Fierro Hotel

No es lujo, es atención, no es estadía, es experiencia.
Realmente quedarse en el Fierro fue un placer desde el primer hasta el último instante. Desde la comodidad, el tamaño y los amenities que cubren cada detalle.
El lobby del hotel es pequeño pero cómodo, y están siempre atentos para ayudarte.
La habitación es monstruosa, comodísima, con una cama king size infinitamente cómodo, un sillon de 3 cuerpos gigante para que te tires a leer o a trabajar, armando una suerte de livingcito, frente a una nesspreso con varias cápsulas para que te prepares tu café y un frigobar que, adema´s de lo snacks típicos, tenía botellas de espumante. Si te tentás con un vino, en la habitación también tenés tus botellitas.
Amantes de la tecnología: la internet funciona rapidísimo, en la habitación tenés dock para el iPod y si necesitás («necesitás»), si querés stremear desde tu cama algo, podés pedir en recepción un Chromecast.
No me quiero extender mucho pero: 7mo piso con sauna y pileta climatizada, y desayuno en el Uco, que es simplemente superior.
Recomendadísimo.

El lujo de este micro hotel es tremendo. Las habitaciones son más grande que mi depto y tienen TODAS las comodidades que uno puede esperar.
Eramos 6 laburando en equipo entre la cama (para 20) y una mesa y sillón y entrabamos perfecto.
LA atención es super cordial y todo el staff es excelente y amable.
La terraza con pileta es un 10 para la zona, aunque no es gigante. Y el 4 estrellas va porque realmente es muy pequeño el edificio en sí y el hotel no cuenta con área común o lobby para sentarse o hacer algo en equipo.
Tienen un sillón de espera nomas. Por eso fuimos a trabajar a la habitación.
El resto? Un diez.

I was very happy with my stay at Fierro Hotel. Spent two nights there during a business trip to Buenos Aires, where I was able to enjoy a comfy bed and a delicious shower and relax after a long day working.
This hotel is located on the old side of Palermo, so you have a small walk to get to most restaurants and bars, but the neighborhood is safe and flat so you will have a very enjoyable walk for sure. It’s also walking distance to Uruguay metro station and major streets in Buenos Aires.
Stayed in room 24. There was a spacious double bed, a desk with two chairs, a Nespresso machine (with capsules at 25 pesos for sale), an electric kettle, a safe inside the wardrobe, and an amazing shower head. WiFi was decent and worked with the same password all over the building. Everyday they would print the water forecast and leave on the top of the bed, they also brought a water bottle and a few chocolates as a courtesy. Breakfast was included in the room rate and served at UCO restaurant, they have three different options of meals to be chosen from the menu: scrambled eggs, pancakes, fruit plate or a daily special.
Receptionist and concierge services were very kind. Upon arrival they send you a link with a interactive map from the neighborhood and a few suggestions to eat and shop. Most of them speak English and were able to help my colleagues and I whenever we needed it.
I know there is a swimming pool and a sauna on the 7^th floor but I didn’t have the opportunity to visit neither. Would definitely stay here again, and recommend it to other people.
My only issues with Fierro were:
– A lot of noise at night. I could hear people walking, doors closing and random noises from other floors as if they were inside my room.
– There isn’t a working area where my colleagues and I could feel comfortable to do training or meetings. UCO is a private restaurant so not an appropriate place to spend an entire afternoon working. Perhaps having some sort of Business Center or a small living room would solve this issue. One afternoon my colleagues and I spent working from my room, and used the mugs and cups. At night when I came back, I noticed someone came inside the room to leave the chocolate and the forecast, however the mess and dirty dishes were still there.
– My room had some sort of issue with the toilet and I kept hearing water running all day long.

Tanto escuchamos sobre el brunch de este hotel que tuvimos que ir a probarlo.
Reservamos porque pensamos que era necesario, pero no lo era. Lo cual es un plus porque el ambiente es tranquilo.
El brunch esta bueno, pero las porciones no son grandes. Un hombre puede quedarse con algo de hambre.
SOLO nos dieron dos botellitas de agua para tres personas. La tercera nos la cobraron aparte. Mal ahi.
Reciben tarjetas. No es barato, mas de mil $ tres comensales.
No creo volver… aunque me tienta un patiecito atras para los dias de sol…

Excelente! fui en la semana del salmón y realmente los sabores y combinaciones fueron muy buenos. Recomendable!

Fuimos a cenar a su restaurant Uco por referencias de internet y la verdad que fueron ciertas elegimos el menú de 7 pasos y todo fue perfecto !!! La atención del mozo perfecta explicando cada plato, la ambientación del lugar es básica deberían mejorar este punto ya que no concuerda con la cocina de alto nivel que poseen. Muy recomendable !!!

fui a visitar el GENIO Hernán Gipponi (One Table) con mi esposa hace unos meses y wow. Por favor tengan k apoyar este crack de la cocina. Cada plato k probamos fue elite. Es muy pero muy difícil hacer algo tan simple e mostrar su técnico al mismo tiempo pero Hernán lo ha cumplido sin problemas. La cena tuvo carácter y personalidad y me contó su historia. Mil aplausos hermano.

El brunch: ir con la mente abierta porque se sale de lo típico. Es muy completo, nos trajeron jugo de remolacha y banana, tabla de fiambres, trucha ahumada con huevo a 100c. Todo muy muy bien! Excelente atención

Fui por una recomendación del menú en pasos del chef Hernán Gipponi. Fue una degustación en 7 pasos de verano con postre incluido. La ambientación del restaurant es muy amena, hay unas cuantas fotografías colgadas en la pared y la atención es extremadamente buena.
La lengua de vaca, el buñuelo de morcilla y el cordero patagónico fueron los platos que más me gustaron. Me recomendaron el brunch por pasos por lo que pronto volveré.
Hay que reservar para tener lugar.
Aceptan tarjetas de crédito.

(I have dual citizenship, from Argentina and the US, this review is mostly for the tourists).
Hey, we looked up their restaurant website, which said one thing, but when we went there the story was completely different. Firstly, Hernan Gipponi is no more their chef, a fact not visible anywhere. Secondly, you get only a tasting menu, no other options. Their prices are a tad stiff for locals, normal for tourists. The pairing was good, the dishes correct. And that’s the end of this story. Looking for something awesome? keep looking, hard to find in today’s Argentina restaurant scene.

We stayed here in January 2014 and loved it. They were awesome! Get the Jacuzzi room if you can. We barely wanted to leave the hotel. When we did leave the hotel staff was incredibly helpful with sightseeing and entertainment advice. Victoria at the front desk was an angel. The restaurant there was also very good.

Fui el sábado al mediodía a probar los reconocidos brunch que Hernán Gipponi ofrece todos los fines de semana. La oferta es tentadora: uno de los mejores chefs de Argentina, un ambiente cómodo y relajado y un precio casi inmejorable: $ 220 por persona.
El precio incluye todos los pasos del brunch, un jugo de naranja, un shot de verduras y fruta, un agua y un cocktail, que varía todos los fines de semana. A mi me tocó un bloody mary. Ni lo probé porque es un trago que detesto, mala suerte para mi. Gaseosas y vino se pagan aparte.
De la comida voy a destacar el huevo a 63°, servido con una crema de papas y hongos, un salmón blanco increíble, acompañado de cous cous de remolacha y espuma de perejil y el postre: una crema catalana sublime con arándanos y frutillas encima.
La atención es muy esmerada; los mozos tienen conocimiento del menú y ofrecen variantes en caso de que no te guste o no ingieras algunos de los alimentos. Recomendadísimo

I really liked my stay at the Fierro Hotel, for several reasons:
— The staff there is really friendly and help you with anything you may need during your stay;
— My room was very nice and really big (I live in London, where hotel rooms are usually the size of a closet)
— The hotel is located in Palermo Hollywood, which I prefer over Palermo Soho, as it is calmer; there’s a good selection of coffee shops, bars and restaurants nearby and the metro station to downtown is also within walking distance.
— The restaurant is top-​notch and well-​know throughout Buenos Aires and especially their Happy Hour is well-​liked by the trendy Porteños.
What lead me to the Fierro Hotel in the first place is their well-​curated blog about insider tips on Buenos Aires (
). And when I just recently looked at the blog, I saw a guest entry of the tour guide I’d used during my stay: Chance Miller. (Highly recommend him.)
Note: given the the difference between the blue dollar and the official exchange rate, I suggest you bring Dollars into the country and then go to a trusted «cueva» where you can have your money exchanged at a more favourable rate. The hotel concierge will point you to a trusted source…

Fierro es un hotel boutique, pero al margen de las comodidades y servicios que ofrece a sus huéspedes, tiene muchas opciones para quienes no se alojan ahí: la cocina, a cargo de Hernán Gipponi, es realmente muy buena y creativa. Fui hace poco a un almuerzo en día de semana, por trabajo, y cada plato sorprendía. Desde las texturas, temperaturas, colores. Todo está planeado.
Los lunes a la noche organizan One Table, una cena que se comparte en una mesa grande entre las 14 personas que reservaron su lugar para ese día. El menú varía pero consta siempre de 5 platos maridados con sus respectivos vinos (Andrés Rosberg es el sommelier ejecutivo). Gipponi y su equipo sirven en la mesa, directo desde la sartén-​fuente, a la vista y como si estuvieras en casa.
Los domingos organizan un brunch y un viernes hacen un TGIF en uno de los espacios más agradables que tiene este lugar, el jardín. La barra está a cargo de Federico Cuco (de Verne
), las tapas salen de la cocina de HG y hay música en vivo. Es una opción canchera para terminar la semana, en donde la vas a pasar bien segurísimo.

El brunch en HG es reconocido como uno de los mejores de la ciudad, y hace tiempo moría de ganas de probarlo. Finalmente me saqué las ganas y, si bien el veredicto final fue muy bueno, me quedé con la sensación de que está un poquito inflado.
El restaurante del hotel es medio modernoso, decorado ok pero sin mucha personalidad. Se destaca la pared con varias fotos en blanco y negro y unas pocas en color que sobresalen. Al fondo tiene un ventanal con vista a un pequeño jardín que tiene un par de mesas para fumadores.
El brunch consta de varios pasos. Me gusta que podés probar una gran variedad de cosas. Cada paso es pequeño, pero son tantos que al final te quedás con la sensación de que comiste muchísimo.
El menú va cambiando bastante seguido, pero la idea siempre es igual. Arrancás con una pequeña canasta de panes, copa de frutas, vaso de jugo de naranja y shot de jugo y verdura, junto con el primer plato que creo que siempre incluye huevo. La selección de panes tenía un poquito de cada cosa: medialunas deliciosas, unos budincitos ricos, y un par de panes medio pobres con muuuuuy poco de manteca, dulce de leche y dulce de frutas para untar. La copa de frutas y el jugo de naranja estaban ok, pero lo mejor era el shot de remolacha que estaba bien interesante. El huevo 63 grados con ragout de cerdo y papas paille fue de lo mejorcito de todo el brunch.
Después traen una bandejita con tres cosas pequeñas, algo así como una entrada más de almuerzo. Nos tocó tartare de salmón rosado (una especie de tostadita con guacamole y salmón, muy simple pero muy muy rica), una empanadita de bonito muy buena y una papa con chorizo colorado que estaba bien.
Luego vino el plato con pesca del día, que era salmón con una crema de zanahoria (muuuuuuy rica) y otra de berro. Hasta acá venía todo muy bien, después decayó un poco.
El paso siguiente fue ojo de bife en cocción al vacío con puré de nabo y coulis de ciruela. Decepcionante: estaba demasiado cocido y muy grasoso, y el puré era más bien una salsa que no terminaba de acompañar.
El último paso fue un postre de coco y dulce de leche, que estaba bien pero venía con un polvillo demasiado fuerte que te arruinaba un poco el sabor y la textura. Incluía también un cocktail y café (Nespresso).
La atención me pareció un poco demasiado formal, pero igual fue atenta y rápida.
El precio es sin dudas muy bueno: comés de todo y en general bastante bien por $ 200 por persona. No cobran cubierto y está todo incluido. Me parece una buena propuesta para lo que ofrecen y una linda experiencia, pero no lo calificaría como el mejor brunch de Buenos Aires.

Este es una reseña para Brunch en
Hace meses que tuve ganas de probar el brunch del Fierro. Este hotel es conocido por su cocina que tiene a Hernán Gipponi como cara del restaurant. Fui una vez al One Table del mismo y por eso tuve expectaciones bien altas.
Llamamos una hora antes para ver si podíamos conseguir una reserva y la verdad fue fácil. El restaurant en si es un espacio cómodo con fotos del chef y la cocina como decoración. Nos sentamos y nos trajeron el menú de degustación (para los que no saben, no pedís sino que te llevan todo lo que tiene el menú a la mesa) y unos jugos frescos y fruta para empezar.
Poco después empezaron a llegar los platos uno tras otro. Admeás nos llevaron el trago del día — un bloody mary! — estaba bueno pero le faltaba apio y sal para mi gusto. Las medialunas son realmente increíbles, seguramente dentro de los mejores que comí en Buenos Aires. Me encantó el huevo a 60 (50? 65?) grados con puré de zanahoria; me pareció un plato perfecto para brunch. Después nos trajeron un plato con tres de las cosas de la lista — una sorpresa porque por las porciones que concina Gipponi en otras circunstancias (One Table) esto fue bastante chico. Igual tuvo algunas cosas ricas.
Después llegó el pescado del día, un salmón blanco con puré de remolacha y crema de berro. Los gnocchi caseros con crema, queso y panceta estaban buenísimos. El postre de mousse/​aire de banana y vainilla no me llamó mucho la atención pero en general prefiero torta de postre. Durante todo el almuerzo el servicio fue más que atento y simpático.
No sé porque pero esperaba comida con mas toque de brunch. En realidad esto es más almuerzo creativo. Además, hay que pensar bien si está dentro de tu presupuesto (200). Personalmente prefiero el precio/​abundancia del One Table!