La Vieja Pulpería

Uno de esos huecos de la ciudad que da gusto descubrir. Laburo por la zona y un día buscando donde comer caímos acá. Fue un camino de ida.
El lugar es chico, con pocas mesas y suele estar lleno, por lo que no vayan con muchas expectativas de sentarse. Compren y lleven.
Las empanadas fritas son una BOMBA, muy ricas y todo lo que sale de la parrilla sale 10 puntos. Tiene una pequeña barra donde comen alumnos del Nacional, empleados del Ministerio de economía, de AFIP, oficinistas y policias. Muy ecleptico.
Los precios y la atención, más que aceptables.
Mi cuenta pendiente es ir un día que no tenga que volver a la ofi, comer en la barra, pedirme una damajuana y charlar con el parrillero del clima, de fútbol y de política.

Don’t bother with the rubbery bread. Whatever you do, don’t try the house wine. Really, you will thank me.
The French fries were on the undercooked side. So why three stars? The ambience is pretty cool, in a hole-​in-​the-​wall way, cops eating at the next table, the prices are great, staff is nice, and the lomo is to die for.

Caimos ahi de casualidad, bien old school. Fuimos a ver que habia de bueno por Alsina, y cuando nos paramos enfrente de La Vieja Pulperia, todos sabiamos que ibamos a terminar comprando ahi.
Compramos para llevar y comimos en la oficina a 2 cuadras. Ni bien entramos ya nos pusimos contentos, vimos a un monton de gente en la barra comiendo, generalmente era gente sola, tomando o alguna cerveza o algun vaso de damajuana, una situación muy pintoresca. En la barra tenian empanadas, fritas y al horno, por lo que vi eran las clásicas, carne, jamon y queso y pollo. Por detras de la barra estaba la Parrilla. Al fondo habia mesas para poder sentarse.
En mi caso, elegi comer 2 empanadas de entrada, ahi parado, una de carne y otra de jamon y queso, obviamente fritas. Estaban muy ricas, y el precio era muy bueno, la verdad que hoy en dia encontrar una rica empanada a 11 pesos es algo dificil. Despues para comer elegi llevarme un sanguche de matambre con huevo a la plancha y panceta. Éste estaba 43 pesos, y la verdad que era grande y muy rico, hasta el pan estaba perfecto.
El puntaje seria un 3.5, pero la verdad que es una buena alternativa para comer casero, abundante y un poco grasoso.

Laburando en la zona y a punto de ceder nuestra hambrienta búsqueda de un lugar para almorzar al Mc Donalds mas cercano, un compañero de trabajo nos llevó a este bodegón criollo prometiéndonos comer muy bien.
Un poco escépticos al principio, cedimos al olorcito del vacio que se estaba asando bien a fuego lento en la parrilla que te da la bienvenida ni bien entras, pero lo que realmente robó nuestro corazón fue una canasta de empanadas fritas que estaba sobre la barra.
No somos de almorzar pesado al mediodía, dado que luego cuesta seguir con la exigente rutina laboral, pero ese día decidimos hacer la excepción. Pedimos una promo de una docena de empanadas con una cerveza grande y quedamos maravillados.
Se destacan la empanada de carne picante y la de jamón y queso, ambas fritas, que luego de devorarlas te plantean la duda de volver a comer empanadas al horno.
Prestando un poco de atención al entorno, noté mucha gente en la barra almorzando sándwiches de vacio, choripan, cortes de carne y platos del día (varían y tienen buenas ofertas).
Cabe aclarar un par de cosas, primero que la parrilla no tiene buen tiraje así que vas a salir si o si con olor a asado, lo cual puede ser una complicación. La otra es que la señal celular en NULA, por ende ojo si esperas algún llamado importante.
La atención es buena, el sitio tiene WIFI (Detalles en Observaciones), los precios son moderados y recientemente incorporaron mesitas afuera, pero cuesta encontrarlas libres.

Carne demasiado cocida, de mala calidad. Al mediodía esta demasiado lleno y los pedidos tardan mucho. No lo recomiendo.

Este lugar escondido sobre la calle Alsina es perfecto para los amantes del asado que no tienen parrilla y o no tienen tiempo para sentarse en una restaurant a comer, y sobre todo, ideal para los que no están haciendo dieta. Al entrar, vas a encontrar a la parrilla que está en el medio del salón, atrás de una barra, el lugar es chico y tiene pocas mesas, por eso lo recomendable es pedir para llevar. El asador es el mejor anfitrión, da la bienvenida y toma el pedido mientras atiende su parrilla enorme, respeta con mucha precisión el orden de llegada de los clientes y tiene una memoria envidiable. Lo común es hacerle el pedido y esperar a atrás de la barra mirando a la parrilla con ganas de comerte todo, y ver cómo el asador no pierde la vista en nada, maneja asado, clientes, precios, y hasta conversa simpáticamente, no importa cuánta gente tenga el lugar, que a los mediodías se llena. Personalmente, recomiendo el clásico sandwich de bondiola, cocido al punto, con un pan fresco y un sabor perfectos, argentinos como sugiere todo este lugar, desde la entrada y el parrillero, hasta el placer de comer.