El Club de la Milanesa

El lugar es inmenso, tiene un patio con fuente muy lindo, y hay varios espacios diferenciados. Ideal para hacer reuniones grandes y juntarse con amigos a la tarde-​noche a cervecear. Además está hermoso ambientado, me encanta.
La carta consiste en lo que más sale que son milanesas y en otras opciones como ensaladas, papas, sandwiches y rabas. También, hay un menú ejecutivo durante la semana.
A mi particularmente la comida de este lugar, no me termina de enganchar, pero me salva en algunos momentos. Probé la Milanesa Patagónica y me pareció rica, pero no me enloqueció. No la pediría de nuevo. Las porciones son servidas con mucha generosidad, incluyen una guarnición de papas/​ensaladas/​o puré a elección y no hace falta completar con nada más, lo que está muy bueno. Las papas son muy ricas, siempre las pido con cerveza, pero deberían mejorar la porción, te quedás corta.
Para tomar, hay gaseosas, cervezas y vino (ví una sola marca de vino, capaz fuera de la carta tienen otras opciones, no se). De cervezas, no hay tampoco mucha variedad, pero hay algunas que suman, como Patagonia.
La atención mejoró mucho. Voy seguido y los chicos te tratan muy bien desde que entras.
Los precios son los normales de la zona, y podés pedir para llevar (con demora de 20 minutos) o delivery.

Un ambiente agradable y ameno que marca la diferencia con otras opciones en la ciudad. Una atencion impecable al punto de tener a una persona apostada en la barra para identificar las mesas que necesitaban algo, quede atonita ante la primera experiencia de no esperar ni un solo minuto para pedir la cuenta… cuando sali entendi porque habia gente esperando para comer… impecables

Uhh le falta mucho!!!
La atención es muy buena! Pero las milanesas dejan mucho que desear.
La milanesa a la napolitana en los extremos ya deja de tener queso, jamón y salsa. Y a mi me gusta que rebalze de queso, jamón y salsa.
La milanesa a caballo, viene seca y con 2 Huevos fritos nada más.
Para mi comenzaron bien pero fueron abriendo más y más franquicias y fueron decayendo mal mal!!!
Y también las papas fritas son muy feas! Tienen un gusto a industriales terrible. Un horror! Y eso que soy del norte y casi experta en papas. Ya que como papas todos los días de mi vida!
NO lo recomiendo hasta que mejoren la calidad, las recetas sean acordes con los precios y mejores las recetas!!!

Terminamos almorzando aquí por un cambio de planes. Al principio no me gustaba mucho la idea de tener que comer milanesas, pero me sorprendieron para bien!
El local es hermoso, tiene muchas plantas en la fachada y está todo ambientado onda «industrial». Adentro en muy cómodo, tiene muchísimo lugar para sentarse e incluso hay un patio en el fondo con una fuente de agua, precioso. Todo muy limpito, el baño también.
La atención fue muy buena, éramos una mesa grandecita así que nos atendieron de a dos mozos. La comida llegó bastante rápido y todo juntito.
Como me hago la especial y no quería comer una milanesa gigante llenas de cosas ricas pero grasosas, me pedí la milanesa de calabacín con semillas (fue como un faro en la niebla del menú) acompañada con puré.
El puré un delicia. El plato vino con dos milanesas grandotas, altas y riquísimas (me llevé una a casa porque no pude comer las dos). Los demás comieron distintos tipos de milanesas y nadie se quejó así que deben haber estado ricas!
Super recomendado para ir en grupo, muy bueno todo!

De los tres Club de la Milanesa que hay en Córdoba, este es el que mejor cumplió las expectativas. La atención fue muy cordial, rápida y eficaz. Las sugerencias del día, acertadas.
Como siempre, el tamaño de la milanesa puede ser exagerado dependiendo del tamaño y de la guarnición con la que se lo acompañe. La variedad de opciones y de combinaciones puede sorprenderte, sin contar que también se acomoda a los paladares vegetarianos.
En cuanto al ambiente y la decoración me parecieron muy acogedores. Los cubiertos estaban colocados en un frasco y no sobre la mesa como suele ser. Ese detalle me llamó la atención y me agradó, ya que no quedan tan expuestos a cualquiera. La decoración de las sillas de afuera realizadas de viajas persianas le dio el toque moderno de hippie chic, sin caer en la exagerada chatarrería en la que recaen algunos lugares. La combinación de luminaria y naturaleza en el interior y en el patio interno equilibra el entorno y le da esa frescura verde que a veces en la ciudad escasea.
Si el apetito no abunda, te ofrecen prepararte lo que sobró para llevar.
Es un buen lugar para ir con amigos, pareja o familia.

Hermoso lugar! Perfecto para reuniones grupales o para ir con algunos amigos!
Tienen un patio impresionante para sentarse fresco. La decoración en general del local es muy buena.
El menú es el mismo en todos los locales obviamente y por supuesto como su nombre lo dice son milanesas en su mayoría, para extranjeros milanesas son Schnitzels de carne vacuna. Debo recomendar las papas a los 4 quesos como guarnición.
La bebida se basa en cervezas y gaseosas.
La atención fue buena, aún que nos apuraron bastante siendo que el lugar estaba vacío y era medio día. Me hubiese gustado tener un momento más relajado.
De todas formas muy buen puntaje para este lugar, recomendada la milanesa Crema de Cheddar y recuerden que son porciones grandes! Disfruten mucho de este hermoso lugar el mejor de la ciudad.

Suelo pedir seguido al Club de la milanesa, aunque también fui al local que es hermoso, en una casa vieja restaurada. La comida es buena, mi milanesa favorita es la de Guacamole. El delivery es rapidísimo y siempre llega caliente.

La experiencia no fue agradable. hicimos el pedido y tardaron mas de una hora en traerlo, éramos 5 personas y los platos llegaron por separados. El mozo no anoto el pedido y trajo algunas cosas diferentes a lo que habíamos pedido. Tardaron una hora mas en servir el postre. La cuenta la pedimos 2 veces, como no la traian nos levantamos a pagar. No volveré a ir.

Tuve la oportunidad de conocer el nuevo local del Club de la Milanesa que está ubicado en barrio General Paz, y la verdad que fue una experiencia muy buena.
Al ir un sábado, tomamos la precaución de reservar, ya que había gente esperando una mesa y el local estaba repleto.
Tan solo llegar, la entrada del lugar es imponente, muy bien iluminada y con algunos detalles mezcla de campestre y antiguo. Al entrar lo que predomina es la decoración de madera por todos lados, algunos pizarrones gigantes, siguiendo la estética de todos los locales de esta franquicia en Córdoba.
La atención fue muy buena y cordial, y luego de pedir nos trajeron pan y una mayonesa casera para amenizar la espera.
La espera del plato principal fue un tanto larga (una media hora aproximadamente) pero es comprensible ya que estaba lleno el lugar y además sacaban delivery.
Por mi parte pedí una milanesa «Patagónica» que venía con queso derretido encima, panceta y cebolla de verdeo, una exquisitez!
No les voy a mentir, la milanesa tenía el tamaño del plato, por lo que tuve que esforzarme para terminarla. Una recomendación si sos de buen comer, las papas a la crema.
Lo único negativo, es que no quedó ni un poquito de espacio para probar algún postre.

Pésima la atención. Todo el lugar vacío, solo dos mesas en un mismo sector con 20 personas cada una, un solo moso, mientras el resto de los mosos esperaban a que entre gente en su sector. 45 minutos esperando para que nos tomen el pedido. Se puede ser proactivo si se quiere.

Dicen que la milanesa
era un tanto presumida:
de cualquier menú de chicos
se sabía preferida…(poema de Gabriela Vidal)
recorde esto gracias a mi hijo, y describe tal cula el tributo que este lugar hace de la milanesa…
con una carta que merece descansar en los detalles…
volvere y volvere solo por la milanesa…