adultez, porque sigo yendo bastante seguido. Queda San Lorenzo entre Entre Ríos y Corrientes, a mitad de cuadra del lado de los impares. Es íntegramente vidriado y de ahi viene su nombre.
Tiene mesas adentro y afuera, bastante mesas en ambos sectores. Obviamente el de afuera es sector fumadores, tiene como una barrerita de reja que separa de la parte donde pasan los autos y de paso podés atar la bici sin problemas. Adentro siempre, pero siempre y sin excepción, nieva. El aire acondicionado en cero grados constantemente. Sí, cuando hace mucho calor afuera parece buena idea entrar, hasta que te empezás a congelar y preferís morir antes que derretirte afuera o transformarte en hielo adentro.
Es un minimarket de cerveza, hay otras cosas, mucha variedad, pero es de porrón. El precio es más parecido a un bar que a un kiosco, pero está tan bien ubicado que siempre está lleno.

La Pecera es lo más. Es un mini grande ubicado por calle San Lorenzo, justito a mitad de cuadra entre Entre Ríos y Corrientes, en un lugar que a mí me parece estratégico: está ahí nomás de una de las paradas de colectivos más concurridas del centro rosarino, a un par de metros de una sala de teatro y a una de uno de los teatros principales de la ciudad, a la salida de un estacionamiento que siempre tiene flujo de coches que entran y salen, en una zona de oficinas y edificios.
Este mini vende de todo en materia de quiosco y bar de paso: chocolates, golosinas, alfajores, galletitas, jugos y gaseosas, sánwiches envasados, ensaladas de fruta, cigarrillos. Pero además venden todas esas cosas saladas que le hacen tan mal a la salud, papitas, chizitos, palitos (¡Peps! me encantan) y maní, de varias marcas (y en consecuencia, de diferentes precios) y variedad de bebidas alcohólicas, por lo que se convierte en un punto de encuentro ideal para hacerse una picada al paso con amigos, sobre todo si estudias en Humanidades y salís de clase pasadas las 20 hs. Para tomar venden mucha variedad de cosas, y por ejemplo yo, que no tomo cerveza y sí cosas como Dr. Lemon o Pronto, amo este mini porque siempre hay algo para mí.
La vereda frente al mini es ancha y entran muchas mesas con sillas, sino adentro hay algunas mesas de madera también, tienen aire acondicionado y el tele siempre puesto en canales de deporte. Ideal para pasar un rato con amigos.