La Paceña

Muuuuy buenas las empanadas. El precio muy correcto. Muy buena música siempre y la cerveza bien fría, como corresponde.

Muy buenas empanadas, diferentes. No son como las bolivianas originales que se venden en el barrio de Liniers, pero no quita que sean muy ricas. Ideal si te gusta el picante pedir una de carne picante y una de puka kapa.

Es un gran lugar, con empanadas diferentes. Son súper caseras, la masa es muy distintiva y exquisita, y la verdad que se pasan de sabrosas. Hacen delivery pero también se puede ir a comer al local, que es chiquito pero muy acogedor, y te atienden bien. Mis favoritas son las de carne y verdura, me gustan también las variedades picantes de carne y de pollo aunque OJO, que estas pican verdaderamente, no como suelen hacerlo las empanadas «picantes» de otros lugares (soy una persona que disfruta del picante, pero si vos no lo hacés, abstenete). Son algo caras pero, de nuevo, la verdad que son únicas en su especie.

Increíbles empanadas! Son tipo norteñas y caseras. Tienen una gran variedad y mis favoritas son carne picante y al-​to-​ke (albahaca, tomate y queso).
Los dueños son los padres de una amiga pero lo más cómico es que me enteré después de haber ido. Muy buena atención y si bien es sencillo, es un lindo lugar. El local pasa medio desapercibido pero una vez que lo conoces, sin duda querés volver por la calidad de sus empanadas.

Las empanadas de este lugar son riquisimas, me da bronca que el delivery no funcione tan bien.
A veces llamo y tienen voluntad y las traen, otras dicen que esta demasiado lejos (?? y otras que ya no hacen delivery, es como jugar a la lotería.
Pero cuando si llegan, son riquisimas, grandes y con mucho relleno y muy rico, bien calientes y se nota que son recién hechas.
Tienen unas picantes que son MUY picantes, no aptas para gente sensible con los sabores fuertes.
Las mejores: las capresse.

La Paceña es uno de los lugares favoritos de mi novio, se reúné con sus amigos ahí al menos una vez al mes, en principio pensé que era sólo por la comodidad de la ubicación pero al probarlo entendí la verdadera razón: ES EXCELENTE.
Las empanadas son una comida que particularmente me gusta mucho, en casi todas sus variedades, acá tienen una particularidad buenísima: te las sirven recién hechas. Pedimos un surtido importante como para que las probara, carne común y picante, queso y cebolla, pollo, atún, humita y queso y cebolla picante. Mis favoritas sin duda fueron las de pollo, que a diferencia de otros lugares estaba super jugosa y sabrosa, nada de pollo viejo y seco; la de humita también es buenísima, y eso que no es un sabor que yo elija mucho.
El picante es un tema aparte, si bien no soy fanática como sí lo son algunas personas de este tipo de comidas, mi resistencia es altísima, por lo que en una escala del 1 al 10 a mi novio le resultan un ⁶⁄₇ picantes y en mi caso con suerte alcanzaron un ¾, ¡lo cuál no quiere decir que sean malas, eh!, simplemente a algunas personas le van a resultar más «jodidas» que a otras.
La masa es una de las más ricas que probé, obviamente casera :)
Todas las empanadas te las sirven suuuuper calientes, así que ojo con eso y son MUY jugosas, así que repito literalmente la frase que me dijo mi novio «Chupá y mordé» (!).
El dueño, Víctor, parece ser un personaje bastante particular, por ejemplo, si te servís la cerveza sin espuma se re saca porque para él es como una blasfemia, lo cuál a mí me resulta bastante divertido.
Otro plus es que tienen gaseosas de 1,5 litros, algo que en un restaurant siempre suma.
La única contra que le encontré es que la cocina cierra MUY temprano, a las once ya está cerrada, nosotros llegamos menos cinco y nos atendieron igual (y de muy buena manera, cosa rara en horario límite) así que ya saben, vayan tempranito. No aceptan tarjetas de ningún tipo y no hace delivery, pero podés hacer el pedido y pasarlas a buscar sin problema.
Sin dudas voy a volver a probar el locro o disfrutar nuevamente estas riquísimas empanadas :)

Fui hoy a la noche a comer unas empanadas recomendado por una compañera de trabajo. Me preparé con todo porque según vi, el local tiene una mística con las empanadas. Una onda norteña, casera y especial. Sin embargo, me llevé una mala sorpresa, las empanadas tenían la masa cruda, además de una cantidad imposible de harina espolvoreada –para que no se pegue– que hubo que sacar raspando con los cubiertos. Además, entiendo que quieren hacer que la empanada sea jugosa, sin embargo, eso va muy mal si las empandas hierven y cuando las abrís EXPLOTAN. Me imagino la risa del que se imagine qué tremendo hecho me ocurrió mordiendo una de pollo. Rianse pero juro que mi crítica es justa y no producto de una empanada de pollo que me arruinó una remera.

Después de La Cocina, estas son las empanadas que más me gustan. Tienen de carne, carne picante, pollo, pollo picante, queso y cebolla, humita, verdura y amarreños de jamón y queso y «al-​to-​ke» (albahaca, tomate y queso).
Las picantes son PICANTES, con mayúscula; no lo digo yo que soy una maricona, lo son segun mi marido que come más picante que un mexicano. Asi que a tener cuidado con ese dato.
Hoy por primera vez probé el famoso locro y me dejó gusto a poco, esperaba más. No es feo pero le faltaba gusto, como si los sabores aun no se hubieran asentado. La porción es para uno, olvidense de compartir.
Precio? $ 98 por 8 empanadas y $ 53 el locro. Normal tirando a caro, pero las empanadas lo valen.
Como vivo a la una cuadra del local pido delivery o hago el pedido por teléfono y lo paso a buscar. Nunca comí en el lugar porque parece que el dueño tiene mala onda y la verdad que para pasarla mal prefiero pedir y comer tranquila en casa.

La Paceña es un lugar que se especializa en empanadas, cazuelas y locros. Tiene dos puntos muy fuertes y uno muy débil: Los precios baratos y los sabores son lo que me hacen volver siempre. Pero tenés que estar al tanto cuando vayas de que el dueño es la persona más mal humorada del universo. Con profunda sinceridad, atiende mal, a cara de perro. En cuanto lográs superar este disgusto, la comida se disfruta mucho.
Las empanadas tienen algo genial que es, además del exquisito relleno, la masa. No sé si la harán ellos mismos o quien es el proveedor, pero es riquísima, gruesita. Las de queso son muy muy ricas y las de carne picante, son realmente picantes. En cuanto a las cazuelas, hay de pollo, de choclo, mixtas, o locro. La preferida es la mixta, aunque la de choclo no se queda atrás (no es humita, es más como un guiso en base a choclo desgranado)
Está siempre lleno, muchas veces preparan largas mesas para grupos de jovenes, aunque el lugar no es inmenso.