Irifune

TO DO. Absolutamente todo estuvo excelente.
Según me contaron, un cocinero de este lugar abrió su propio local, que es «matsuoka». Es por eso que el postre de mango es parecido en ambos lugares, aunque mas rico y le gana por mucho irifune. También el decorado de las piezas es muy parecido en ambos lugares.
El recepcionista un bigote de sus añares nos había reservado una mesa re linda que daba a la calle. Fuimos uno de los primeros en llegar.
Para comer pedimos una tabla de sashimis (6) de pesca del día (atún, salmón, pulpo y camarón)
Tip: hay sapporo, la cerveza japonesa.
Plato principal: TABLA DE 36 piezas de sashimi, niguro y rolls calientes ES PEC TA CU LA RES!!! Había de kiwi, maracuya, langostinos, salmón. Felicidad x1000.
Para postre el helado de mango con maracuyá subliminal
Es recomendadisimo este lugar pero. Eñ Costo es alto.

What they had for sushi was very good but such a limited selection. They only had salmon, and tuna raw. So for the first time in years I ordered a hot entrée (udon noodles) which was outstanding.
When I returned back to Jersey, I immediately ran out for sushi.

Es un lugar pequeño ubicado en microcentro. No es mala opción aunque el sushi que ofrecen no es deslumbrante al menos para lo que cobran. La atención regular, me trajeron una tablet para seleccionar mi bebida y nunca pasaron a preguntarme que iba beber y para colmo lo que elegí no había, son detalles pero no debe suceder.

Irifune se encuentra en esa poca atractiva zona del centro porteño (cerca de Plaza San Martín), que sirve como reino de oficinistas de día y de turistas por la noche. Sin embargo, es una zona donde hay un par de restaurantes emblemas que siempre cumplen, como Dadá, Filo o el mismo Irifune.
Tiene buenos precios, gran sushi, una carta muy completa (con Tonkatsu, Tempura y otros platos japoneses) y una atención muy eficiente. La tabla de 20u por menos de 300 pesos tiene una excelente relación precio/​calidad. El ambiente es tranquilo, con una elección musical ecléctica que combina temas japoneses con la discografía de Diana Krall (!).
Por su ubicación y rápida atención, es una gran opción para un almuerzo en día de semana. Para la cena, la mayor parte de sus comensales suelen ser turistas alojados en los múltiples hoteles en las inmediaciones, por lo cual esperen ver movimiento incluso un lunes.
Cada vez que estoy en la zona, sé que Irifune no me va a decepcionar.

La atención es terrible! Era la única y me tuvieron 20 minutos sin siquiera preguntar que quería almorzar

Clásico japonés en el centro
Impecable atención y calidad
Vale la pena
Cada vez más caro! Mantienen la caludaf

Y un día, después de comer puros 7, comí 10. Mal acostumbrados al medio pelo que suele ser muy común a la hora de comer «japonés» un día una amiga me llevó a Irifune y mi paladar explotó de sabor. La calidad y la frescura es impactante. La ambientación es reconfortable. La tempura… bueno… es Tempura!!! (Aplausos de pie) y el sushi simplemente increíble. Única crítica, no nos facilitaron carta de bebidas. Entre 2 gastamos 900 $ pedimos 5 porciones y 3 aguas.

Real japanese sushi and some outstanding sushi man’s creations. For those of you that are not sushi lovers, there are also some great dishes and entrees. Got to try the ice-​cream tempura as well!

It’s been a few years since my journey to Buenos Aires, but I clearly remember Irifune being one of the standouts.
I’m going to be honest, after a month of eating cow, barbecue, and empanadas — as delicious as they are — I was ready for a change. One of our co-​workers mentioned her father’s Japanese restaurant, so we decided to check it out.
We were staying in Plaza San Martin, so Irifune was a quick walking trip. The restaurant was beautiful, yet casual, and everyone was so incredibly friendly to us there.
We tried everything — the sushi, the hibachi, the drinks, the desserts… all delicious. We loved it so much that we repeatedly went back until our trip was over.