Animal Rock

Animal Raaaaaaaaack!, digo, Roooooooock! Ajajajajaj! «Es muy bueno!»

Fui a Animal varias veces a escuchar recitales de la banda de mi hermano, CLP (Cristo los Parió). Por fuera el lugar da toda la sensación de ser un antro, medio tugurio, sin embargo me sorprendió.
El clásico patovica fortachón de la puerta te indica dónde se deben pagar las entradas, (por lo general es una mesita improvisada y atendida por algún amigo designado de las bandas que tocan esa noche), y… créase o no, después de abonar, para entrar al bar pasás por un detector de metales. (Siempre me pregunté si funcionará de verdad).
Adentro la onda es bien rockera. Luces bajas, una barra bastante extensa, una línea de mesas amuradas a la pared y otras tantas bastante separadas y con muchas sillas disponibles. El bar se caracteriza por brindarle espacio a las bandas emergentes que necesitan un lugar para mostrar lo que hacen.
El escenario es amplio y hasta tiene camarines… nada mal para principiantes! Si vas a comer algo, te recomiendo pedir antes de que comiencen a tocar. El menú se reduce a pizzas, sándwiches, tostados… no mucho más. La cerveza es bastante económica…los tragos no son la especialidad de la casa. Una vez que arrancan los recitales, por lo general, cuesta bastante localizar a la moza, que siempre es una sola.
El baño de mujeres está subiendo una escalera. Así que chicas… a medirse con el alcohol.

Uno de los pocos lugares donde un puede ir a disfrutar de música de otro palo, acá se da un poco de lugar a otras bandas que la están peleando y que no tienen la difusión como otras demás que los ves hasta en la sopa.
Para salir un poquito de la rutina esta especial mas aun si te gusta el metal pesado o música un poco mas agresiva, eso si vas a transpirar a lo loco, el vapor se siente y mucho a lo largo de la noche ya que no cuenta ni con climatización ni tampoco de grandes espacios pero compensa con la buena onda y la oportunidad que brindan a uno para ver este tipo de espectáculos. Eso si, el sonido te deja con las ganas, a veces parecen que le hacen una broma a los artistas que a veces se presentan, pero esto no te jode en lo mas mínimo la noche, ya irán teniendo mejores equipos con el pasar de los años si buscan ir para arriba.
Tiene una barra para disfrutar de la frescura que representa la mayoría de las veces a la cerveza querida, también preparan tragos varios para dejar a uno un poco mas mareado si apetece.
Los baños son limpios teniendo en cuenta la cantidad de gente que entra y sale a cada momento, siempre hay largas filas.
Mucha gente junta en algunos shows pero no hay mala onda ni disturbios por ningún lado, todo apunta a que la noche se pasa de las manera mas piola que se pueda.

Animal tuvo su momento de gloria en la ciudad hace unos varios años, cuando su local se ubicaba en otro lugar. Ahora está por calle Mendoza, cambió un poco su onda pero aún sigue constituyendo un bastión para todo banda de rock under.
Hoy en día sólo se realizan recitales, osea que abre para este tipo de eventos únicamente, especialmente los fines de semana y las vísperas de feriado.
Viene a ocupar el lugar que todo punk estaba esperando. Si bien hubo y hay mejores lugares, no decepciona a la hora de ofrecer un espacio para grandes recitales y momentos de gran disfrute.
El sonido no es su fuerte, acústicamente tiene algunos deficits, el sonido parece una bola que rebota por todo el lugar y no se termina de entender mucho. Así y todo tiene un buen escenario, un espacio importante donde se practican todo tipo de pogos y una buena oferta en bebidas, siendo sus precios algo para destacar.
Si bien ya no abre más los días en que no hay recitales, la oferta es buena para todo aquel que busca pasar un gran momento y escuchar alguna de las tantas bandas locales que está emergiendo a toda hora. Under y efectivo.

Animal Rock lo conocí cuando fui a escuchar a Brutos, la banda de un amigo. Ellos, ya veteranos que se hacen los pendex, sonaron re bien. Pero lo que más me llamó la atención de este mini templo del Rock, es el espacio que se les brindaba a estas bandas emergentes para que tengan un lugar donde hacer su magia.
Rosario tiene mucho de buen material musical. Sólo que no hay muchos lugares donde puedan mostrarse. Aquí en este bar, se paga el espacio de una hora y pico para hacer ruido. Lo que hacen las bandas para recuperar ese dinero, es cobrar una entrada a sus invitados y así tienen cero gastos.
Allí se pueden comer pizzas, empanadas o alguna picadita rápida mientras escuchas alguna banda amiga. La cerveza no está cara y hacen algunos tragos.
La acústica del lugar es verdad que no es de las mejores, sólo las mesas que están adelante de todo pueden escuchar con claridad las letras de las canciones. Pero rescato que sea un espacio abierto a quien quiera, sin elitismos y preferencias.
No aceptan tarjeta de crédito. Estos lugares así, sólo trabajan en efectivo. La zona es tranquila para estacionar el auto en la calle, pero si te da desconfianza, hay algunos garajes en la misma cuadra.

Es uno de los lugares elegidos por las bandas de rock, punk y heavy metal para realizar recitales.
Abre los fines de semana o feriados, solo cada vez que haya un concierto. Abrió siendo un bar en el año 2012, tipo boliche bailable, con shows en vivo pero al poco tiempo cerro sus puertas. Hace poco menos de un año lograron reabrirlo pero con la modalidad de shows musicales.
Las bandas más importantes de la ciudad han pisado el escenario de este lugar. Cuenta con muy buen sonido pero no tienen aire acondicionado, por lo que en verano es preferible no ir, ya que es un lugar muy cerrado. En cuanto al tamaño podemos decir que es pequeño en relación a otros lugares de este mismo género. Posee una barra de bebidas y tragos y los baños por lo general están siempre limpios, también son pequeños.
De a poco va tomando forma la nueva manera en la que se presenta al público, donde solo se llevan a cabo show de música dejando atrás el boliche-​bar que fue en sus comienzos.