Palermo Cantina

Bueno entre tantos lugares que me dio a elegir mi novio, me decidí por este. Porque yo quería pastas y él quería algo para picar y me pareció que este lugar combinaba ambas. Y si, gran variedad de comida. Desde lo básico hasta ranas .
Tiene un salón el cual no fui por estar reservado y un patio chico con calefacción. Por suerte llegamos y no había gente y pude elegir la mesa que estaba al lado de la estufa.
El día se prestaba para pastas y así fue. Fuccile con fileto y queso gratinado fue mi menu y ravioles de verdura con bolognesa para mi novio al final. Estaban bastante bien. La porción estaba bien para una persona normal, si sos de comer mucho es chica. Los precios razonables y al alcance.
Destaco que en el baño había agua caliente, cosa que para mi como friolenta que soy es una alegría \O/​
Le resto una estrella por no tener línea Coca
Volvería a probar las rabas que se me hace que deben ser una bomba!

Surgió una cena de imprevisto y entre los tantos lugares guardados en favoritos pendientes de conocer nos decidimos por este, la noche estaba fría y pedía a gritos comer unas pastas como las de las fotos que vimos acá (en realidad las vi en la ficha de Club Atlético Palermo)
El lugar se ubica en la zona de Palermo, dentro del precio perteneciente al club mencionado anteriormente. Una vez que entramos al club, recorremos un pasillo y a unos 20 metro ya vemos las mesas ubicadas en el «patio» y luego la entrada a la cantina. El salón es grande pero no TAN grande, todo decorado con fotos, trofeítos, camisetas y esas cosas. Lamentablemente estaba todo reservado y nos sentamos afuera. Afuera está casi todo cerrado y para afrontar las noches frías también tienen una estufa exterior y un aire acondicionado, aunque dependiendo el frió no son del todo suficientes.
Tiene una carta bastante amplia en la que ofrecen picadas, platitos con conservas, rabas, pastas caseras, milanesas, bifes, tortillas, pollo en diferentes formas, arroz con mariscos o calamares, pescados y mariscos. Todos intentan ser como comida casera. Algunos platos son para compartir y te lo avisan en la carta. Hay un segmento de la carta llamado «Como lo cocinaba la Abuela» en el que ofrecen milanesa con fideos con manteca, arroz con manteca, queso rallado y huevo frito o el bife de cuadril acompañado de papas fritas a caballo. Nosotros optamos por pastas, pedimos fussillis al fierrito con tuco y queso gratinado y unos ravioles de pollo y verdura con boloñesa. Las dos porciones estaban muy bien, de aproximadamente un plato y medio. No escatimaron ni un poco en la boloñesa. Ambos platos estaban muy rico y el pan que había en la mesa acompaña a la perfección, bien crocante con mucha cascara.
Con respecto a la bebida venden línea Pepsi, cervezas comunes como Stella Artois y la variedad de vinos no era muy amplia y con etiquetas conocidas por la mayoría.
En total por los dos platos y una 7up de litro y medio pagamos $ 480.
La atención estuvo bien aunque a la hora de pedir la cuenta tuvimos que esperar bastante hasta que el mozo salga al patio.
Los baños se encuentran afuera en el patio.
Aceptan efectivo y débito.
¿Volvería? Si, con reserva previa y para probar las rabas y la milanesa que tenían muy buena pinta.

Estuve juntando fuerzas para escribir esta reseña porque me dejaron SIN HABLA. Palermo Cantina será uno de mis lugares favoritos y de cabecera a partir de ahora.
El Club Palermo se vistió de Restaurant y, así como en esos clubes de la costa que tanto conocemos, te llenan de mariscos increíblemente bien hechos, milanesas gigantes, pastas, rabas, papas fritas, ensaladas. Todo como si lo hubiera cocinado una nonna llena de amor.
La atención es acorde a todo lo bueno del lugar, Miguel estuvo a cargo de nuestra mesa de 10 sacados y realmente nos fuimos muy felices, se preocupó por que todo esté perfecto.
No muchos lugares tienen LA MAGIA que tiene este lugar, les recomiendo que vayan y se enamoren, como yo.

Fuimos a cenar con amigos. Estuvimos afuera porque alguno eran fumadores y la verdad que el fresco ni se sintió, está bien cubierto y calefaccionado.
Al llegar te traen unos panes y unos porotos que son una locura.
Todos pedimos platos, nada de compartir. Los que comieron pastas dijeron que estaban buenas, en mi caso que pedí unas mollejas al verdeo la verdad que estaban feas, como estaban cocinadas de antes, las saltearon con el verdeo y estaban un poco bastante secas y pesadas, el verdeo solo eran pedacitos de cebolla, nada de salsita como para que ablande un poco.
Tomamos dos fernet (con Pepsi), dos cervezas de litro, un vino y una soda.
El servicio muy bueno en todo momento. Volvería a probar las pastas y las milanesas que dicen que son kilométricas.

Soy vecina de la cantina y tuve la oportunidad de ir varias veces, las porciones son para compartir (algunas veces puede comer tres!) y todo es delicioso.
Soy mamá de una nena de 2 años y acá tiro un par de cosas que me parecieron geniales para los que van en familia:
— te dan vasitos de plástico para los más peques
— podés pedir medias porciones para ellos y te dan platitos chiquitos
— hay un cajón de juguetes afuera para cuando se aburren
me encanta esta cantina!!!

No conocía este lugar, y mi viejo me dijo de ir hace poco. La verdad está muy bueno, es tipo cantina de verdad, es un club hecho restaurant, con un salon enoooooorme, mucho ruido y mozos que la tienen clara. Totalmente distinto a la mayoría de los lugares que hay por la zona, para mi es eso lo que le da el toque clave.
Para comer hay típica comida porteña, minutas, parrillas, pastas caseras, etcétera. Nosotros pedimos «bocattinos» que eran básicamente trozos de alguna carne asada (pollo, lomo o cerdo) salteada con diferentes ingredientes: uno por ejemplo era al verdeo, el otro era de la casa y tenía hongos, morrón, papas fritas entre otras cosas. Era muy abundante la porción, fue imposible terminarlo. Otros comensales pidieron milanesa también de la casa, que según la descripción del mozo venía con morrón, cebolla y huevo, y la verdad es que, si bien era una milanesa enorme, el morrón y la cebolla venía tipo guarnición (no arriba de toda la superficie, como imaginábamos) y sólo tenía 1 huevo frito chico encima. O sea que si bien el tamaño era para compartir, como que los «toppings» no se adecuaban.
Vimos salir mucho fussilli al fierrito, tenían mucha pinta, me quedé con ganas de probar.
De postre pedimos tiramisú y mousse de chocolate y la verdad muy ricos. Destaco que el tiramisú estaba bien hecho y que la porción no era excesiva, era como la cantidad de toque dulce ideal (para mí).
Está ambientado estilo futbolero, con muchas fotos y camisera, dándole aspecto muy colorido a todo, creo que está muy bien logrado. Está bueno para ir en grupos porque hay mesas grandes, igual cuando fuimos (viernes a la noche) estaba llenísimo (a pesar de ser gigante) y había gente esperando, así que conviene ir temprano o reservar, aunque en realidad no estoy segura de que se pueda esto último. No lo recomendaría para ir en pareja tipo «cita», ya que el ambiente es muy ruidoso.
Los precios me parece que están muy acordes.

Fuimos a este bodegón luego del evento de Il Posto Mercato, eramos 7 Unilocalers y las ganas de comer algo rico más allá de lo que habiamos picado.
El lugar es el tipico club de barrio/​cantina, con mesas largas, decorado con camisetas, fotos de famosos (estuvimos bastante tiempo viendo y descubriendo quienes eran) y los mozos de la vieja guardia a los cuales AMO!
No nos poniamos muy de acuerdo con lo que ibamos a pedir, asi que directamente optamos por la sugerencia del mozo muuuy copado que nos vio desorientados y nos quitó el desacuerdo en un segundo.
Dos supremas de pollo enormes, una milanga a la napolitana gigantisima y varias porciones de papas fritas fueron nuestra recompensa.
Espectacular todo, encima te daban gaseosas de litro (ya habiamos tomado demasiado alcohol en el evento y quisimos «bajar»), lo que ninguno se animó fue al postre ya que quedamos EXPLOTADOS!
Buena opción para ir cuando estas por Palermo y queres evitar los lugares fashion o de platos anoréxicos.

Anoche fuimos 7 Unilocalers post evento elite y la pasamos genial. El lugar es propiamente una cantina, aires de club de barrio, banderines y camisetas por todos lados, fotos con famosos, amor sin caretas.
Por suerte escuchamos las recomendaciones del mozo, que fue muuy copado, y comimos una milanesa a la napolitana y 2 supremas con 3 porciones de papas fritas. La bebida es de litro y medio por lo que todo nos salio una ganga. Al menos yo que soy de muy buen comer, comí de todo y quedé llenisima.
Tienen muchas opciones de pescado como paella, matambres, etc.
Sin dudas volvería

Muy lindo bodegón! Un grupo de Unilocalers fuimos en patota luego de un evento Elite y quedamos muy conformes. Al igual que muchos otros bodegones el secreto está en lograr la confianza de los camareros de carrera para que te recomienden los mejores platos o propuestas, cosa que nosotros lo logramos al instante gracias al encanto de mis amigas Unilocalies. Nos recomendó compartir tanto supremas de pollo como Milanesas de Ternera napolitanas y eso precisamente hicimos, acompañado de gaseosas de litro y medio y papas fritas.
Como conclusión: Comimos abundantemente y gastamos muy poco, lo cual es ideal si vas en grandes grupos y luego pagás a la Romana.

Llegamos 7 Unilocalers, con ganas de comer, de repente.
Es un club de barrio, hecho cantina. Como para que se lo imaginen, sería una excelente locación para una novela de Suar, como para que se den una idea.
El mozo nos recomendó que con 2 supremas, una napolitana y 3 porciones de papas comiamos todos. Para tomar nos trajo dos gaseosas de 1 ½. Una panera con un pan riquisimo y todo eso nos costo 100 a cada uno!!! Comimos re bien tirando a lechonda. Compartimos una mesa donde la buena onda reinó. El lugar tenía fotos de muchos famosos, camisetas de fútbol por doquier y un ambiente de barrio en pleno Palermo.
El mozo también nos había recomendado la paella, pero esta vez optamos por un casi menú infantil.
Precio-​calidad completamente relacionados y equilibrados.

Que buen lugar!!! comida casera, precios baratos y muy buena atención de los mozos. El cajero o encargado un mala onda terrible, nisiquiera me dijo gracias cuando me acerque a decirle «gracias por todo, estuvo lindo» pero ni me voy a detener en ese detalle cuando todo lo demás fue genial.
Lo encontramos de casualidad, eramos siete, nos sentamos en la parte descubierta porque no había lugar adentro, que estaba repleto de gente. Lleno de fotos con famosos y yo que soy muy cholula me divertí. Aceptamos la sugerencia del chef, que nos recomendó una milanesa a la napolitana, dos supremas y dos porciones de papas fritas para el grupo, que termino sobrando. Las bebidas vienen en envase grande, lo que se puede compartir y así disminuye mas el precio. Comimos rico, nos llenamos, la pasamos bien por $ 100 cada uno.
Muy recomendable, sin dudas, para ir en grupo o cuando estas con ganas de comer algo casero. Tambien abren al mediodia y por lo que vimos en la carta hay menú ejecutivo.

A favor:
Comida excelente
Porciones generosas (salvo las pastas que vienen justas)
La comida sale bien caliente (cosa poco común hoy en día)
Precio muy muy razonable (salvo los postres)
Prolijo y limpio
Decoración agradable, típica de cantina
En contra:
Muy ruidoso, casi insoportable
Los postres caros y no tan buenos
A veces no atienden el teléfono (necesario para hacer una reserva)
El servicio puede ser regular o bueno, dependiendo del mozo que le toque en suerte

Lo primero que tenés que hacer es no dejarte engañar por el nombre. Si bien parece un oxímoron, es cierto que es una cantina de verdad-​verdad, y está en Palermo. Originalmente tenía un nombre más cantinezco, algo así como «La cantina de…» pero lo importante es que cambió el nombre y poco más.
Se come lo que hay. Y de lo que hay, pasta. El mozo es de esos mozos que te charlan, te hacen chistes y te retan si sos habitué.
Está muy bueno para ir de a muchos y decir algo así como «traé pastas, lo necesario para todos nosotros».
Los precios están muy bien en relación con la calidad de comida. El lugar podría estar un poco más arreglado, pero en parte se debe al estilo.