La Casa del Queso

Para los que amamos los fiambres y las picadas es lo más cercano al paraíso.
Tiene variedad en picadas, pescados y mariscos, fondue de queso o chocolate y, lo más rico a mi entender, las racletes. Paso a explicar en que consiste esto último: te traen una parrillita, similar a la que te presentan la parrillada, quesos (fontina, roquefort, etc), fiambres (pastrón y panceta), papas y puntas de espárragos. Vas cocinando a gusto y piacere. La panceta con paciencia queda como el bacon, súper crocante. Las papas, si se cocinan desde que te traen todo, al final de la comida las tenes crocantes. Te vas un poco ahumadito pero quien te quita lo bailado!!!
La carta de vinos es muy buena.
Lo único que le cambiaría es un poco la panera. Es muy básica para lo que tiene que acompañar.
Es caro pero hay descuento del 20% todos los días con Club La Nación, lo que lo hace más accesible.
Recomendable

En que te has convertido, La casa del Queso?
Supiste tener tremendas picadas, frescas, mesas llenas de gente, rica cerveza.
Hace unos días fuí confiado de que iba a encontrar rica comida, sabiendo que iba a tener que poner una monedita de más. La verdad, fue una decepción en su gran mayoría.
Llegamos, y nos encontramos con un lugar un poco venido a menos, sin brillo. Si bien tienen colgadas todas esas patas de jamón hermosas, hasta eso parecía triste. Nos trajeron la carta, y ahí vimos la primer mejora. La carta no se entiende. No solo no tiene un orden lógico, sino que a veces no explica que traen las tablas, las combinaciones no son lo mejor, y si querés armar tu propia tabla, no se entiende cuánto cuesta ni como armarla.
Pasamos eso, elegimos una tabla para 1 persona con 9 platitos de varias cosas y una jarra de cerveza artesanal tirada.
Empecemos por la cerveza. TIBIA Y SIN GAS me quería matar! que desperdicio, una cerveza tirada que esté fea. Uno la espera con tantas ganas, y decepción total.
Pasemos a la tabla. La idea de la tabla estaba buena, pero de los 9 ingredientes, solo 4 convencieron. Jamón crudo, muy bueno. Lomo, muy bueno, Gruyère, muy bueno. Salame picado grueso, muy duro, pero bueno. El resto era un queso en pasta con hierbas, zafaba. Las aceitunas, no muy ricas. Los pickles, malos. Las berenjenas al escaveche, duras y feas. Un queso con cascara semi duro, fuerte y no muy rico. (Encima el pan, también malo. Grisines y tostadas durísimas, y algunos mignones de pan que zafaban).
La atención tampoco fue buena, la camarera que nos tomó el pedido se olvidó de traernos la comida, hasta que le tiré una mirada media fuliminante (porque el hambre hace esas cosas) y se acordó de ir a buscar la tabla que ya estaba preparada hace rato.
En conclusión, una pena que teniendo tanta mercadería en mostrador y colgada, te sirvan cosas mediocres, te atiendan con poco amor, y te cobren un poco caro en relación a estas cosas.

Fuimos a cenar con la familia, y empezamos mal: teníamos una reserva en mesa redonda, porque éramos muchos y la mesa asignada estaba toda torcida, por lo que mi suegra se quejó con la moza y nos terminaron armando una mesa rectangular al lado de la heladera de fiambres, muy poco feliz (era como cenar en la fiambrería…). La moza además nos trató mal y se quejó con el dueño de nosotros (de qué???). Nos cambiaron de moza.
Decidimos pedir picadas, rabas y tortilla de papa. Las tablas eran muy buenas, pedimos dos variedades pero no recuerdo sus nombres, y son abundantes pero salen unos $ 500. No es barato. La tortilla de papa estaba increíble, con chorizo colorado o longaniza (perdón, no distingo), en su punto justo, muy rica. Pero son tamaño plato chico, ojo!
Pedimos jarras de cerveza artesanal, roja, rubia y negra, estaban bien, pero no son deslumbrantes.
Los postres son un caso aparte. Pedimos tiramisú, natilla y brownie con helado. Nada sabía como debía. Los quesos tenían gusto agrio. El brownie estaba seco y era más tirando a bizcochuelo. Mi conclusión es: vení a comer una buena picada pero el postre mejor comelo en otro lado…

Mi experiencia se basa fundamentalmente en que sólo fui a comprar productos para llevar.
Todas las veces que compré quesos y fiambres varios quedé muy conforme con la calidad de la mercadería que venden. Además se destaca por tener una amplia variedad tanto de quesos como de fiambres.
Los precios creo que son accesibles, aunque sé que en otros lugares se pueden conseguir más baratos pero para ello hay que irse mucho más lejos. Tiene la ventaja de que podés pagar en efectivo, débito o crédito.
Es una buena opción si uno quiere comprar otras variedades que no siempre se consiguen en los supermercados. Y además como el restaurante abre hasta tarde, uno también puede ir a comprar a la parte de la fiambrería más allá de las 22hs.

La Casa del Queso es un restaurante especializado en picadas, lo que te dice un montón acerca de como es. Es un gran salón, y la carta es un catalogo de quesos y fiambres, en diversas combinaciones. Estan muy surtidos, con una variedad que no encontrás en la fiambrería de tu casa. Si tenes dudas, siempre te podes levantar de la mesa e ir a ver los quesos en persona: tienen literalmente un mostrador de expendio en un costado, donde podes comprar para llevar a tu casa mientras esperas que te armen la picada. Si le preguntas en que consiste tal o cual queso, te hacen probar un poquito para que te familiarices. Las bebidas se concentran por el lado de las cervezas, especialmente las artesanales, aunque en ese rubro no pueden competir con una cervecería posta. Los postres también son muy destacables. La natilla española es lo mas logrado.
La atención es fluctuante: suelen ser muy amables, pero si estan llenos preparate para esperar un cachito. Si alguien cumple años, que lo haga notar que le van a dar un postre extra. Hacen descuentos interesantes con Club La Nación, hasta la ultima vez que fui. Los precios no son caros, pero tampoco es para ir a gastar poco, al menos no si querés apreciar lo mejor que tienen.

La comida fue aceptable, como mucho.
Pedimos una raclette pero el fuego era tan bajo que todo tardó mil años en cocinarse. Además los fiambres que incluíà la raclette no eran demasiado buenos. También pedimos la picada de nueve platos de cocina, que era bastante escueta, y una tortilla de papas, que estuvo muy bien. Las dos estrellas son por la tortilla y por los postres, bastante decentes también.
Lo peor de la experiencia, sin embargo, fue el servicio. Tuvimos que esperar muchísimo por las bebidas, la comida, la cuenta, etc. La moza se la pasó hueveando, charlando con la chica de la caja y haciendo cualquier cosa en vez de atender.
No recomendaría este lugar ni volvería.

Esta vez dejamos la fondeu y le dimos a las tapas.
Excelente! La cerveza como siempre fría y rica.
Pueden pedir degustación de cerveza! La próxima le entró al pulpo

Pasaba por la esquina con un colectivo y siempre me había tentado entrar… el nombre era muy prometedor… «La casa del Queso»… mmmm
Cuando entras descubrís la meca de los embutidos y queso, cientos y cientos de jamones crudos colgando. Te sentas y te traen unas tostaditas con queso blando y salame. La carta es amplia, con precios bastante elevados. Tienen cerveza artesanal tirada, pedimos una jarra de cerveza roja y la verdad estaba carente de sabor, la carta decía que la jarra venía con algo para picar pero no pasó. Como no íbamos a cenar pedimos una picada fría de 9 platitos ($ 149), que decepcionó bastante, poco queso, jamon crudo cortado grueso, mucho pickle y berenjena y un queso horrendo con olor a pata y aspecto poco tentador. Quizas elegimos mal, no lo sé, pero vi pasar un a tortilla de papas (en este local que se jacta de taberna española) y no se veía nada bien. De todas maneras era jueves a la noche y estaba lleno de gente así que quizas el problema fue que elegí mal (las mozas tampoco ayudan demasiado) o no tenía el dinerto suficiente para gastar. Detalle: tiene 20% de descuento con Club La Nación todos los días.

As aparências enganam! Sempre que passava pela porta do local em plena Av Corrientes a sua vitrine com queijos e fiambres me chamava muito a atencao ainda mais sabendo que lá vendiam também a deliciosa cerveja do El Bolson.
Finalmente resolvi conhecer o restaurante num sábado após um cineminha no Abasto que fica lá perto. A experiencia foi desastrosa, comecando pelo mal sinal de que quando estávamos entrando havia um casal se queixando com a garconete e indo embora dizendo que nunca haviam sido atendidos. No decorrer da noite vimos 5 mesas irem embora do local por falta de atendimento também. Quanto ao nosso pedido… comecamos pela jarra de cerveja que demorou mais de 10 minutos em chegar a mesa, passada mais de meia hora chegou a tábua de frios que sinceramente eu esperava muito mais, e para piorar a garconete esqueceu de trazer a cesta de paes que eu tive que levantar para ir buscar pois elas ignoram completamente a todos os chamados dos clientes no salao, embora com sede nao arrisquei pedir outra cerveja e ficar esperando sabe-​se lá quanto tempo a mais, e para fechar também nao conseguia que a garconete nos olhasse para ao fim pedir a conta, coisa que mais uma vez tive que me levantar e ir ao balcao na entrada do local para poder ser atendido.
Resumindo… Atendimento péssimo e total falta de gerenciamento. Nao volto nunca mais

Nunca comí en el lugar, así que mi review tiene que ver pura y exclusivamente con la atención y los productos que ofrecen a la venta.
La relación precio /​calidad de lo que tienen es discutible, hay excelentes quesos muy baratos y quesos normales muy caros, así que la clave es comparar. Lo que hace que este lugar sea mejor que otros lugares afines es que siempre hay variedad y nunca me pasó de arrepentirme de una compra.
Es un lugar clave en la zona para conseguir todo lo que se necesita para una picada decente.

Buena calidad en su especialidad: Quesos y fiambres. No recomiendo para nada la cerveza y la atención es pésima. En realidad decir pésima es poco.
Relacion precio-​calidad: me da deficit. Prefiero comprar para llevar.

Como amante enfermo casi psicótico de los quesos y embutidos debo decir que La Casa Del Queso es como mi basílica de Luján.
Tienen una variedad increíble de fiambres y quesos para compartir en tablas exuberantemente caras en el salón o comprar por peso y llevarse del local.
El mismo está situado en Corrientes y Billinghurst, pleno Abasto. Tiene un salón enorme con 2 pisos, arriba suele estar guardado para cumpleaños o eventos privados.
Al costado tenés la parte «fiambrería» para comprar todo lo que quieras y llevar a tu casa, o te podés sentar en las mesitas para una buena cita con cerveza tirada y una picadita. Las picadas son super variadas y bastante grandes, pero estate listo para pagar un ojo de la cara.
También tienen platos más elaborados, todo con una onda patagónica o del sur para el ambiente quesos, pero si vas acá, la posta es comer picada.

Very cool place to go once in a half-​moon, they do have good service and a very broad menu.
Gotta love their «tablas», depending on how people you are sitting, you can order different tablas and share with your fellas.
Beer is ok, cheeses are great, all other delicacies are a great treat, it’s the kind of place you can vvisit often and treat yourself to a different taste every time you go.

Fui a comer con familia y no me decepciono para nada. Antes de que nos traigan la comida leí varias reseñas a ver que era lo que me esperaba.
Resulta que me encontré con que varios criticaban la calidad del pan, que si bien no es casero, no esta para nada mal. También leí criticas sobre las picadas de fiambres; y sobre eso no puedo hacer comentarios porque a decir verdad no la probé.
Pedimos picada de mariscos de 9 platitos y la verdad que estuvo muy buena, muy variada.
La carta en si es muy variada, podes elegir desde picadas, hasta pastas, fondue, entre otras cosas.
La atención que recibimos fue muy buena, un poco frío el lugar donde nos ubicamos porque estábamos cerca de una puerta trasera por lo que entraba algo de frío, pero para nada catastrófico.
Lo que me pareció interesante del lugar es que la parte de venta de fiambres esta abierta hasta la misma hora que permanece abierto el restaurante. Por lo que si uno esta tentado de fiambre a eso de las 11 de la noche y ya no queda nada abierto, sabe a donde puede ir. Siempre y cuando viva cerca.
Sin dudas volveré, quedan varios platos por probar.

Para que un lugar de picadas sea bueno debe ofrecer buenas picadas. Pero visitando La Casa del Queso me di cuenta de que eso no alcanza. Para que un lugar de picadas sea bueno debe tener buen pan, y debe tener buena cerveza. Lamentablemente este lugar no cumple con esos dos requisitos. El pan que nos dieron era de tipo felipitos, comunes. No estaba malo, pero no hace nada por mejorar la picada y a esta altura de la gastronomía en Buenos Aires simplemente no alcanza. La cerveza que pedimos era cerveza de la casa, tirada. No me convenció ni un poco y no estaba a la altura de otros lugares que producen su propia cerveza. La picada estaba bien, los fiambres eran buenos pero nada de otro mundo. No la pasé mal, pero no volvería sin una buena razón.

Tuve varias experiencias con la casa del queso: compré cosas para llevar, fui con amigas, fui con amigos, fui con mi novio.
Comprar pancitos y fiambre para llevar a tu casa y hacer sanguchitos es lo más: el pan es fresco (y pueden elegir cual quieren) y los fiambres son de buena calidad.
Si van a comer ahí, les recomiendo las jarras de cerveza artesanal y después pedir varias de las picadas que tienen para compartir entre todos, en vez de comer cada uno su tablita individual.
De todas las que pedimos, no decepcionó ninguna. El lugar tiene ambiente de bodegón, así que es muy tranqui para ir con grupos de amigs y nadie los mira mal si gritan un poco después de la segunda birra.

La primera impresión al ver la Casa del Queso es «esto no puede fallar». Un bodegón pinterosco, en Almagro, que ofrece queso, fiambre, vino y cerveza. La verdad es que hay muchas cosas que ajustar, o al menos en mi visita, un jueves por la noche, casi todo salió mal.
La carta promete varios tipos de cervezas para degustar pero al consultar con la moza nos enteramos de que solamente había Quilmes en jarra. Cuando llegó tenía poco gas y estaba caliente.
La picada, bastante reducida, no estuvo mal pero nos dejó con muchas ganas de más. La tabla era muy pequeña y los precios demasiado elevados.
No vale la pena aventurarse a la Casa Del Queso, los precios no van de la mano para lo que ofrecen. Una picardía porque la fachada, el ambiente y la atención está muy bien.