Oscar Rittor es muy puntual, difícilmente he esperado más de 10 minutos para que me atienda. De hecho, la secretaria me llama el mismo día para confirmar el turno. Para mí es un plus a sus conocimientos profesionales porque pocas cosas son tan improductivas como perder el tiempo encerrado en una sala de espera. El lugar está impecable y la vista del sillón da a un balcón cargado de plantas que hace un poco más relajante la difícil tarea de enfrentarse al torno. Es agradable y tiene muy buen trato pero lo que más aprecio es que me deriva a otros profesionales cuando la tarea escapa a su especialidad como es el caso de los tratamientos de conducto. Comparte consultorio con otros dentistas, en uno me hicieron una limpieza dental y en el otro un implante. Trabaja con obras sociales.