Entramos a «La Coruña» porque tenía en la ventana el sticker de «Bar notable», desconocíamos que lo había sido, luego cerró y esto es una re-inauguración no tan notable. ¿Está bueno? Meeeeh, no sé, parece una trampa para turistas. No es que tenga precios desorbitantes o la comida sea mala, para nada, el tema es que tiene pinta de bar improvisado en lugar de notable. Decoración que mezcla posters de Molina Campos con tapas de viejos vinilos y algún muñeco gauchezco bastante bizarro. Mesas y sillas de madera, bien rústico todo, que si bien le dan un aspecto lindo, no terminan de ser cómodas. ¿La comida? Y mirá, pedimos una picada que estuvo bárbara, simple, jamón, quesos, mortadela, salame, aceitunas, chorizo colorado, picadita criolla, digamos, lo copado es que se notó que los ingredientes eran de primerísima calidad, así que si no te dejás llevar por el ambiente y lo que buscás es picar algo luego de visitar la feria a un buen precio, este puede ser un buen lugar, Tienen promo de rabas con cerveza y al parecer su especialidad son las tortillas españolas(y sí, se llama La Coruña, era esperable que ALGO español tuvieran). La carta no es muy extensa, más que eso y algunos sándwiches y minutas, no vas a encontrar. Volvería sólo por lo que mencioné anteriormente, los ingredientes de la picada estuvieron muy bien. ¿Qué le mejoraría? el pan con el que la trajeron no era tipo casero como decía sino una bagette común de panadería, no es que estuvo mal, pero no era lo que esperaba. Normal por ahora, volveré a «comer en serio» para ver si suma o resta estrellitas.