Parrilla Pehuen

El lugar está bien ambientado, la música bien, la comida bien, pero lo que le falta es el tema de la barra… Porque tiene buenas bebidas, de todo, pero lo que le falta es un buen bartender, el chico que esta no es bartender hace lo que puede, no es culpa de él sino de los dueños del lugar … En realidad el chico muy bien predispuesto por ser que no es bartender, se las rebusca … Muy amplio el lugar y buen decorado. Una cena amena pasamos.
Pd: tiene una barra atractiva por la variedad de bebida pero luego no lo ves reflejado en la calidad de servio. A pesar de la buena predisposición del «bartender».

¿Vieron que hay un dicho que si conocés la cocina de un restó no vas nunca más? Bueno, eso pasa con Pehuen.
Para empezar, cuando era adolescente iba a entrenar con la escuela a la cancha que tienen en el fondo (Se ve que tenían un convenio con mi colegio) y el estado en el que estaba todo era horrendo, esperemos con los años esté mejor.
También era durante la época de oro de Alem, un pseudo boliche o bar bailable. La música era medio pelo y la gente insoportable, pero eso ya no depende del lugar.
Ahora, hablemos de la parrilla en si. Es demasiado caro para lo que te sirven. O sea, es rico pero no se si da abonar cerca de 500 pesos por una cena.
Yo no iría, pero se ve que a los turistas les copa bastante.

Excelente comida!
Eramos un grupo grande (9 personas) y realmente nos asesoraron muy bien respecto a qué pedir y en qué cantidades.
Todo estaba riquísimo y fue más que obvio que todo había sido preparado en el momento.
Entre mis favoritos el bife de lomo y el revuelto gramajo. Muy rico, posta.
La atención es «bien de provincia»: lenta, pero súper amable.
Cuando llegamos, se tomaron un ratito para armarnos una mesa apta para tanta gente. Si bien después tardaron en atendernos, en traernos la carta y luego en cobrar, siempre lo hicieron con buena onda y predisposición.
La ambientación es rara, no sigue una linea muy definida. Pero es comodo y está bien ubicado.
Creo que es un resto bastante local, estaba lleno de gente!
Súper recomendable.

Cuando era más joven teníà la idea que Pehuén era una especie de bar, pero creo que hicieron un make over y ahora está más orientado a ser una parrilla, linda y «trendy» pero con una onda familiar para ir en grupos o en pareja.
El fuerte del lugar obviamente es la carne y es muy muy rica. Yo probé vacío y un poco de pollo que, si bien me parecieron un poco salados, estaban muy sabrosos. El chico que nos atendió insistió que con una porción de vacío para dos más guarniciones estaba bien, pero se quedó medio corto. Si son de comer bien o van con un grupo de amigos hombres una porción para cada uno está ok, si comparten se mueren de hambre. La carta también tiene pastas, pescado, ensaladas y postres variados.
El lugar tiene una decoración particular según donde te sientes a cenar; hay un sector decorado con objetos vintage y silloncitos, otro empapelado muy particularmente y el tercer salón es más bolichón, con una barra en el medio y sin muchas mesas.
Yo fui a la hora de la cena y me pareció bastante tranquilo, no se si más tarde pondrán música más alta (supongo que en la temporada de verano lo hacen).
El precio está bien para lo que te ofrece el lugar y aceptan tarjeta.

Creo que a Pehuén sólo llegás por recomendación (por lo menos si no sos de Mar del Plata) porque si bien está en una zona céntrica no está en su calle principal (Além), entonces es dificíl descubrirlo andando por ahí buscando dónde comer.
La decoración del lugar es espectacular, de mis preferidos. Todos carteles de chapa, un surtidor de nafta, lámparas de todo tipo… En fin, parece un museo. Hay varios salones: más familiares, para fumadores, para eventos y uno en el que tocan bandas después de las 00.00.
La comida es riquísima, siempre comí parrilla ahí porque es bárbara la carne, pero tienen de todo. El helado de postre es de Freddo y es acá el único lugar donde pido helado porque no tienen los 3 típicos gustos que tienen en todos los restaurants.
En cuanto a los precios, los primeros años que fui se caracterizaba por ser un lugar genial, con comida genial y precios geniales. Bueno, hoy en día está un toque caro, pero vale la pena por lo menos para ir una vez a conocerlo y recorrer ese «museo».
Yyyyy no se olviden de reservar que se llena!