Me Leva Brasil

Un poco caro, pero está bueno para ir alguna vez. El ambiente no es muy lindo, parece un típico bar viejo porteño. Pero la comida es riquisima, al menos la polenta frita –viene en tiras como si fueran papafritas!- y la feijoada. La feijoada es mucho más rica que la de Boteco.
Las porciones son muuy abundantes, así que pidan todo para compartir!

Relamente fui de paso… Literalmente de paso ya que fui a comprar un par de skol para regalar y dejé el auto mal estacionado y todo… por lo cual fue entrar pedir pagar y volar… Lo poco que vi es que el lugar es medio pequeño, estaba solo una mesa ocupada, pero hay que tener en cuenta que era un domingo de mucho frío y tipo 20.30 hs así que puede ser que más tarde se llene… Me dije que voy a volver con más tiempo y si sentarme y probar alguna de las cosas típicas del Brasil o al menos tomar ahí unas skol o guaraná, seguramente será en breve

We tried out Me Leva Brasil in another attempt to break up the parrilla steak-​and-​wine routine. Located in Palermo, the restaurant is in the middle of a lively restaurant and bar district, so you’ll have plenty of choices and good people-​watching if you choose to eat outside, as we did.
The outdoor seating is nothing fancy — just tables and chairs plunked right down on the sidewalk. Our table was close to a sewer grate in the street, and I made the mistake of looking down and seeing a BIG cockroach scurrying along the gutter! From then on, I couldn’t look away from the street as a few roaches popped in and out of the sewer and wandered around. This is not a complaint against the restaurant’s cleanliness, as it was outside on the street, but if you’re squeamish about bugs, you might want to avoid eating outside.
The menu is fairly extensive and has plenty of Brazilian specialties. We started with a platter of salgadinhos as an appetizer, which included about a dozen little tidbits like pao de queijo (cheesy bread balls), empanadas, meat croquettes, and other fried snacks. This is enough for 2 – 3 people to share as an appetizer, or it would be a filling entrée for one. We also had the feijoada con arroz, which came with a leafy green side dish and some crunchy-​corn-​type topping. Prices were reasonable, about USD$ 10 – 15 at the current exchange rates.
For drinks, I had a coco batido, which came in a tall milkshake glass and was very sweet. My boyfriend had a maracuja (passionfruit) caipirinha, which was a little on the sour side for him but an interesting variation on what we normally get in the U.S.
The service was fine, kind of hands-​off and not particularly cordial. Our server seemed a little impatient with our questions and our lack of knowledge about Brazilian food. Our drinks came quickly and once our food was served, we didn’t really see our server again until we asked for the bill, so it feels a bit like being stranded if you’re sitting out on the sidewalk away from the restaurant.
Overall, good food at reasonable prices in a fun neighborhood. Just don’t expect a lot of hand-​holding if you’re unfamiliar with Brazilian food, and maybe don’t sit outside if you don’t like las cucarachas.

Es un 2.4 pero no. No sé, quién no ama la comida brasilera realmente. Bah, seamos honestos, la comida brasilera no se destaca por su finesa. Es más que nada todo frito y esas cosas.
Pero LAS COIXINHAS MAMITA. Las amo, las extraño. Y los pan rellenos, los pao de queijos, todo eso. Si, somos gordos.
Este lugar es horrible. Parece sucio. Feo, te atienden medio como el orto. Y la comida es ok. PERO las coixinhas son geniales.
Y eso es lo único queme interesa realmente.
AGUANTE LAS COIXINHAS LA PUTA MADRE
ASi que vayan acá a pedir eso para llevar y no se gasten en quedarse.
Bah, quizás queiren guaraná y jugos raros o caipis medio flojas. Pero Yo les recomendè que no (?)

Lo único que me gusto de este lugar fue lo que comí de entrada: unas muy bien logradas empanadinhas de camarao. Creo que si alguna vez vuelvo seria para pedirlas y llevármelas para comer en otro lugar. Los precios son bastante elevados y la comida no esta a la altura. Esta bien ubicado, a pasos de plaza Armenia, es decir que tiene bastante competencia pero creo que tiene tan poca onda que no se destaca ni a palos.

Le doy una estrellita más de las que pensaba, porque hay pocos lugares en los cuales puedas pedir auténtica comida brasilera, pedir Skol, Guaraná o una caipi de maracuyá bien hecha.
No esperes una gran ambientación, es un boliche medio pelo que zafa, pero no tiene gastados miles de pesos como todos los otros de Palermo para poner bonitas las paredes. Lo que verdaderamente me jodió un toque fue el televisor con el partido y el volumen bastante fuerte (además que estaba posicionado para que se vea bien desde la barra, media pila con eso).
La comida estuvo bien. No descoyaba, mi era fea, estaba bien. No es un punto flojo, pero tampoco era algo que iría a repetir. Creo que está bien para sacarte las ganas de platos con pescado que no conseguís todos los días, o para comer las tarteletitas de camarón.
Lo que sí es que el precio si es bastante Palermitano y te recuerda que estás a media cuadra de Plaza Armenia. Solo afectivo, así que andá con la billetera cargada.

Sin ser un especialista en comida de Brasil, fui un par de veces y quedé conforme. No hay muchos restaurantes brasileros por la zona y esta es una oportunidad única para probar distintas cosas de la gastronomía del país vecino.
Por supuesto hay feijoada y distintos platos que se pueden combinar para picar con variedad: croquetas y demás.
También hay tragos y jugos, entre ellos la capeta, que recomiendo mucho.
Me Leva Brasil es una rareza en la zona, no muy hipster o cool, simplemente comida brasilera como no vas a encontrar en otro lugar.

No es porque sea brasilera, pero tengo el gusto más apurado para comidas del tipo.
Me Leva fue por mucho tiempo una especie de casa, hasta que he tenido re malas experiencias ahí que no me hicieron volver.
La comida es bastante fea, los que son fritos vienen ahogados casi en oleo y no hacen nada bien. Nos comimos una de carne que al otro día dejó a todos en el hospital por intoxicacción alimentar, luego los precios de las bebidas más brasileras son extremadamente caros, Entiendo que no es fácil conseguir, pero igual, pagas casi 40 pesos en una lata de guaraná.
Los dulces son feos. Me pedi uno que debería estar a temperatura ambiente y no habría como comerselo de tan duro que estaba, porque lo mantuvieron en heladera o porque estaba ya pasado de punto.
Es triste porque es bien ubicado, aunque no tenga hermosa decoración queda al paso para probar comidas brasileras, pero he decidido por ahora no volver más.
Ojalá mejoren.

Un pedacito de Brasil en pleno Palermo. Impresionante menú. De punta a punta con comidas y bebidas típicas brasileñas. Increíble.
Para comer, platos típicos, hasta las entradas son de las que sirven en cualquier restó de Brasil. Acarajé, pamonha, y la diva principal acá: la feijoada. Abunda el cerdo en algunos de éstos platos.
Las bebidas. Caipirinha, la tenés que pedir. Súper rica. Y los jugos naturales, ¡ay, los jugos! De todas las frutas, solas o combinadas con otras. Exquisitos.
Ir, hay que ir. Credit cards.