Monasterio Santa Catalina

Cortando el mediodía, mi jefe me dijo: Como no comiste nunca en el Monasterio?
Crei que era un chiste… pero NO!, así que lali fuimos, comimos en el Patio de un Monasterio que aun sigue abierto… si! hay Monjes… y hay una biblioteca donde podes encontrar libros de la filosofía medieval que quizás no encuentres en ningún otro lugar.
Por 110 pesos me comí una milanesa con puré que era para 5 personas, y pague la bebida (que era compartida)
Volveré para probar otras cosas…
Obviamente venden artículos religiosos en caso de querer comprarlos.
Lo loco de este lugar es que no sabes que esta ahí, en medio del caos del microcentro y entras y parece que tal ruido no existe… Mágica Buenos Aires

El oasis de los oficinistas del microcentro! Almuerzo en el monasterio todos los días desde que lo descubrí hace 2 años. La comida fue variando con los años, antes había más variedades «económicas» como empanadas. Ahora queda algún plato caliente del día (siempre riquísimo pero suele ser carne), ensaladas y sándwiches. A esto hay que sumarle los postres y los jugos naturales que también son una bomba. Los precios son caros, pero la comida es muy buena. Lo mejor del monasterio, es que en las mesas de afuera (lo mejor que tienen), se puede comer aunque lleves tu propia vianda o compres en algún otro lado… Ideal para los que cuidan su presupuesto llevando el almuerzo de casa, pero odian comer en el escritorio! También hay bancos de plaza, para los que quieran ir a leer o ver un poco de verde y descontarse en el horario de almuerzo. TIP IMPORTANTE: durante primavera/​verano intentar evitar ir entre las 13 y 14, es el horario pico y es difícil encontrar mesa afuera. Hay wifi gratis de fibertel zone.

Hermoso lugar para escapar del caos oficinista! Fui a almorzar un lunes de verano con una temperatura ideal para estar afuera, y este café tiene varias mesas en el patio de lo que era el monasterio. Es self service por lo que uno elige los platos de una heladera, tienen un plato del dia y después varias opciones que se ven muy ricas y saludables. También hay postres para elegir con muy buena pinta! Yo comi un sandwich de pollo y palta que estaba muy rico, le hubiera agregado un poco de tomate tal vez, y una gaseosa. El ambiente es sumamente agradable y los precios súper razonables. Para volver!

Es un monasterio en medio de Viamonte y San Martín, frente a Galerías Pacifico, CAOS por donde quieras, pero dentro hay un parque precioso super tranquilo lleno de arboles y silencio.
hay mesitas para gente que lleva su propia comida (en Tucuman entre San Martín y Florida hay un resto x peso), sino tenes la opción de comer en el resto que esta dentro del precinto.
la verdad es un lugar ideal para almorzar si trabajas en el centro, es super tranquilo, lo super recomiendo mas en esta época de calorcito.

Qué lindo lugar. Cada vez que voy me parece increíble estar en el medio del microcentro en un ambiente de tanta tranquilidad.
La iglesia es muy bonita y la zona donde está el restaurant está muy cuidada.
Altamente recomendable para quien quiera buscar una pausa durante la semana.

Mi salvación para el gran problema gran del almuerzo oficinista. Este es literal un oasis en el microcentro. Y lo de oasis no lo digo figurativamente, sino que es un oasis de verdad. Entras al convento y es silencioso, soleada, la gente está tranquila, y lo mas sabroso. la comida es bien casera. Realmente un lujo comparado a otras opciones.
Hay un menú fijo que con bebida y postre sale 95 pesos, sino hay ensaladas y sandwiches para elegir. Todo lo elegis vos y te servis con bandeja, lo que lo hace más fiaca pero mucho más rápido porque no esperas a ser atendido. Los postres son la estrella ya que siempre tienen mucha variedad, son super caseros y muy muy ricos. Es uno de mis top3 de almuerza, todas las semanas un dia me voy a tomar un poco de aire al convento. Más que recomendable en especial ahora en primavera que se puede comer afuera en el patio y es divino.

Uno de mis lugares secretos no tan secretos favoritos del centro. Al cruzar por la puerta de la izquierda el bullicio del centro desaparece y uno se puede sentar a tomar un poco de sol en los muchos bancos que hay en el jardín y descansar o llevarse el almuerzo y comer en alguna de las mesas disponibles para ello. Desde que abrió el restaurante, que se encuentra en el mismo lugar, cambió de concesión 3 veces incluso pasó un Como en Casa donde uno se sentaba y había servicio con mozos y carta. Ahora la propuesta se adecuó al lugar donde se ubica: chau mozos, hola bandejas! Un plato del día bien casero, una selección de sandwiches fija entre los que se destaca el de bondiola braseada y cebollas caramelizadas y una amplia oferta de postres en simpáticos frasquitos como chocotorta, crème brulé, postre oreo, lemon pie y muchos más. Importante: ir antes de la 1 porque se llena, igual la caja es bastante ágil pero a veces el plato del día se agota. Se nota que todo el tiempo están tratando de innovar, todas las semanas te encontrás con alguna novedad: hace poco ampliaron el horario para poder tomar el té, agregaron un after con cerveza artesanal y música en vivo y también añadieron la opción de hacer tus pedidos si no tenes tiempo de ir por teléfono o whatsapp. Si querés ver el menú del día sólo tenes que entrar a su página de Facebook donde los lunes suben los platos de toda la semana.

Esta iglesia metida en el medio del caótico Microcentro es distinta a todo a su alrededor y a todas las iglesias.
Por qué? Porque tiene un patio con galería dentro donde funciona un lugar para comer, pero donde además hay bancos (y sino el piso) y podes ir con tu propia comida a comer ahí.
Rebobinemos. Como les contaba, dentro tienen un lugar para comer. No es tipo restaurant si no más bien tipo «market» con una heladera con ensaladas y sándwiches (yo comí uno de carne exquisito). Además hay platitos de frutas.
Por $ ⁸⁰⁄₁₀₀ por persona comés, tomás, y le sumas una ensalada y postre para compartir.
Lo bueno, y como les decía es que comés afuera, al aire libre, a la sombra de los árboles y en un ambiente super tranquilo en el que no se escucha el lío de la zona.
Y si preferís, podés llevarte tu sándwich hecho en casa, empanadas, lo que quieras, y tenes también un espacio para sentarte y comer, o si no, al menos ir a desconectarte un rato con un libro, por ejemplo.
Es un lugar increíble.

Este lugar es un hallazgo en una zona donde todo es ruido, autos y edificios.
El Patio del monasterio, con sobra de varios árboles, está abierto a ser utilizado aun si no compras tu almuerzo en el restaurant que tiene la concesión del lugar.
Podes ir con tu tapper o compara tu comida en algún lado y sentarte en un banco o en las veredas de las galerías y pasar un rato tranquilo, cambiando el aire y viendo un poco el sol.

Un buen lugar para comer, Todos los dias tiene un menu distinto, la verdad que nunca comi la comida que venden en el lugar, mas adelante lo hare y comentare.
Es un lugar al aire libre con muchas mesas y arboles en medio de microcentro que te da la posibilidad de ir a comer con tu comida.
Es un lugar tranquilo ideal para ir a descansar del laburo.

Un buen método para cortar con el stress del microcentro es ir a almorzar a Santa Catalina.
Quien iba a pensar que en medio de la city porteña encontraríamos un lugar con tanta paz, un poco de verde y encima unas mesitas para comer algo.
De lunes a viernes al mediodía va mucha gente a comer. algunos al restaurante y otros con su comida por los patios del lugar. Para quienes no cargamos el tupper, la comida de allí es buena pero al haber mucha gente la atención suele demorarse y a veces es medio incomodo con tanta gente alrededor.
Por eso les recomiendo ir temprano, cortar un poco el dia y volver fresquito a la oficina.
En cuanto al monasterio Leandro, lo reseño muy bien!!!

Secreto no tan secreto del Microcentro, Santa Catalina es una Iglesia que se ha sabido adaptar a las necesidades de el ambiente de oficinas en el que quedó. Al mediodía el patio del convento se llena de gente que se viene con su tupper o sandwichito a aprovechar y almorzar al aire libre. En general el lugar está muy limpio y hay espacio para sentarse y estar cómodo.
Si preferís ir y echar el gasto, actualmente un Como en Casa tiene la concesión del restaurant. La comida no está nada fea y al mediodía hay menúes ejecutivos, un poco caros a mi gusto, que están bastante buenos. El restaurant en sí es divino. Tiene mesas afuera y ocupa también varios ambientes dentro del edificio. Es decir, no es un único gran salón, sino que son 3 salas distintas, lo que le da un cierto grado de intimidad al lugar. Es todo muy blanco, muy sobrio, y el clima suele ser tranquilo.
Recomiendo darse una vueltita para el lado donde está el baño de mujeres y ver el espacio donde el piso es de vidrio y se puede observar un pedacito del subsuelo. No se si es la gran cosa, pero me gusta ir a mirarlo como cosa rara que es.
Otro aspecto que hace de Santa Catalina una Iglesia atractiva para los oficinistas, es el horario de misa todos los días a las 13. Suelen ser servicios buenos y dinámicos, muy recomendables.

Fue el primer convento para mujeres que se abrió en la Ciudad y hoy se mantiene intacto.
Podés conocerlo haciendo la visita guiada los lunes, miércoles y viernes a las 15.00hs o en los horarios de apertura (lunes a viernes de 9 a 20hs y sábados de 11 a 17hs) La iglesia es muy linda y alquilan los espacios para eventos privados.
Pero el motivo por el cual quería reseñar este convento, es el patio. Es realmente un lugar único de la ciudad, un oasis maravilloso. En cuanto entrás te abstraes de todo.
Adentro está el restaurante Como en Casa que todavía no probé, pero normalmente está lleno de turistas.
Pero un planazo low cost es comprarte un sánguche en cualquier lugar cercano y sentarte a comerlo en alguno de los banquitos. Y si además llevás un libro que te guste hacés un combo perfecto. Me parece una gran manera de aprovechar la hora de almuerzo en esta zona de Microcentro y desconectar completamente con el laburo.