Basílica de la Merced

Este templo catolico fue construido en 1826, remodelado posteriormente se llevó a cabo bajo el arquitecto Luis Bettolli. La iglesia se inauguró durante la comendaturía del padre Juan Antonio Oliva. Tiene una cúpula de mosaico similar a la de la Basílica de Santo Domingo. Esta hermosa capilla está decorada con granito verde y columnas blancas sólidas, dando al interior un resplandor interesante. El tabernáculo central, rara vez se encuentran en Argentina, es de influencia italiana y el coro semicircular sienta oculto detrás. Ademas, posee muy bellos mosaicos preciosos que decoran la capilla y paneles de azulejos exteriores de la década de 1960 y de 1970 que representan el fundamento de Córdoba, visibles desde la calle Rivadavia. En 2008 se terminaron los trabajos en el atrio, se traslado la estatua de San Pedro Nolasco, reubicando el mástil y colocando nuevas rejas en el pretil.

Trabajo práctico para la facultad. Visita a obra. Viernes. 9 am. Lluvia torrencial. Frio. Imagínense las ganas que tenía de ir a visitar la Iglesia de la Merced en pleno centro, siendo que el día pedía a gritos quedarse en la cama durmiendo. Como era un trabajo practico grupal, nos encontramos con mis compañeros y fuimos a conocer. Apenas entramos lo primero que notamos fue el cambio de atmósfera. Si bien veníamos de una peatonal llena de gente, que por lo general durante los días de semana está a las corridas de un lugar a otro y en una iglesia se debe respetar el silencio, desde adentro vos perfectamente podrías pensar que estas en el medio del campo. Lo mismo sucede con la acústica, en el interior cada paso se reproduce y se escucha hasta el más mínimo movimiento. Con respecto a la arquitectura del lugar, es una obra propia del siglo XIX, en la que se puede observar el eclecticismo característico de este periodo, pasando por corrientes manieristas, clásicas de influencia romana y resolución tecnológica propia del periodo gótico que se evidencia en la resolución de las bóvedas nervuradas o de aristas en sus naves laterales. Los ornamentos son muy llamativos, como así las imágenes religiosas que se encuentran, plagadas de minuciosos detalles y lujo.

Antes que nada debo aclarar: no soy católico y le esquivo bastante a las iglesias, no son lugares que visite muy seguido. Pero además, estudio arquitectura y me es imposible negar la historia arquitectónica de lugares como este. Lo conocí por primera vez a principios de este año, cuando tuve que hacer una visita por la facultad para analizar un poco esta obra desde un enfoque histórico de la arquitectura.
El lugar por dentro es hermoso, cada centímetro esta decorado y se ve que se ha pensado en el más mínimo detalle. La luz penetra por las ventanas con vitreaux y se tiñe de diferentes colores, y demarca por contraste de luz y sombra todos los relieves y molduras presentes en las paredes y columnas. La acústica además es muy buena, diseñada para que se toque música en vivo. Cada tanto cantan coros en el interior.
Esta muy bien conservada y es sin dudas parte importante del patrimonio histórico de nuestra ciudad. Una visita casi obligada para cualquier turista

No lo voy a negar, no soy para nada religiosa. No confío en ninguna religión organizada, y me considero espiritual y ateo. Igual, es imposible evitar lo religioso acá en esta ciudad tan católica. Cuando llegué acá para hacer un intercambio en 2010, visité casi todos los lugares de interés y valor histórico de la ciudad. Eso incluía algunas iglesias, pero nunca prestaba mucha atención cuando estaban explicando la historia de un lugar religioso.
De todos modos, aprecio la arquitectura de las iglesias y catedrales acá en Córdoba. Me gusta ver el estilo colonial al lado de algo bien urbano. El contraste es muy lindo y muy latino. Paso muchas veces por la peatonal porque así ahorro tiempo cuando tengo que ir al otro lado de la ciudad. Así encontré la Basílica de la Merced.
Primero saqué fotos no más, y una vez vi que un coro estaba cantando adentro y me dio ganas de entrar. Me encanta la música, ni importa que sea religiosa. Encima, las iglesias están construidas para tener una acústica divina. Por eso muchas bandas empiezan tocando en iglesias. La combinación de arquitectura linda y la acústica esa casi me da ganas de empezar a rezar, pero después me recupero y sigo caminando por la peatonal.

¿Qué es lo más hermoso que tiene la Basílica de la Merced? La acústica. Si hay algo que siempre admiré de la arquitectura religiosa es que no sólo representaban la belleza desde lo visual (con los vitreaux, ornamentos y estructura que de por sí es hermosa) sino que los lugares estaban pensados para la ejecución de piezas musicales en vivo y para que se presentaran coros, entonces también tenían en cuenta esa belleza invisible que es la del sonido. Además de tener buena acústica (en el lugar se han presentado numerosos coros, recuerdo haber ido a escuchar una versión del Requiem de Mozart también), está en muy buen estado de conservación y se pueden apreciar detalles del poderío colonial de la época. Tras el altar hay una virgen del tamaño de una niña, que se parece más a la muñeca Anabelle que a la virgen María. No suele estar muy concurrida por lo que es muy agradable huir del bullicio de la peatonal para admirar la arquitectura de estilo italiano con detalles manieristas. Al costado de la Basílica hay un ingreso a un patio de los religiosos. Si uno pasa sin hacer ruido, es posible pasear por ahí también sin que nadie lo rete. Uno de los puntos de referencia histórica de la «Córdoba de las campanas».

La Basílica de la Merced, es en la ciudad de Córdoba, un templo de arquitectura con corte italiano que te traslada al verla hasta el Vaticano y sin escala. En plena peatonal, entre bancos y casas de cambio, los árbolitos que venden dólares a escondidas y las señoras que hacen las compras, la Basílica es un testigo silencioso más de nuestro ir y venir cotidiano.
Fue gracias a Nuestra Señora de la Merced que fue declarada basílica, título que otros templos e iglesias de la ciudad pretenden atribuirse pero que en realidad no lo tienen.
Si bien todos hablan de lo hermosa que es la basílica en su interior, de las obras de arte y arquitectónicas que resguarda, de su valor histórico, religioso y cultural, nunca tuve la suerte de poder entrar. Y eso que nací en Córdoba y hace años que no me voy muy lejos de vacaciones. Una reja que la encierra en todo su perímetro la resguarda durante los días de la semana en los horarios que puedo llegar a circular por la zona. Además hasta hace poco permaneció cerrada por refacciones, situación que no puedo decir si continúa o no en la actualidad.
Pero los creyentes, quizás tengan la suerte de concurrir a misa y poder entrar a la Basílica y conocerla por dentro. Quizás algún domingo histórico, me encuentre divagando cerca.