La Soleada

Conocí La Soleada porque un compañero de trabajo lo propuso como opción para nuestro almuerzo de fin de año. Fuimos efectivamente a almorzar, previa reserva, aunque siendo un miércoles al mediodía no había nadie. Lo primero que me molestó es que en la zona (Monroe y arribeños) hay 0 lugar para estacionar, es un caos.
Después, todos optamos por menúes ejecutivos de 140 pesos lo cual parecía razonable para un menú. Pero el mismo incluía bebida, plato principal (de entre unas 10 opciones, incluyendo pastas, milanesas, carnes de cerdo, pollo y vaca y un risotto) y café, más salad bar libre. O sea a mí cuando me dicen menú pienso en entrada + plato + postre, por más que la bebida sea aparte, es decir, que no me resultó bastante económico. Destaco que el salad bar está buenísimo, súper completo y fresco, y que el plato que elegí (matambrito de cerdo con papas españolas) estaba muy bien. Pero no sé, como que me quedé con ganas de más. Otros años habíamos frecuentado otros restaurantes con menúes más completos y más económicos (aunque obviamente hay que ver si los precios se mantuvieron). Habría que probar más especialidades para ver qué onda.
El salón es enorme y amplio, con las mesas separadas. Fue bueno que nos dieran una mesa redonda, pudimos vernos las caras y hablar cómodamente.

Siendo hace unos años residente del barrio, nunca me había pasado por «La Soleada» (aunque si por algunos de los lugares que lo rodean). Probablemente porque al pasar por el lugar, su fachada ni invita ni ahuyenta (es decir, pasa desapercibida).
Finalmente unos amigos arreglaron para ir a cenar algo allí y terminé pasándome.
El ingreso no cambió mi percepción del lugar. Típico, con bastante gente (viernes por la noche) y mesas algo apretadas entre si. El aspecto y decoración del lugar no dicen nada, y cuenta con algunos detalles que quizás restan un poco (como que te pongan esos feos manteles de papel en las mesas dándote la sensación de que sos alguien de paso y no se van a gastar en poner algo de tela para que ensucies).
El tal comentado salad bar fue lo primero que chequeé. Quizás por el horario y la frecuencia de gente no estaba tan poblado como hubiera esperado, pero por lo menos de lo que había todo parecía fresco y no reciclado.
La atención fue rápida y tras nuestro pedido (y a pesar del número de gente) la demora no fue mucha, y la comida garpó (al final de cuentas, fue una salida de machos y en definitiva todo se resume a que la comida esté buena). Platos abundantes, apetitosos y todo un desafío a la hora de disponerse a acabarlos.
La zona de por si no es de lo más económica, pero en este caso los precios no están mal, en especial si se opta por algunas de las opciones para compartir.
En definitiva, si uno se dispone simplemente a «ir a morfar», sin otras pretensiones que vayan mucho más allá de eso (y especialmente si se apunta para el lado carnívoro/​parrillero) «La Soleada» no es una mala opción.
Volvería.

Si sos de Belgrano no hay chances de que nunca hayas ido ahí de chico, a festejar un cumpleaños o a festejar el de otro.
La comida igual decayó mucho en calidad en comparación con ese entonces. Sigue siendo la Soleada, pero con los precios algo inflados y un poco menos de calidad.

La soleada es un restaurant que está hace años en el barrio de Belgrano. Voy desde chica con mis padres, porque es un lugar bien familiar.
Lo mejor que tiene es el salad bar. Está bueno para pedir algunos platos y compartir porque con el salad bar te super llenás.
La atención es muy buena, te dan siempre alguna copita para brindar y muy buena panera. Es un lugar tranquilo, sin mucho ruido, las mesas están separadas ya que el salón es muy grande.
Los precios no son muy económicos, pero si compartís platos y lo compensas con las ensaladas no se hace tan costoso.

En Belgrano, hace mas de diez años, muy buena parrilla, gran salad bar, lugar para estacionar a los niños, perdón, para que los niños jueguen.
Esos serian, si tuviera que resumir, a grandes rasgos, los puntos fuertes de este lugar.
Pero me voy a explayar:
No soy de esos que esperan horas una mesa, ya me paso, por eso ahora prefiero ir a los lugares que explotan, en días y a horarios, en que solo somos unos pocos.
Por eso es que voy pocas veces a La Soleada, pero cuando voy lo disfruto.
Nada es pretencioso.
No hay camareros colombianos, no comida fusión, ni vas a ver a chef de la tele.
Forma parte de una cadena de establecimientos gastronómicos.
Antes sabia que eslabones la componen, pero evidentemente, entró info nueva que borro la vieja.
Se come bien.
Te reciben con una copita de vino blanco con sidra, helado.
El lugar es amplio, con ajos colgados del techo y el el medio del salón, la vedette: el salad bar.
No es el mejor, no encontraras productos únicos, pero para mi, siempre garpa, y con creces!
Si son cuatro, pidiendo dos platos principales para compartir, el salad esta incluido para todos.
La ultima vez que fui, comimos 4, con dos platos, salad para todos, dos postres, cuatro bebidas, por $ 430.
Se puede pagar con tarjeta.
El flan, fue groso.
Dije que no iba a pedirlo, lo vi pasar, lo pedí, le sume crema y dulce, y me fui con culpa por haberlo comida, pero la culpa buena, de haberlo disfrutado!!!