Farmacia Orlandi

A esta farmacia entré porque, antes de volver a casa y después de haberme tomado un rico café en El Lido con mi amiga, me olvidé de que no tenía repelente. Últimamente tengo el departamento lleno de mosquitos y ayer me picaron a más no poder, así que sentencié que hoy no me iba a pasar. Entonces, antes de volver entramos a esta farmacia.
¡La cantidad de cosas que tienen! Pero me llamó la atención un sector muy particular con una balanza del año de María Castaña y pegado a ésta, un espejo que daba escalofríos, lo mismo que un sillón de la misma época. Esa escena medio que me traumó por los cinco minutos que esperamos para ser atendidas. No me pesé ni loca, si te subías a la balanza, te podías reflejar en ese espejo espeluznante. La conjunción de balanza más espejo me dio una sensación a película de terror. Y el sillón otro tanto.
Pero bueno, por lo demás, tienen de todo ahí, no parece una farmacia. Pedí mi Off. Me salió 60 mangos. No puedo creer lo caro que está todo. Trabajan con obras sociales como Pami e Ipam. Otras también. La atención es muy buena, había una señora mayor y una chica. A mí me tocó la chica. La gente entraba y salía como de un hormiguero, se ve que trabajan muy bien.

Es una farmacia ubicada en Avenida San Martín, que hace descuentos a Ipam, Pami e Iapos. Pero, venden tantas cosas, que eso es lo de menos. Es más, una vez estaba esperando que me atiendan, y una chica le dice a otra «me había olvidado que esto era una farmacia».
Para empezar, que como muchas farmacias, venden accesorios (no sé qué tendrá qué ver un rubro con el otro, pero ya nos acostumbramos a que vayan de la mano). Pero además, venden todo tipo de peluches para chicos: podés encontrarlo al Sapo Pepe, a Mickey Mousse y a Minnie, al Pato Donald, y hasta al Capitán América. De todos los tamaños!
Además, lo que más me gusta a mí, son las carteras, venden unas carteras re lindas! Siempre traen nuevas, de muchos colores, por eso la gente se olvida que es una farmacia.