Un dulce permiso

Volvía a casa en bici con la idea de sorprender a mi novia con una buena merienda, pensando qué y dónde comprar, cuando paso por esta esquina de Av. Triunvirato donde veo esta panadería llena de gente.
Mi cerebro hizo el razonamiento de «si está tan lleno debe ser bueno», así que entré.
A ver, cómo les explico. Todo tiene una pinta que te vuelve loco.
Opté por llevar: 2 Pletzalej, una persiana de pastelera y manzana (enorme y riquísima), un strudel de manzana, canela y nuez y un budín de chocolate.
La verdad que es todo muy rico. me sorprendió para bien que habían varias comidas hebreas.
En cuanto a precios está muy bien y la velocidad de atención es impresionante y admirable.
La panadería llenísima y me atendieron en menos de 5 minutos.
No le puse 5 estrellas porque si bien era muy muy rico, no me voló la cabeza. Voy a probar más cosas a ver si para la próxima me convencen de agregar la estrella que le falta.

Un Dulce Permiso es un lugar para entrar a comprar sabiendo que vas a llevar de antemano, sino indefectiblemente salis con más. Desde las clásicas facturas dulces, hasta los panes saborizados. Las alternativas para el paladar que gusta de masas saladas y dulces en merienda es muy amplia. Los scons de queso, de pasas, los bastones de queso y las variedades más exóticas (más orientada a pastelería/​panadería hebrea) hacen que quieras volver cada vez a probar más. Suele tener el local lleno de gente, y la primera impresión es que te van a atender en largo tiempo. Pero no, las chicas que atienden tienen el sistema tan aceitado que es bastante rápido. Un lugar para dejar las facturas de lado y llevarse algo nuevo para degustar

Muy buenas las facturas en gral, siempre que fui la mercaderia es fresca, los panes saborizados son increíbles, es rapido y los precios son normales la docena de factura 48 pesos, buena onda las chicas que atienden.