Esquina Homero Manzi

Cafetería y espacio de tango emblemático en la ciudad.
Se diferencia bastante en cuánto a las personas que la frecuentan. Principalmente porque de día y tarde es más gente de laburo y locales.
Pasando a turistas por las noches. Esto es porque suele haber presentaciones en vivo de distintos artistas.
Las instalaciones del lugar se encuentran en un estado impecable y los mozos son muy serviciales, algo no común en Buenos Aires.
La carta es la típica de un café bar, y por ser un sitio turístico, los precios tienden a estar inflados. Lo ideal es saber elegir bien.
Tienen menues ejecutivos interesantes en cuanto a precio calidad, pero sólo de lunes a viernes.
El wifi es gratuito, y la experiencia es muy buena en líneas generales.
Claramente es un lugar que le hace bien a Buenos Aires que se preserve y se mantenga. Incluso para el turismo mainstream.

El lugar hermoso, ya todos lo sabemos. Pero que bronca cuando te gastas el bonus de carbohidratos diarios y las medialunas son feas!

La comida bastante sencilla pero rica, en precio teniendo en cuenta el show.
El show de tango estuvo muy bueno, más de lo que esperaba y sin dudas merece una visita tan solo por éste, buen repertorio y técnica.
La atención bastante bien. La única crítica es la ubicación de ciertas mesas y que éstas se encuentren tan cerca unas de otra, es medio incómodo y de a ratos no se puede disfrutar de una vista total del escenario, más si tenes a los mozos haciendo maniobras para deslizarse entre mesa y mesa tratando de no interrumpir.

Únicamente fui una tarde acompañando a mi hermano.
Entras y quedas deslumbrada/​o. El lugar es amplio, techos altos como la estética típica de casas antiguas bonaerenses (en el interior hay muchas iguales, me fascinan)
El lugar es muy luminoso, todos los días hay shows de tango (no vi ninguno).
La atención es muy buena y lo conveniente es tener reservas.
El rango de edades que vi fueron de adultos-​mayores.
Algún día volveré y ampliare mucho más la reseña!

Fui un lunes a la noche. Todos los días hay show pero no me quedé. La comida muy rica, la atención muy buena y el lugar ea divino. Vale la pena ir a conocerlo.

Imperdible, te quita el aliento.
San Juan y Boedo, alma de tango y destino obligado pista los amantes del 2×4.
La Esquina Homero Manzi es un café — restaurant clásico de Buenos Aires. Con una ambientación excepcional y un gran escenario en donde se presentan espectáculos de nivel internacional (les puedo asegurar que valen la pena, quedas en shock, aún si no sos del palo del tango).
La carta no es muy variada, pero tampoco es un detalle que influya, las 5 estrellas se las das apenas entrás).
La atención es muy buena. Dan ganas de volver.
Es perfecto para el turismo receptivo, y están perfectamente preparados para ello (sin venderle el alma al diablo).
Para disfrutar.
Saludos,
I.

Es un restaurant que tiene show de tango todos los días. En este lugar es donde Homero Manzi escribía sus canciones.
El lugar es hermoso! Es muy grande. Incluso tiene 1er piso. Tiene un escenario al que se ve perfecto desde cualquier mesa.
El espectáculo duró unas 2 horas y estuvo excelente. La comida espectacular también! Comimos empanadas como entrada. De plato principal carnes y ravioles. Y de postre capelina de helado americano. Un manjar! A todos nos pareció que fue el mejor helado americano que probamos hasta ahora. Tenía una textura super consistente. Y lo que más nos sorprendió fue que la canastita no estaba blanda por el helado. Cómo la hacen?
Lo super recomiendo este lugar. Es una experiencia inolvidable. Excelente combinación de show + comida.

Lugar tradicional de Boedo, al que concurren más turistas que locales.
El salón es amplio, con muchas mesas, muy bien mantenida la atmosfera de cafetín pero elegante. tienen mesas en un entrepiso arriba que tienen unas mesas con buena visual del escenario.
Los precios no son exorbitantes lo que hace más interesante la visita.

Apenas uno atraviesa la puerta de este restaurante, siente que está en otra época, dentro de un ya de por si mítico barrio, como es el de Boedo. Todo el local está ambientado con fotos y obras de arte que recuerdan tiempos tangueros. El lugar está lleno de turistas extranjeros que quieren conocer un poco nuestra cultura.
Yo fui un viernes a la noche con mi familia para festejar el cumpleaños número 90 de mi abuelo. La verdad que él, fanático del tango, lo disfrutó muchísimo. Mis hermanos y yo, que no somos grandes conocedores de ese género musical, igual la pasamos bien.
El sistema era de cena-​show. Había tres menús de diferente precio con entrada, plato principal, postre y bebida libre con distintas opciones para elegir dentro de cada uno. Predominaban las carnes y pastas. Yo elegí una entrada de fiambres, un bife de chorizo con fritas y un postre helado que era el mismo para todos los menús. Todo estuvo rico pero nada descollaba.
La atención es muy buena. Los mozos están chapados a la antigüa, recuerdan todo sin anotar y te atienden con la mejor onda y paciencia.
El show de tango es entretenido, hay partes de baile, otras de canto y otras combinada. La orquesta toca en vivo y las luces acompañan muy bien. Recomiendo ir temprano a cenar, porque si no te apagan la luz en medio de la comida y es un lío comer iluminado por unas velitas nada más.
Vale la pena ir, si sos fanático del tango, te va a encantar. Y si no, también se disfruta del ambiente y en una de esas te enganchas a algún/​a extranjero/​a para seguir de gira por las milongas de la ciudad.

Homero Manzi fue poeta, guionista, dramaturgo, director cinematográfico y revolucionó el tango, todo esto y mucho más dejando sus raíces porteñas por el arte en nuestra ciudad.
Lugar tradicional donde pasaron grandes poetas del tango y declarado edificio histórico, esta esquina es el reflejo de aquellos tiempos del buen cantar. Hoy en día, recuperado después de mucho tiempo ofrece, además de ser un lugar soñado, restaurant– café, shows de milonga y almuerzos tangueros como ellos lo denominan.
El lugar es exquisito, muy grande con arañas tradicionales de la época, cortinados espesos y un gran escenario donde transcurren los diferentes shows.
Además de todo, cuenta con una Academia de Tango que se tomas clases de folklore y tango y pueden ser privadas o en grupos cerrados.
Es una de esas salidas obligadas para conocer un poco más de nuestras tradiciones, comer como un rey además de ver un espectáculo de alta calidad.

La Esquina Homero Manzi, ubicada en San Juan y Boedo, es un lugar emblemático de la Ciudad de Buenos Aires.
Si sos amante del tango, seguro sabés de que se trata.
Durante el día está lleno de vecinos que van a desayunar, almorzar o tomar un café a la tarde.
Pero por la noche comienza a llegar los turistas y arranca el show. Un show de tango de nivel internacional, que se diferencia de otros espectáculos turísticos por estar un un lugar histórico.
En la carta, sin sorpresas, predomina la carne.
Tienen precios especiales para argentinos. Y si querés sentirte un turista en tu ciudad por un rato, es una excelente alternativa.
Para los turistas amantes del tango, es una visita obligada.

Todo lo que se diga sobre este lugar no será suficiente. Hay que verlo con los propios ojos para creerlo.
Es imposible transmitir lo que se siente cuando uno entra a Homero Manzi, en la esquina de San Juan y Boedo. Un barrio de tangueros que se quedó en el tiempo y es ideal para los que vivieron en aquella época recuerden, y los que vivimos en la actualidad podamos sentir (aunque sea un poquito) lo que era ser porteño en esos años.
Te paras de frente al local y pareciera que la puerta se abre sola, invitándote a pasar. La realidad es que los mozos (vestidos al estilo antigüo: camisa blanca, pantalón negro, tiradores y cintas rojas en los brazos) te abren la puerta con una cordialidad y un carisma al típico ‘estilo de antes’.
Esta cafetería-​restaurant es una experiencia no sólo para el paladar sino también para los ojos. A la interpretación de uno, esto parecería ser lo que en su momento fue una confitería de nivel, a la que sólo iban las personas más pudientes de Buenos Aires.
El piso dominó blanco y negro (antiquísimo), grandes lámparas araña colgando de los techos, sillas de madera con tapizado de estilo terciopelo rojo, ladrillos rústicos en los techos, y una combinación perfecta: madera de acabado fino y detalles dorados. INCREÍBLE.
El café es exquisito. Los mozos –muy orgullosos– no dudan en contar la historia de la Esquina Homero Manzi a aquellos curiosos que preguntan y se deslumbran por todo. No olvidemos que este lugar fue declarado edificio histórico. Es un lugar obligado a turistas y también porteños que todavía no tuvieron el privilegio de atravesar sus puertas.
Homero Manzi es una esquina histórica y tradicional. Es un viaje a través del tiempo y una experiencia que merece ser vivida.