ICR – Instituto Cardiovascular de Rosario

Este instituto se creó como una institución dedicada a la prevención y atención de enfermedades del corazón de alta complejidad, con el tiempo incorporaron otras especialidades afines y tecnologías dedicadas al diagnostico y tratamiento del paciente. El ICR es un sanatorio de primer nivel, el mejor en afecciones cardiovasculares en Rosario, tanto sus instalaciones como el cuerpo médico son de primer nivel en la ciudad y en la provincia.
Las habitaciones son impecables, cómodas y muy confortables. Las camas cuentan con control eléctrico de posición, para adecuar la cama según la comodidad del paciente; poseen otro control para llamar a la enfermera al personal de limpieza o para adaptar la luz de lectura. Las habitaciones cuentan con servicio telefónico durante las 24 horas. Tienen televisores de primer nivel y servicio de cable. Cada paciente puede hospedar un acompañante en su habitación, Hay régimen de visitas que funcionan de 15 a 20 horas.
Respecto al servicio de alimentación esta cuidado por nutricionistas, quienes preparan una dieta balanceada según indicaciones medicas. Usualmente el acompañante almuerza o cena con su familiar en la habitación, este es uno de los servicios que brinda este prestigioso sanatorio.
En el primer piso funciona el comedor y bar del sanatorio para los familiares y visitas. Brinda servicio de comidas y cafetería, que puede solicitarse a la habitación si lo desea comunicándose al interno 174.
El ICR cuenta con una cartera de profesionales de renombres, lo mejor en el área cardiovascular de Rosario. Entre las especialidades y servicios médicos que realizan se encuentran cirugías cardiovasculares, cardiología, trasplantes hepáticos, cirugías en general, anestesiología. kinesiología y servicios ambulatorios. Los turnos se pueden realizar por teléfono o por reserva online desde su página web, figuran los médicos y las especialidades, y el sistema para pedir turnos es realmente práctico.
ICR es lo mejor en tratamientos del corazón, cirugías y trasplantes. La atención, las instalaciones. limpieza y calidez del personal y del cuerpo médico hacen que sea un lugar de primer nivel. Lo mejor en Rosario.

Tuve varias experiencias en el ICR y todas resultaron muy bien. La atención es excelente y cuenta con todos los servicios necesarios para que la situación sea un poco más amena.
Creo que tenía nueve o diez años cuando me tuve que realizar una intervención quirúrgica en la pierna que necesitaba si o si control cardiológico. Entre todas las opciones que incluíà la obra social, que no eran muchas, el ICR fue el que elegimos por su alto nivel de profesionales y por lo completo de sus instalaciones.
Por suerte todo salió bien, solo estuve dos días internada por observación, por lo que recuerdo que la habitación era grande, cómoda y que había una gran tele que ayudaba a pasar el tiempo.
Más allá de mi experiencia, el Instituto es reconocido porque se mantiene como un lugar de primer nivel, actualizado, con incorporación de las últimas tecnologías para el diagnóstico y tratamiento de las afecciones cardiovasculares. Prueba de ello, es que los mejores profesionales de Rosario, trabajan aquí.
Un dato importante y que puede ser útil, es que en el ICR se pueden realizar estudios de urgencia, a mí me paso hace poco que necesitaba un electocardiograma para presentar en un trámite y acá conseguí que un domingo a las 19, con un llamado previo y un certificado de la obra social, me atienda un médico de guardia y me lo entregue en el momento para que lo pueda presentar tranquila al otro día.

Gracias a Dios una sola vez estuve internada allí pero no era por ninguna dolencia del corazón, algo que habitualmente algunos nos imaginamos cuando dicen «cardiovascular». Tuve una cirugía en la nariz y mi obra social me derivo ahí.
La verdad es que si tuviera que elegir donde quisiera pasar mis días de internación este seria el lugar. Las habitaciones son hermosas, todo muy nuevo, o bien mantenido, de última generación. Las camas son muy cómodas, no como esos lugares que tiene camas antiguas que dan ganas de volver rápido a casa, un televisor de última generación, los sillones de la sala de espera y los del cuarto también.
Es horrible tener que pasar los días en cama y esperando la visita y el diagnostico de los médicos pero este lugar es super, en los que te da gusto estar. Las enfermeras son muy amorosas, los camilleros y ni hablar de los cirujanos, para mi se llevan una puntuación de 10. Se ocupan muy bien del paciente y de los familiares, que no es un dato menor.
Hasta las empleadas de la obra social se hicieron cargo de mi dolencia, que no era grave y pasaron a saludar, ver como estaba y me regalaron el número semanal de la revista caras para entretenerme hasta que me dieran el alta.

Más que un Sanatorio, parece un hotel. Cuenta con dos edificios, por un lado están los consultorios de atención y en el otro edificio los quirófanos y las salas de internación. Los consultorios son enormes y muy lujosos. Su especialidad es la cardiología pero hay algunos otros profesionales como flebólogos y dermatólogos, pero está pensada para el tratamiento vascular. Es una clínica privada así que solo se atienden pacientes particulares y con obra social.
Se realizan cirugías y hay un área de kinesiología pensado para la recuperación de los pacientes. También cuenta con un área de diagnóstico por imágenes.

El ICR es uno de muchos centros médicos de alta categoría en la ciudad. En cuestiones del corazón, no hablo de romanticismo, son los que llevan la delantera. El edificio está en pleno Bulevar Oroño y posee una entrada llamativa para los transeúntes. Ahora también tienen nuevos consultorios externos a la vuelta de la manzana.
Mi única experiencia en el lugar fue al visitar a mi padre internado hace unos años atrás. Las habitaciones son cómodas y el servicio digno de un hotel de categoría. Recuerdo haberme quedado viendo la televisión un rato para hacer tiempo junto también con el compañero de habitación de mi papá. La mayoría de los grandes cardiólogos de la ciudad atienden acá. Y es muy posible que si no tuvieras una obra social que te cubra todos los gastos te den varios infartos múltiples a la hora de pagar las cuentas.
Como otros grandes hospitales y clínicas que están en Bv. Oroño, el ICR nos recuerda la fragilidad de la vida de manera cotidiana. Si bien el movimiento de sus entradas no es comparable al del HECA o el Centenario, el sólo hecho de tenerlo como paso obligado durante los paseos despierta algo en la mente que te hace sentir mortal.