Esquina Dulce

La Esquina Dulce es de esos clásicos lugares de la ciudad que si estás de paso por Rosario no podés perdértelo. Hace más de tres décadas que tiene sucursales en distintas zonas de la city, y su permanencia en el mercado permite hablar muy bien de esta empresa.
Sí, principalmente se dedican a la venta de helados artesanales. Estas cremas tienen una textura clásica y un sabor muy intenso, algo único de la producción artesanal.
Pero no sólo podemos venir a La Esquina Dulce a tomar helado, sino que también en invierno podemos disfrutar de un café con unos churros calientes o algún que otro producto de panificación. Claramente no hay ni días ni épocas del año para no venir a este lugar.
Lo que más me gusta es la originalidad de los sabores de las cremas que tiene. Porque a demás de tener los clásicos que encontramos en cualquier heladería, hay algunos muy originales y van agregando e innovando con otros todo el tiempo.

Tengo una sucursal cerca de mi casa, Mendoza y Ricchieri y debo decir que no son de los mejores helados que probé en la ciudad, es medio-​medio. Si, son baratos, «zafa» como dice la valoración pero a mi paladar no lo deslumbró.
Tienen servicio de cafetería, churros y pastelitos en invierno y las Donuts, como las que come Homero Simpson con su imagen para atraer a los más peques o los fanáticos de la serie animada. Los remos son muy recomendables, con la barrita de chocolate águila para disolver uno mismo en su taza de leche.
Lo bueno que tiene es que es barato y tiene gustos variados, también ofrecen productos para celiacos, pero en menor cantidad que en otras heladerías y algunas veces me ha pasado que los sabores que quería en mi pedido no estaban disponibles, eso te pone de malas. Otra cosa a favor que tienen es que nunca esta colmado de gente, por lo que si vas a comprar no tendrás que esperar mucho tiempo en ser atendido. Es bueno para nosotros como clientes pero no se hasta que punto beneficia a la empresa.

Esquina Dulce es una heladería clásica de la ciudad, de las que todavía conservan el helado artesanal.
Hace mas de 30 años que esta en la esquina de Buenos Aires y Rioja, esa esquina no sería igual si no estuviese esa heladería, la vista de la gente de la zona ya se acostumbró al cartel brillante de esta heladería.
Yo voy seguido, cuando quiero tomar un buen helado y disfrutarlo en una de las zonas mas lindas de la ciudad.
Los helados de este lugar son deliciosos, tienen el verdadero gusto a helado, sin condimentos artificiales y éxitoo de todos los años de experiencia.
Cada vez que voy hay un gusto diferente y su dueño se encarga de explicarte y hacerte probar los gustos que no conoscas.
El mejor gusto es el «Súper Sambayón», Sambayón con nueces… delicioso!
Actualmente, Esquina Dulce tiene tres sucursales una en Alem y 3 de Febrero, Buenos Aires y Rioja y Richieri y Mendoza.
Tenes tres opciones, pasate y probà…

No seamos envidiosos.
Pero en este momento mientras yo escribo esto y usted lo está leyendo, hay diez o quince personas tomando helado en la Esquina Dulce, y es inevitable que no se me desgarre el alma de tan solo imaginármelos sentados ahí como lo podría estar haciendo yo: Tranquilo y felíz, en la esquina de Rioja y Buenos Aires, con 40 grados de sol radiante pegando fuerte en la nuca, y en las manos el mejor helado de la ciudad.
Ya son más de 30 años reinando la esquina céntrica. La Esquina dulce, es un lugar clásico, con un cartel clásico, con atención clásica (y muy buena), y la mayor diversidad de gustos de helado artesanal a tu disposición. Que te aseguro, ninguno te va a fallar.
Y los precios no son para nada caros, en comparación a las grandes heladerías de la ciudad.
También venden café y media lunas. Y sí pasas por ahí, podrás notar que siempre va haber algún viejito leyendo el diario. Como tal vez lo hacía su papá, o su abuelo años atrás. Porque la Esquina Dulce es tradición y familia en la zona.

Esquina Dulce está ubicado en Buenos Aires y Rioja de la ciudad de Rosario.
Tiene un buen servicio de mozo y la caja es administrado por sus dueños, el servicio es rápido y consideró que es el único motivo por el cual voy.
El café no es rico, los helados tampoco y los carlitos son «comunes». Lo frecuento por comodidad, a una cuadra de mi oficina y puedo armar reuniones allí. La camarera despacha rápido y hace que uno no tenga que esperar cuando anda con el tiempo «justo».
En cuanto a la estructura es un lugar precario, no tiene lujos ni tampoco muebles modernos. Tiene mesas y sillas tradicionales y una barra tradicional. Los colores y el aspecto es más tirando a los antiguo que a la nueva arquitectura, tendencia y diseño.
Tiene churros clásicos y cuatro tipo de rellenos. El más curioso es el relleno de roquefort. Además, de donas.
En cuanto a los helados, que es el fuerte del lugar (porque en su tradición es una heladeria), tiene todos los gustos. Y son siete puntos.
El café sale $ 12 pesos (precio de enero de 2015).