Como me encantan las picadas, intenté cambiar el lugar del cual soy habitué por este, que es relativamente nuevo en la zona y me queda más cerca. Tiene una variedad respetable de fiambres, pero nada original ni gourmet, sino una clásica fiambrería de barrio. Los precios, normales, más que aceptables, e incluso hay algunas promos convenientes. Yo en lo personal no compré, caí en unos de esos días de verano que hacen 50° a la sombra y el local es angosto y largo y no tiene aire, por lo cual hacía muchísimo calor adentro y heladeras no parecían tan herméticas como podrían ser. Había una sola persona atendiendo y estaba lento el tema. Por temas personales, calor y embutidos no suele ser hago en lo que me arriesgue demasiado así que fui a mi lugar de siempre. Aún así, había gente que estaba comprando y no tengo otras referencias, así que espero que haya sido la mala suerte del día y en un tiempo, poder modificar la reseña y la valoración.