2 opiniones sobre Santa Elena Confitería y Panadería
No se requiere registro
Natalia V.
Tu valoración: 5 Buenos Aires, Argentina
Vayas a la hora que vayas, en Santa Elena siempre parece haber alguien comprando. Conocí este lugar cuando trabajaba por la zona y pude probar todas sus comidas en diferentes horarios. Es decir, las facturas(especialmente las medialunas) eran una fija en las reuniones por la mañana y por la tarde. y puedo dar fe de que parecen nunca alcanzar. por muchas que hubiera siempre terminaban los platos vacíos. Eso sólo debe alcanzar para mostrar lo ricas que son. También al mediodía pasé varias veces, probando varias de las cosas que salen de su cocina. Todo excelente. El precio es razonable para la cantidad de comida que te llevás, muy bien por ellos. Unos de los pocos de la zona que tienen este criterio. Pero si tu bolsillo no da para tanto, mi recomendación es que te compres unos panes(riquísimos y de muchas variedades) y después consigas algo de fiambre en algún otro local. Ya con eso vas a tener unos sandwich monstruosos. Otra cosa que no puedo olvidar es como para fechas especiales el local aumenta su oferta. Es buenísimo en Pascuas ver todos los huevos y conejos de chocolate exhibidos, o para Navidad y año nuevo oler ese aroma a pan dulce recién hecho. Conocer Santa Elena es un viaje de ida. Un muy rico viaje de ida.
Romina I.
Tu valoración: 4 Buenos Aires, Argentina
Todos debemos tener nuestra panadería de barrio, a la que le rendimos fidelidad los domingos de morfi cuando antojan unas facturas para el mate o simplemente a comprar«el pan de cada día». Como panaderías no faltan, hay varias en la zona, pero Santa Elena es religión. Abre a las 7 am con puntualidad, por lo que no te hace esperar. Si te despertás con hambre voraz, los productos recién elaborados y todavía calentitos ya están listos y exhibidos. Sería difícil elegir solo una preferencia, pero las medialunas de grasa con una fina capa de almíbar son el fanatismo de muchos. Además de lo que tradicionalmente encontrás en cualquier local del rubro, tienen un sector de comidas frías y calientes, ideal para los laburantes de la zona o el vecino que le da fiaca cocinar. Los hambrientos se apretujan en el centro del salón, escurriendose para mirar las bandejas de pastel de papa, milanesas de pollo o ternera al horno, pastas, wolk de pollo y verduras, tartas, carne al horno con papas y demás exquisiteces. Generalmente, las porciones son tan abundantes que la bandejita de plástico parece no dar a vasto, lo que hace que el valor sea adecuado. Otro sello distintivo fue incorporado hace no tanto, cuando remodelaron el interior y construyeron unas finas mesas compartidas con banquetas, para el que prefiere comer rápido y seguir, y una maquina de café, chocolatada, capuccino y los clásicos para el camino.