Esplendor Savoy Hotel

Hotel ubicado en el «microcentro» rosarino. Por la construcción y la fachada parece ser antiguo y que lo han recuperado (para bien!!).
Las habitaciones son amplias y de techo altos, la cama (lo que realmente importa en un hotel) son súper cómodas!
El desayuno cumple: no es la locura, pero las medialunas son ricas y eso suma puntos.
Tiene pileta en el subsuelo, un poco chica para mi gusto.
Está ubicado a 5 cuadras del monumento de la bandera, a 2 del bar El Cairo y a 3 de la peatonal, por lo que es una opción de alojamiento sumamente recomendable si uno no esta con auto y tiene ganas de caminar y recorrer por la zona.

Antes era buenísimo ahora quedó desactualizado.
La atención es buena.
La terraza hace 1 año que está en reparación.
El café del desayuno es olvidable

Eran 7.30 de la mañana cuando luego de estar esperando media hora frente a la AFIP de San Martín y Santa Fe nos dijeron que abría a las 10. Como estaba con una intercambista de Marruecos y a fin de que conozca lo más lindo de la ciudad le propuse ir a desayunar al Savoy calculando que este estaría abierto.
Nos acercamos especulando desde lejos si estaba abierto o no hasta que vimos personas sentadas asique nos decidimos a entrar.
Subimos los escalones de la entrada cuando un señor de traje muy formal y amable nos recibe y le preguntamos si esa era la entrada hacia el restaurant. Nos comunica que el mismo abría a las 8hs, que las personas que vimos eran huéspedes y nos invita a pasar al hall para esperar a que abran.
Entramos, y al menos yo, estaba con la sensación de quien cae a un casamiento en jean y zapatillas. Entramos a la sala de altos techos, con ese estilo de edificio antiguo reciclado que conjuga la apariencia antigua y señorial con toques modernos y la simpleza y funcionalidad de hoy en día. Estábamos solas en esa gran sala que anticipaba lo que sería el resto del hotel teniendo que elegir entre varios sillones cuál sería el más cómodo. Nos sentamos y tomamos de una mesita ratona unas revistas sobre que visitar en Argentina que estaban escritas tanto en español como en inglés.
Al lado nuestro había un piano y al fondo un gran espejo que llegaba hasta el techo que aumentaba la sensación de estar en un lugar inmenso.
De fondo se escuchaba el CD de Greatest Hits 2 de Queen, uno de mis preferidos. Ya me preparaba para disfrutar del ambiente con un rico café en la mano cuando me confirmaron mi sospecha, no era la AFIP sino el ANSES a donde teníamos que dirigirnos en un principio, así que con tristeza cuando justo venían a invitarnos a pasar al restaurant tuvimos que disculparnos e irnos con la promesa de volver pronto y con la sonrisa de haber esperado media hora en el mejor lugar posible de la ciudad y con la intriga de conocer como serían las demás instalaciones.

El Esplendor Savoy Rosario ocupa un edificio histórico reformado, que ofrece alojamientos de diseño en el centro de Rosario. A pesar de las reformas que se llevaron a cabo, se decidió conservar la fachada original del antiguo hotel Savoy y la cúpula de estilo neoclásico francés, decisión que fue acertada ya que este edificio es un icono de la arquitectura rosarina. Asimismo, se llevo a cabo una recuperación del patio interior y se reutilizaron detalles internos de mampostería.
Esplendor Savoy Rosario conserva un mobiliario de época, que incluye sillones, cómodas y hasta un original apoya-​valijas, que ya no se fabrica. También se recuperó un ascensor de servicio, que en su momento fue de los primeros que funcionaron en la ciudad de Rosario.
Actualmente, alberga un spa con sauna y gimnasio, una piscina climatizada, un restaurante y una terraza en la azotea. Las habitaciones son amplias y luminosas. Todas tienen una decoración elegante y moderna e incluyen conexión Wi-​Fi gratuita, TV por cable y zona de trabajo. Además, gozan de un ambiente acogedor gracias a los suelos de parqué y a los sofás, tapizados en colores suaves.
El restaurante ofrece una amplia variedad de platos y acoge espectáculos de tango en directo. Es muy recomendable comer algo en este restaurante aunque no este alojado en el Savoy.

Me iría a vivir al Savoy por el simple hecho de desayunar, almorzar, merendar y cenar en su restaurante. La gastronomía de este sitio es EXCELENTE, formidable, deliciosa y todos los buenos adjetivos que podemos ponerle a algo.
El cheff del restaurante tiene la receta justa para hacernos delirar con sus sabores. Todos los días propone un menú diferente que incluye postre y bebida. Además, de la carta que cambia dependiendo la estación del año.
No es un lugar económico, para nada. Pero realmente vale la pena de darse el gusto.
En cuanto al hotel, la atención es maravillosa, poseé cochera privada y está en plena construcción de la ampliación.
Es patrimonio de la ciudad de Rosario, un detalle de color y no es menor cosa.
Las habitaciones mantienen el estilo antiguo, prolijo y sofisticado.
La piscina es el único punto en contra porque es climatizada y no es al aire libre. Eso no está bueno en días de verano.
En el cuarto piso tiene un salón de convenciones con un palace garden precioso y living.
Les recomiendo una estadia en el Savoy y sino, una velada en el restaurante.

Es un nuevo clásico de la ciudad. La recuperación de este hotel significó mucho para el micro centro. La historia que acarrean sus muros podría llenar varios libros. En su apogeo el Savoy supo alojar a las más variadas figuras de nivel internacional. Hoy en día su estructura es única, ya que data del 1910. Incluso sus techos altos son un lujo que no se pueden dar los edificios modernos que tienen que maximizar el uso del espacio.
Reciclado con la intención de ser un hotel boutique en todas sus habitaciones tienen una decoración que sigue una linea de diseño que busca unir lo moderno con lo retro. Desde afuera el front desk es lo más llamativo y la unión entre la recepción y el bar desayunador también causa intriga a cualquier peatón que bordee esa esquina.
En lo personal es el hotel que me falta conocer como usuario. Más allá de vivir en Rosario, gracias al trabajo de mi novia solemos pasar noches en distintos hoteles probando sus servicios. También se del buen servicio del bar, incluso su coctelería tiene buenas críticas pero todavía estoy esperando la excusa perfecta para ir. Quizás buscar más datos para esta reseña sea suficiente!

El Hotel Savoy es viejísimo, mi abuela vivió toda la vida a la vuelta así que pasé por la puerta en innumerables ocasiones, estuvo cerrado un tiempo pero cuando era más chica funcionaba y se parecía mucho a los hoteles de las películas de terror. Eso sentía yo.
Como les contaba estuvo cerrado varios años, hace algunos años un grupo de empresarios apostó por el hotel y hoy es uno de los más lindos de Rosario. Lo lindo del proyecto de restauración es que se trató de conservar su imagen, su estilo, siempre fue un hotel de nivel. La escalera principal es de un mármol muy caro y para su restauración se que fue muy difícil de conseguir. Hay un montón de cuadros con retratos de personajes importantes de la cultura nacional y mundial, en el ingreso tenemos un cuadro enorme con la cara de Jorge Luis Borges y en lobby uno de Atahualpa Yupanqui, también hay uno de Mahatma Ghandi y otro de Kate Moss, todos fueron encargados al grupo de artistas Mondongo, los cuales adoro y admiro. Ellos trabajan con técnicas muy particulares para crear estas imágenes, pasen y vean!
Martín Churba es un diseñador de modas Argentino, muy famoso por estos días, él también metió mano en este proyecto. Todas las pantallas de las lámparas están intervenidas así como también es el responsable de la creación de todos los almohadones, los de las habitaciones también.
El Hotel tiene los mejores servicios, pileta climatizada, gimnasio, wi-​fi en todas las áreas y muchas cosas más, la atención es muy muy buena pero por supuesto es muy caro.