Kiosco “de la Pochi”

El kiosco de la Pochi es legendario en la zona. Lo atiende, por supuesto, la Pochi misma en persona, quien conoce a cada una de las decenas, o centenas, de personas que consumen sus ofertas.
A la Pochi se va cuando ya cerró el súper, tanto al mediodía como a la noche. Ella misma es un supermercado, aunque no autoservicio, y por ello es que la cola para comprar en la Pochi es lenta y sufrida.
Sin embargo, es mucha la gente que vuelve de trabajar después de las nueve y recuerda que en su casa no tiene nada para comer. Entonces, no queda más remedio que ir a aumentar el número de gente en espera para comprar las hamburguesas, el fiambre, las salchichas.
Además, la Pochi vende postres de esos que vienen en un envase plástico, y que están de moda últimamente: cheese cake, tiramisú, selva negra, o flan. También suele tener chajá, que no es feo para nada y que siempre es fresco.
Por supuesto, como el rubro es kiosco, vende golosinas y cigarros, aunque no es el fuerte del local. También hay productos de limpieza, de perfumería, juguetes y chucherías en cantidad. Todo un emblema en la zona, la Pochi, y su caniche toy.