Lotus Neo Thai

Bueno, parece que vengo a ser la que desentona con las reseñas. Y bueh.
Fuimos a cenar ahí por mi cumpleaños, lo re conocíamos de nombre a este lugar y nos pareció una buena opción para ese día. Reservamos por teléfono, llegamos, el mozo nos ubicó enseguida en una de las mesas de adentro y al toque nos trajeron esos ¿chips? crocantes de masa de camarones con una salsa de chile dulce («es re picante», nos dijo el mozo, y era más dulce y tranquila que la sweet chili sauce de Narda) y maníes rotos para acompañar. Rico, buena combinación e interesante para pasar el rato hasta que llegase la comida.
Hicimos el pedido con un mozo que, no sé si soy yo o qué, pero parecía que todo el tiempo estaba dándole órdenes a todo el mundo: «vení, sentate, leé la carta que ahora vengo y te tomo el pedido, ubicate por ahí, pedite tal cosa que está buena»… etc. No lo decía de mala gana, al contrario, pero la conjugación de verbos así sonaba a que no tenía ganas de que nadie le rompiera las pelotas. En fin.
Pedimos de entrada unas brochetes de langostinos, de principales yo pedí un plato con –creo– trucha (que resulta que no tenían), así que por sugerencia/​semi-​orden del mozo este que les digo me pedí un salteado de langostinos, y mi marido se pidió un salmón al vapor con leche de coco, cilantro y lima.
A los 5 – 10 minutos, otro mozo nos trae los principales. Primero, nos sorprendió la velocidad con la que salieron los platos (bien) y, segundo, que no nos hubieran traído la entrada. Se lo decimos al mozo («eehhh… habíamos pedido una entrada»), a lo que nos responde que no sabía, que quizás la cocina se había confundido, que ahora averiguaba y cualquier cosa nos la traía después de los principales (le dijimos que no, que después si nos quedábamos con hambre, la pedíamos). Al minuto, viene el mozo que nos había tomado los pedidos, y se da este diálogo:
Marido: «Hola, sí, mirá, te habíamos pedido una entrada…»
Mozo: «No. No. Ustedes no pidieron entrada.»
Yo: «Eeehh, sí, te pedimos la brochette de langostinos…»
Mozo: «No. No me la pidieron»
Marido: «Bueno, dejá, cualquier cosa la pedimos de nuevo después» (se va el mozo medio ofendido).
BUEH. Chabón, si no escuchaste o si no lo anotaste o te olvidaste, pedí disculpas y solucioname el temita, no me digas que no pedí lo que claramente recuerdo haber pedido.
Pero pasemos a los platos: mi salteado de langostinos tenía un total de 8 langostinos y el resto del plato lo llenaban cebollas y shiitake salteados con salsa de ostras. Estaba rico, pero ¿ocho langostinos en un plato que te cobran 280 pesos? El salmón de mi marido también estaba rico, pero la porción era mínima (6 bocados y pará de contar), aunque salía 310 pesos ¿GUÁT? Tamos todos locos. Cuando vimos los dos platos y que claramente nos íbamos a quedar con hambre, llamamos al otro mozo y le dijimos si nos podría traer, aunque sea, una porción de arroz blanco, como para acompañar los principales (y hacer bulto). Nos dijo que claro que sí, que esos platos de hecho venían cada uno con su bol de arroz (¿y entonces por qué no nos los trajeron junto con los platos???). Así que comimos eso y, la verdad, después no teníamos más ganas de quedarnos ahí, así que pagamos la saladísima cuenta, y nos fuimos a comer unos heladitos a Rapa Nui.
En resumen: rica la comida, sí (aunque tampoco nada del otro mundo, mi salmón pocheado es mucho más rico que ese al vapor que nos sirvieron), pero por esos precios y con esa atención, no vuelvo ni loca.

Llegué a este lugar por casualidad, cuando todos los otros restaurantes de la zona que conocía estaban cerrados por vacaciones. Me senté en una de las mesas de afuera. La carta es variada, pero un poco cara, minimo si no queres pasar hambre vas a gastar 350 pesos por persona. La comida que probé estaba bien elaborada y venia acompañada de salsas agridulces, ademas, antes de traer la comida te convidan con unos snacks. Lo único que no me agradó fue que las mesas de afuera estaban ubicadas bajo un gran arbol, por lo qur caian hojas y habia abejas por todos lados, que terminaron cayendo en los vasos. Es un buen lugar pero si no sos fanatico de la comida thai no ofrece nada especial que te de ganas de volver.

Located in the china town of buenos Aires. Food was decent but service was super slow! I also thought the portions were small. The complementary starter fries they served smell like they were fried in fish oil even though the server denied it. Speaks decent English and accepts credit cards which was a plus.

Lotus es el lugar predilecto para los amantes de la comida tailandesa, tiene una carta variada que permite explorar muchos sabores y todas las opciones son muy saludables. Me encantó que ofrece tres ambientes distintos: la terraza para disfrutar en un lindo día de sol, el patio donde encuentras mesas y cojines en el suelo, y la parte de adentro donde la decoración se puede apreciar en su esplendor con unas lámparas preciosas en forma de flor, sillones, y un techo que simula estar hecho de bambú. Los fines de semana encuentras dos opciones de menú, que incluye entrada, plato principal, bebida y postre (¡el helado es de ensueño!). En mi caso probé unas empanaditas de pollo con camarones (muy pequeñitas, pero deliciosas), pollo salteado con morrón y maní en salsa dulce y vino blanco. El pollo al curry es riquísimo también pero no apto para quienes no les gusta el picante porque es muyy hot! Otra opción de entrada es la ensalada de brotes con salsa de mango… wow! y de beber también ofrecen un te helado muy rico e ideal para estos días de calor. La atención estuvo muy buena, otro punto adicional. Los precios del menú del día están al alcance, el resto son un poco más elevados, unos $ 250-​$ 300 por persona. Buen lugar para explorar una cocina tan exquisita como la tailandesa y salir de lo tradicional.

Me encanta este lugar en pleno barrio chino. Si bien en la zona prima la opción del tradicional restaurante chino, hay un par de opciones de cocina oriental pero de otros países. Lotus es uno de esos casos.
Como la comida Thai suele serlo, los platos tienen picante aunque, en este caso, uno puede pedir que no le pongan picante y la comida sigue siendo muy rica. El pollo con castañas de cajú es genial!!!
El ambiente es divino, con un par de mesas para sentarse en el piso, recomendable si son varias personas, ya que hay pocas mesas en general, y pocas grandes en particular.
La atención es divina, y cuentan con menú de mediodía con varios pasos.
Super recomendable para una cita o para una salida con amigas y ponerse al día .
Reservar con antelación si vas a la noche.

Sabores diferentes y deliciosos, combinaciones originales, para los amantes del picante y frutos de mar es ideal!

No se pueden perder la comida de éste lugar.
El ambiente es tranquilo, hay pocas mesas y la decoración es linda y acorde a la tematica general.
Es un resto Tailandes sin comodines para el que no se anima o no le gusta. Todo tiene lemongrass o salsa de otras o picante.
Yo me pedi un curry de salmon y camarones. Estaba increible. La mezcla de sabores entre la leche de coco, el lemongrass y el salmon fue imbatible. Tal vez estaba un poquito picante de más. No es para temerosos (o cagones)
Para tomar me pedi un licuado de maracuya y de postre unos buñuelos de banana infernales.
Fui el 9 de julio (feriado) asi que supongo que el mozo tenia mejores planes pero le tocó trabajar y estaba desconsolado por eso y no que es un ortiva mala onda todos los días.
En cuanto a precios, si bien hay platos que no son muy caros, hay que promediar unos $ 250 /​$ 300 por persona sin vino. Es bastante caro aunque por ser tan distinto y rico vale la pena probarlo.

Lugar muy agradable. Atención amable y considerada. El menú del mediodía es un éxito. Accesible y rico y para distintos paladares. El curry de pollo te deja echando fuego, pero es muy rico. Muy recomendable.

Buena atención. Hay mesas bajas para sentarse en el suelo. Ambiente muy relajado! Hay terraza!

Sumergido en el barrio chino de buenos aires este restaurant propone una alternativa a los lugares de comida china con un ambiente relajado y cómodo. El menú no es muy extenso pero es suficiente. Además da la chance de combinar algunos de estos platos de martes a viernes en combos de almuerzo no muy caros.
Hace un tiempo estuve en tailandia. Si tuviera que comparar mis experiencias con la comida del lugar no me atrevo a decir que los sabores son los mismos. Me decepcionó no poder revivir mis experiencias aunque la comida en fin estuvo bien. La atención es muy cordial aunque hay poco personal.

Ya hemos probado comida Thailandesa y mi favorita hasta ahora es koh lanta (aunq la última vez, no fue buena la experiencia). Llegamos y te dan unas galletas fritas que estaban HÚMEDAS en realidad habían mezcladas pero que verguenza, y eso que me cobran cubiertos. Pedimos una entrada de unos arrollados de langostino que vienen 4, muy ricos con dos salsas. Eramos 4 así que pedimos: unos fideos fritos, un variedad de vegetales con arroz, un salteado con castañas de Cajun y yo un salteado que tenia maní. El más rico fue el de castañas de Cajun. Mi plato tenia chauchau que eran medias pasadas como muy fibrosas eso no se si es porque la calidad de la chauchau no es muy buena. Estaba rico mi plato de todos modos con un poco de picante, tolerable. Bastante abundante era. Algo raro fue el tipo de arroz que nos trajeron. Desconozco como debería ser en Tailandia. Pero pensé q toda comida oriental usan el arroz oriental; ellos no. Usaron el largo fino. Muchas dudas y no me gusto la comida, mero gusto de postre pedimos un pannqueque de banana rellena de banana y leche condensada. A mi no me gusto porque no me gustan las cosas con banana pero a los demas si! Algo para probar. Dudo que vuelva. Hermosa ambientación. Eso sí me encantó.

Un lugar con muy buena ambientación a la luz de las velas en pleno Barrio Chino. La ambientación es muy superior al general de los locales gastronómicos del Barrio Chino. La atencion es lenta por falta de personal pero atenta, Riquísima la comida pero ni lo intentes si no te gusta DE VERDAD el picante, no apto para blanditos. Muy buena relación precio/​calidad el menú del mediodía (entrada, principal, postre y copa de vino $ 120 por persona), lo mas flojo serian las opciones de postre (una bocha de helado con coco y miel) pero rico. No me voló la cabeza, creo que hay mejores lugares de comida Thai y viendo la carta a mejor precio.

This place is a gem of a find.
This is the best Thai restaurant in Buenos Aires, period. The food and service are superb. The interior is very artistic and warn, great for a romantic dinner.
The owner, Ceso speaks perfect English and is a marvelous host.
The mango salad is yummy, as is the Curry.

So yummy and spicy. Friends ordered for me and did great. Lovely flavors and a nice setting.

Probably the best thai you’ll get in buenos Aires but no where near an authentic thai meal. Fairly expensive for dinner. A decent lunch special but the pad thai lacked any flavour.

Lotus se presenta a sí mismo como un restaurante de cocina Neo Thai. No sé muy bien a lo que apunta lo «neo» pero si trabaja con los sabores agrios, dulces, picantes, salados y amargos de lo tailandés. Supongo que lo «neo» está dado por los pétalos de rosas que le ponen a algunos platos… en fin.
El local es precioso con mucho esmero por la decoración. Con la iluminación y las flores de papel emulan la atmósfera acuática de un jardín de flores de loto.
Hay rincones bien intimistas ideales para ir en pareja o sectores un poco más amplios para grupos. Nunca fuí de día pero a la noche generalmente conviene reservar una mesa porque suele estar bastante lleno.
La comida es rica… por suerte no se quedan sólo en los curries como si fuera lo único thai sino que van por ensaladas, sopas y distintos platos… lo que sí le recrimino es que no tengan la famosa ensalada de papaya thai. Inadmisible! Si hay muchos platos con pescado bien gourmet.
Tienen una terraza donde muchas veces organizan clases de cocina tai. Tienen cupos limitados, así que atentos!

El lugar es hermoso, es super cómodo y siempre te sientes bienvenido.
Es un restaurante thai bastante lindo con su lugar lleno de de flores de loto que iluminan románticamente el lugar.
Las flores de loto creadas en papel macho más sus flores pintada y sus mesas y sillas de bambú hace que te sientas en Tailandia.
Cuando fui era para almorzar y tenía unos muy buenos menús de día es super completo y a un precio bastante accesible.
La atención muy buena siempre pendiente de que el lugar este pulcro y bien organizado.
La comida es buenísima, me encanto el curry de pollo y berenjena y los pinchos de pollo son buenísimos, además te traen una salsa espectacular.
Un lugar único en medio del. barrio chino que te transporta a Tailandia.