Los Aliños

Los Aliños, un restaurante que tiene muy buena reputación, al estar ubicado dentro del hotel Howard Johnson tiene un estilo bien elegante, sumamente cuidado, se nota que le han puesto fichas al tema presencia, porque la verdad que da una muy buena primera impresión, desde la ubicación de todo hasta la formalidad de los mozos. En cuanto a los platos que sirven son muy variados y todos del estilo gourmet todo muy elegante, con muy buena presentación. En cuanto a la variedad de los platos que sirven no es necesario que nombre uno por uno, voy a dejar que te sorprenda y veas con tus propios ojos cada una de las opciones que podes pedir. Algo que destaca de este lugar son los buenos postres, se nota que todos los ingredientes que utilizan son de excelentísima calidad, frescos, del día, realmente una delicia. La atención va de la mano con la calidad, fabulosa, totalmente atenta, amable, respetuosa. Lo mejor, la espera que lleva cada preparación no es demasiada, casi que ni te das cuenta cuanto tiempo pasa desde que pedís hasta que tenes el plato en tus manos o en todo la caso la comida en tu boca.

Es el restó ubicado dentro del hermoso hotel Howard Johnson. Realmente tiene una ubicación privilegiada al estar en pleno centro y justo en frente de la Cañada, lo que lo hace muy accesible de llegar.
A este restaurante suelen frecuentar quienes se hospedan en el hotel y también personas de negocios. La calidad de la comida que se sirve en este lugar es muy buena y siempre buscan ponerle al plato un toque regional, las especialidades de la casa son para mi gusto el cabrito y la trucha. La carta también incluye gran variedad de vinos.
El lugar es estéticamente muy lindo, cálido y acogedor. Los precios son más bien altos y la atención excelente. Las instalaciones similares a las del hotel son modernas e impecables. Lo recomiendo!

Conocí el restó cuando me toco almorzar con mis jefes bonaerenses que se alojaban en el hotel (Howard Jhonson) y decidieron armar su bunker en el mismo lugar sin trasladarse.
Suelo tener pre conceptos con la gastronomía anexa a los hoteles porque suele ser bastante mala, pero debo reconocer que este lugar me sorprendió para bien.
Los precios los desconozco porque pagaron mis jefes, pero lo que si puedo es recomendar algunos platos para quienes quieran comer rico: la provoleta de cabra de entrada y el cabrito crocante relleno de queso brie, y si les queda lugar en el estomago, entrenle sin dudar al volcan de chocolate con salsa de frutos rojos.
La atención es muy buena y no esperas horas para que te llegue el plato, es mas, si no pedis el menú del día que supuesta mente sale mas rápido por estar ya hecho en cantidad, como máximo esperas menos de media hora, que ni lo sentís mientras untas los panes con la salsa de roquefort y charlas con quien te toque hacerlo (si estas con jefes pasa super veloz y si estas con quien te gusta también).
Los Aliños se encuentra en plena cañada, con ambientación agradable, justo cuando cambia la calle y se transforma en Figueroa Alcorta.
Aceptan tarjetas y los mozos retienen lo que decis y aconsejan, plus importante.