A este lugar le tengo un cariño en particular porque fue el primero al que fui en una de mis primeras noches como estudiante recién llegado a la ciudad de Córdoba y sin mucha idea de qué ni cómo cocinar. Se encuentra en la esquina de las calles Obispo Trejo y Santiago Temple, en le barrio de nueva Córdoba. La fachada es una gran vidriera que deja ver todo su interior. El local es mediano, lo suficiente para la cantidad de clientes. Decorado en tonos naranjas y pasteles, con sillas y mesas de madera y manteles al tono, el lugar esta lindo. No se puede decir que se va a ganar un premio en ambientación, pero esta bastante bien. El lugar ofrece tanto la opción de comer ahí, cuál restaurante con mozo y todo eso, como de ir a comprar para llevar como en cualquier rotisería, y por último de llamar por teléfono y pedir delivery a domicilio. Muy completa la oferta, no podemos decir que no nos dan opciones. Por la cercanía a mi departamento nunca he pedido delivery y siempre he ido a comprar directamente ahí. Nunca me he sentado a comer en el lugar tampoco, pero siempre hay como mínimo un par de mesas ocupadas, sobre todo al mediodía conde suelen verse grupos grandes de trabajadores de oficina que encontraron su sitio para charlar tranquilos, despejarse y comer algo rico. Las opciones en cuanto a comida son realmente muchas. Existe un menú fijo, es decir, empanadas(que son muy pero muy grandes y llenadoras y cuentan con mucha variedad, además de ser caseras y con una buena masa), lomitos, pizza, milanesas, cosas así; pero sumado a eso cuentan con un menú rotativo que cambia todas las noches: pescados, pollo al horno, carnes, muchas guarniciones, etc. En el caso de esto último, si pedís para llevar te cobran por peso, y te servis vos mismo. La atención es buena y eficiente, los precios son adecuados, no de lo más barato que existe pero están bien. El lugar muy lindo y la comida rica. Recomendable.