Green Eat

Green eat tiene un concepto que en lo particular me encanta, comida rápida muy saludable! Tienen mucha variedad de comidas frescas preparadas al momento que puedes ir escogiendo en sus heladeras.
Las opciones van desde comida mexicana hasta japonesa, pasando por postres y bebidas refrescantes.
La dinámica es muy ludica, tomas una cesta como si fueras al mercado y tomas lo que más te guste.
La comida esta bien, no es lo mejor de lo mejor, pero esta bien. Atentos que es cocina baja en grasa y en sal, a más de uno le parecerá desabrida.
La atención es inmejorable, aunque los tiempos pudieran ser mejores, hacer una fila de 20minutos le quita el hambre a cualquiera.
El lugar da para quedarse y comer ahí, es hermoso y acogedor. Tienen mesa, barra y sofás cómodos como para hacer la sobremesa.
Recomendado: la choco torta
Volvería? De Buenas a primeras no, pero ya veremos.

El local es muy lindo, tiene plata baja, primer y segundo piso. En la plata baja tenes para comprar dividido por góndolas — FRIOS — CALIENTES — SNACKS– MINI MARKET — El primer piso cuenta con muy poquitas mesas y una barra y el segundo piso si es mucho mas amplio.
La decoración del lugar es divina, como lo indica el nombre todo muy green, muebles que acompañan al lugar. Es una cadena de «comida rapida» limpia, de mejor calidad.
Hay de todo para comer, wok´s sandwiches de diferentes tipos, hamburguesa, wraps, comida vegetariana, sushi, cebiche, postres como carrot cake, key lime, cheese cake…
Yo comí un sándwich de lomo ibérico que estaba bueniiiiiisiiimooo + un jugo de mango jengibre y naranja y lo pague $ 112. No me parece caro… tampoco barato. Esta bien, acorde al lugar.
Volvería a probar mas cosas, me encanto!

Es un lugar naturista pero bastante caro. Las ensaladas son abundantes, la de salmón es muy rica. La de atún zafa y la caesar es mala, muy seca.
El roll de pollo es bastante básico: cebolla, queso y pollo.
Las aguas saborizadas son ricas pero muy suaves.
El café es rico y las medialunas también.

Excelente lugar! La comida es hecha en el dia, café natural liviano. Una atencion de 10 de las chicas desde la mañana temprano que podes pasar por tu café para ir a la oficina. Esta ubicado en pleno microcentro, no te recomiendo que vayas a las 13 a almorzar porque siempre hay mucha gente!

Siempre leí reseñas de este lugar, el otro día caminando me sorprendió lo cercano que estaba.
Ya era un poco tarde pero lo vi tan accesible, poca gente, si bien es un autoservicio, tiene todo lo que es bueno (Nadia dixit), es practico sin dejar de lado el detalle y la calidad que le da a uno comodidad.
Coincido con Caro, el Bagel de Salmón es una delicia prohibitiva, los precios son caros, pero bien vale la pena, hay muy buena variedad de productor gourmet, entradas, ensaladas, principales, sushi, ceviche, wraps, etc.
Pedí para llevar, ya que estaba de paso pero con ganas de quedarme en otro momento! Rico, sano, bonito… para ir y (cuando no hay tanta gente), disfrutar.
No probé los jugos, pero se veían espectaculares. Un golazo, lastima si, el valor.

Cerró Picnic y arrancóÚGreen Eat… como siempre genial!!, el Bagel de Salmón, los jugos DETCX (fan total) y el de Palta son imperdibles. Único punto en contra que siempre en horario mediodía está llenísimo… Así que si querés comer ahí armate de paciencia… sino hacé el típico Take Away y volvés a la oficina con tu bolsita con comida sana!

Actualmente Green Eat, en su oportunidad funcionaba otro local de comida sana y natural llamado PicNic … En cuál ya deje mi huella reseñando :)
Después de una pequeña remodelación y unos días cerrado abrieron esta nueva sucursal de Green Eat …
Se come muy bien, rico, sano, fresco y abundante que más se puede pedir?! La atención excelente y muy atenta. En mi caso más que nada suelo desayunar. El café me resulta muy sabroso con aroma a recién hecho :)
Los precios no sé si llamarlos caros, obvio comparando con Mc o burger si lo son. Pero comparado con otros cafés/​resto de la zona no lo es tanto. De todos modos se disfruta mucho la comida por lo que no molesta pagarlo.
Las instalaciones cómodas, es un local que cuenta con dos niveles por lo que resulta amplio y cómodo. También se puede comprar para llevar.

Bueno, no hay que pedir mucho a este tipo de cadenas; es todo con una onda que nunca me cerró y la comida valida esto: los bagels de salmón no tienen sabor a nada.
El viernes pasado ni idea porqué compré una porción de ceviche (si, ya se, que puedo esperar de comer ceviche en Green Eat), lastimosamente eso no era ceviche, en esos casos lo mejor es llamarlos de otra manera porque no da.
Esa pequeña porción traía salmón, rabanitos, choclo, maiz cancha y cebolla. Nunca vi cilantro o algo de sabor; es más no tenia sal.
Recomiendo el licuado de yogur, maracuyá y banana, es riquisimo.

Uno de los locales más bellos de Green Eat.
Anteriormente funcionaba aquí PicNic, restaurante de similar característica, y volver a esta esquina y ver que sigue existiendo la posibilidad de comer sano y rico es una gran felicidad.
Green Eat es rico, sano y caro, pero caro que te dan ganas de pagarlo vio?
Incorporan siempre nuevos jugos y smoothies, variedades nuevas de ensaladas y versiones interesantes de comida mexicana veggie.
El sábado fui a almorzar y me hicieron una encuesta para mejorar el servicio, incluido un café de cortesía.
Se nota que hay mucho laburo, buena atención, renovación constante y buenas ideas.
La entrada que recomiendo probar es el ceviche, es espectacular.
De almuerzo cualquier roll o tartita y de tomar un jugo de frambuesas carnaval!
Las barritas son excelentes! Y el chocolate igual :)

Llegue a Green Eat porque tengo una amiga vegana y con mis amigos vamos conociendo lugares en los que ella también puede comer.
Está ubicado sobre una esquina hermosa en la calle Florida. La vista es impresionante: los ventanales dan a los bellisimos edificios de diagonal norte y a las (miles de) personas que transitan entre ellos. Me pareció un espacio interesante para contemplar el afuera pero también para charlar con amigos, leer un libro o sentarse a estudiar. En el piso de abajo esta el autoservice y la cafetería, luego hay un entrepiso con una barra y un segundo piso amplio con varias mesas y barras contra los ventanales.
En cuanto a la comida me pareció buena pero no deslumbró, las cosas son muy ricas pero no llegarom a fascinarme, realmente sentí que podía conseguir esas cosas en otro lado. Hay rolls, hamburguesas, espuma de maracuya, tiramisu, aguas saborizadas y jugos, scons, medialunas, budines, etc. Venden cosas con pollo y carne para los que no somos amantes de la onda «rico y natural». Las precios me parecieron elevados y las porciones MUY chicas.
No me termino de convencer.

De las cenizas de lo que alguna vez fue Picnic surge… un nuevo Green Eat.
Voy a ser sincero: si bien entiendo la necesidad de un lugar como Green Eat (el volumen de clientes que tienen así lo verifican), detesto el concepto de «somos frescos, naturales, hay una vida mejor» que supuestamente apoya. Además, la comida, si bien no mala, tiene un nivel de sobreprecio que ya no es gracioso. Es decir, por levantar una ensalada de una heladera y una bebida y agarrar unos cubiertos de plástico de un cajón pagás un 20 a 30% más que por una comida servida por un mozo sobre un mantel de tela y cubiertos de metal a menos de 100 metros del lugar.
Luego está el tema del público, y perdón si suena misógino, pero mayormente femenino y que se comporta de manera aleatoria por el local, revisando cada ensalada como si fuera una muestra radioactiva y con mil diferencias. Son tres tipos de ensaladas, decídanse! Y luego la cola para la caja, organizada en un zig-​zag diseñado por alguien que debe armar de esos experimentos con ratas en un laberinto.
Por el lado bueno, el espectacular local de la esquina de Florida y la Diagonal tiene unos lugares para sentarse realmente lindos, un aire acondicionado a nivel «romper la remera con los timbres» del que apruebo por completo, y lo más importante de todo, se puede pagar con tarjeta, algo que es como siempre me veo en la necesidad de recordar, es casi imposible en opciones de almuerzo por la zona.
Es de esperar que atiendan mejor a sus empleados que su predecesor también (
) con quien también tenía una larga lista de problemas…

Muy lindo local que está donde antes estaba Picnic. Lo renovaron un poco de cara pero lo más importante es que trajeron mejor comida. A pesar de que es un lugar tirando a la onda vegan, tiene variedad. Al principio me resistía, pero fuimos a almorzar y me sorprendió para bien. Que tienen? Mucho: hamburguesas de portobello, sushi, ensaladas, woks de calamares, wraps, carne. Para tomar hay ricas aguas saborizadas caseras, jugos naturales. De postre hay tiramisu, postre de chocolate (manjar!super simple), postre de maracuya. También hay para desayunar.
Yo pedí wrap caliente de pollo grillado con queso y tomate, la verdad grande pero liviano. Si bien los precios no son bajos, para ir de vez en cuando a comer rico y sano está bien.
Los salones son grandes, con mesas comunales y al mediodía se llena!