Una noche me subí a un taxi, le pedí que me llevara a San Martín y él dijo«ah, a unas cuadras de la San Antonio». Resulta que este señor venía especialmente desde Flores a esta pizzería porque le encantaba. Yo pasaba todos los días por esa esquina, camino a la estación de tren, pero nunca había comido ahí. Tuve que ir, ¿cómo un porteño iba a conocer un secreto de mi barrio que yo no? San Antonio está en la esquina de 25 de Mayo y Moreno, pero podría estar en la avenida Corrientes. Sirven pizza al corte, por porciones, sólo que no hay barras para comer de parado. Te podés sentar en las mesas o llevarla a casa. Hace poco descubrí la fugazzetta rellena, una bomba de queso y cebolla que es un shock salado. No miento, con una porción quedo satisfecha. Es riquísima, pero no puedo más que eso. Tanto las empanadas como las pizzas las meten en el momento en el horno, y salen recién hechas. A veces paso a la noche tarde y si sé que en mi heladera no hay nada, me llevo mi paquetito de ahí. Como lugar, es un salón antiguo, con mesas de madera y TV puesto en algún canal de deportes, con mozos de los que memorizan el pedido y gaseosa en botellitas de vidrio.