Fui a almorzar y esperando el plato principal vemos una cucaracha gigante caminando por el piso, claro que no pudimos seguir comiendo, la cucaracha estaba cerca de la puerta de la cocina, en silencio lo llamamos al camarero y sin sorprenderse nos dice ah si estan fumigando y no saben lo que son otros pisos, un horror, nos arruino la estadia y la sensacion de asco duro todo el dia, no nos cobraron la cuenta, pero apenas se disculparon, parece que es algo frecuente, jamas volveria y el trato con el cliente siendo un hotel prestigioso me resulto pésimo.
Marina C.
Tu valoración: 5 Buenos Aires, Argentina
El lugar es espectacular, un ambiente cálido, calmo, la atención impecable, siguen manteniendo detalles, que a mi me encantan, como por ejemplo que te hagan refill de panera con pancitos deliciosos. En ningún momento me sentí incomodada por los mozos, lo cual es clave para lugares con tanta atención como este. No te dan ganas de irte de este lugar, especialmente un Domingo a la noche, me sentía como en el living de mi casa, estaba lista para subir directo a una habitación y dormir ahí(juro no estaba demasiado borracha y ese no era el motivo) Confieso fui con algo de desconfianza, porque Le Grill cambio de dueños hace poco, ahora es el mismo dueño que El Alvear, y la verdad salí feliz, más que satisfecha y con ganas de volver, probablemente en la semana me de una vuelta pro La Brasseire, quede antojada :)
María Victoria C.
Tu valoración: 3 Buenos Aires, Argentina
Terminamos con mi familia en La Brasserie el año pasado por el COAS gastronómico, ese evento en el cual los restaurantes ponen menúes fijos a un precio más o menos accesible y todo lo recaudado va a la fundación. Siendo parte del Plaza Hotel nos esperabamos una cosa más refinada, más linda, tipo el Grill(otro restaurant súper clásico del hotel) o el Plaza Bar(un bar 10 puntos, si te querés sentir en Mad Men, sentate acá y pedite un Old Fashioned), pero no fue así. El lugar es bien restaurant de hotel y eso no es algo bueno. La comida fue blah, a falta de un mejor adjetivo que la describa. No era nada del otro mundo y el pollo que comí hasta pensaría que estaba seco, sobrecocinado. Agrego que la atención fue buena, pero algo lenta. El lugar es un sótano sin ventanas y no tiene ningún atractivo. Hay poca gente, y la mayoría son huéspedes del hotel. El decorado principal es un mural que remite a un paseo a principios del siglo XX, que es lo más lindo que tiene. Aparte, es un espacio muy pequeño, cosa que nunca me imaginé al pasar por la puerta. El restaurant que se ve desde afuera por las ventanas, es el Grill, mucho más lindo que éste al que fui. La verdad, no lo recomendaría. Hay opciones más lindas, de mejor calidad y más baratas.