Elena Restaurante

Una experiencia gastronómica memorable. Pude probar el ojo de bife dry aged que es una delicia y estaba en el punto justo. Atención impecable. Los precios son acordes a un restaurante de esta categoría. Un punto a mejorar es la poca variedad de cervezas especiales en la carta. Como amante de la cerveza artesanal me fijo mucho en eso.

Perfecto.
No hay otra palabra para describir a Elena.
Hablando de todo lo que rodea la comida, llame el día anterior para hacer una reserva (recomendado), el lugar es muy lindo, tiene estilo, es a la vez moderno y clásico. Nos tocó al lado una mesa de aproximadamente 20 personas festejando un cumpleaños. Más que para el momento en el que saludaron a quien cumplía a años, no se noto. Buena acústica, todo ordenado y muy buena atención.
Los mozos al nivel. Saben de los platos y realizan recomendaciones. Tienen un sommelier para ayudarte a elegir el vino de acuerdo al plato pedido.
La comida. Todo impecable. El punto de la carne, del pescado. Como estaba condimentado todo. Es para sentarse y que te atiendan. Todo sale como uno lo pide.
Pedimos de entrada las mollejas, muy buenas con papas.
Platos. Solomillo de cerdo y pesca del día (salmón blanco) con ragout de habas y chorizo colorado.
Postres. Sfogliatelle y panqueque con DL ahumado.
Tragos. BloodMoon y BMary PuraSangre.
Ninguna crítica. Creo que hubo una pequeña demora entre la entrada y el plato principal pero no se noto. No es un lugar en el que uno se siente a comer y se vaya, por lo que 5 minutos más no se notan.
El precio… Acorde. Se puede comer por menos, pero no así.

Elena es todo lo que esta bien en el mundo.
Fuí con motivo de una ocasión especial y la verdad que no podía haber elegido un lugar mejor.
La ambientación es preciosa, elegante, cálida, y a la vez moderna y original. Todo siguiendo esa linea de estilo «polo» que caracteriza a este hotel. La atención es ideal.
La comida es excelente (por algo esta en el top de mejores restaurantes de Buenos Aires!).
Las carnes son exquisitas, con cortes perfectos, sin grasa, cocinadas en el punto exacto en el que las pediste. Las pastas son muy buenas también. Yo probé los malfatti de espinaca con trucha cocida ahumada que tenían un sabor único! Ultramegaarchi recomiendo!
Las papas son perfectas también. Bien crocantes y sequitas, ideales!
Los helados son lo máaaas. Super ricos. Probamos uno de limón y menta que estaba espectacular, y otro de chocolate blanco (y algo más que no recuerdo) que también amé.
Hay un montón de gustos artesanales que muero por probar!
Los precios son elevados, aunque tampoco me parecen una locura. Si, bueno, comimos dos platos, una entrada, un postre y dos agua mineral y costó al rededor de 900. Pero para lo que te ofrecen, lo vale. No es para ir seguido, obvio, pero de vez en cuando venir a comer a Elena te alegra el corazón (de gordo).

Impecable
Desde el momento de la recepción en que te acompañan a tu mesa (previamente reservada!, no se te ocurra caer sin reserva)
Si vas con saco nada de ponerlo en la silla, te ayudan a quitártelo y lo llevan al closet.
La cartera al piso NO te acercaran una mesita para apoyar la misma
2 asistentes de mesa son los que en general te atienden, impecables de esos que son tan tan atentos que es imposible no dejar una propina generosa, ellos te recomendarán platos, vinos y si no sabes maridar te ayudarán con eso.
Para tener en cuenta que aunque sea tu cumple no te traen como en otros lugares un mini postre con velita para soplar… Pero bueh es tan bueno todo que pasa a ser un detalle
El lugar es con bajas luces, maderas sillas y sillones. Cocina a la vista.
Aceptan tarjetas y efectivo

Great option for breakfast and dinner. They offer a lovely breakfast buffet display with a wide variety of hot & cold items. For dinner, I ordered the dry aged steak and seafood pot. It was the best steak I had in my life– tender, flavorful & juicy. Other than steak, Argentina is also known for its seafood. The seafood was fresh and portion was large enough for 3 people. Another favorite was the tomato soup made with tomatoes from Mendoza.

Best food, service and selection in BA. I have been living here for 5 years and I can tell you nothing even comes close. Can you say oysters? Yes oysters in BA, need I say more? Do not hesitate and go, I promise you will be making your next reservation while you are there.

Bueno, después de casi un mes de agonizante ausencia (?) me digno a volver a reseñar.
El pasado 18 de enero cumplí dos años y medio de noviazgo, así que decidimos festejarlo en este lugar al que tantas ganas le tenía. Hicimos (bueno, en realidad, mi novio hizo) la reserva con una semana de anticipación para las 20.30. Llegamos unos quince minutos antes, pero había tanto viento que decidimos entrar.
El lugar (restaurante del Four Seasons) es impresionante. Techos altos, decoración hermosa, sillas cómodas (!), luz tenue (tal vez demasiado: había gente iluminando la carta con las linternas de los celulares). Todo en perfecta armonía para consolidar un ambiente íntimo y cálido.
Al entrar, nos recibió una chica muy amable, con una gran sonrisa (?) y nos hizo pasar a nuestra mesa. Enseguida vino quien iba a ser nuestro camarero a presentarse y a darnos la carta. La atención siempre fue muy buena, todos los camareros son jóvenes y muy cordiales, pero no por eso súper formales al nivel de hacerte sentir incómodo. Eso me gustó, porque no estoy habituada a ir a lugares elegantes y no sé cómo comportarme (lo único que sé es que es de mala educación eructar en la mesa (??)), y en ningún momento me sentí fuera de lugar.
Nos trajeron un pan para untarle una manteca especiada que estaba increíble. Si hubiera sido por mí, cenaba eso nada más. Y luego de eso pedimos la entrada y los platos principales. De entrada pedimos las mollejas grilladas (con emulsión de limón, papas rotas, huevo y albahaca). Soy fanática de las mollejas, y la verdad es que no me desilusionaron. El punto justo de cocción, y la guarnición estaba perfecta, de modo que no opacaba la carne. La porción parece chica para dos personas, pero en realidad no lo es, más teniendo en cuenta que después viene un plato principal y un postre: P.
A todo esto, nos ofrecieron la opción de pedir tragos o vino (o ambos) y optamos por los tragos, ya que de lo último no tenemos mucha idea. Yo me pedí un Blood Moon que tenía vodka, jengibre, agua tónica y no recuerdo qué más (?), el cual estaba riquísimo. Mi novio, en cambio se pidió una especie de Bloody Mary (JAJAAJA, principiante) que no pudo terminar.
Llegó la hora de pedir los principales y yo opté por innovar. Siempre que salgo a algún lugar a comer, me pido los ravioles de calabaza (porque en todo lugar de bien tienen ravioles de calabaza). Pero está vez me arriesgué y pedí carne, y más específicamente el cabrito rostizado (perdón, cabrito) que venía con humita cremosa y láminas de zucchini marinado. Estaba tremendo: se deshacía en la boca y los sabores combinaban perfectamente. Por otro lado, mi novio se pidió el solomillo de cerdo con puré de cabutia ahumado, buñuelos de acelga y relish casero. Si bien no me dejó probarlo (motivo por el cual casi lo dejo (?)), tenía muy buena pinta y no paraba de halagar el sabor de los buñuelos. Ambas porciones eran suficientes para dejarle lugar al postre.
Antes de pedir el postre, vino nuestro camarero a dejarnos unas copas de champagne de cortesía para que brindemos por nuestro falso aniversario. Detalle muy común en los restaurantes, pero no por eso menos valorado.
Y bueno, había llegado el momento del postre y teníamos que aprovecharlo al máximo porque quién sabe cuándo vamos a volver. Nos dijeron que las porciones eran para compartir, así que optamos por pedir el Soufflé Vulcano Espresso, que es como un volcán de chocolate. Si bien nos habían dicho que la porción era para dos, yo me lo hubiera comido solita (that’s what she said), porque estaba exquisito. Y para cortar un poco con tanta empalagosidad (?) pedimos una bocha de helado artesanal de americana que AAHH, qué rico, señores, y eso que no soy fan del helado de americana.
En fin, la comida es exquisita, el ambiente muy ameno, la atención impecable y el precio está acorde. Dale, ¿cuántas veces pagaste un montón por comida que no valíà la pena? Estamos tan acostumbrados a que nos embuchen con «alimentos» de mala calidad Y ENCIMA cara, que deberíamos aprovechar estas joyitas. Obviamente, no es para ir todos los días, pero para las próximas ocasiones especiales siempre será mi primera opción.
No pude sacar fotos, preferí disfrutar de la cena y de la compañía.

¿Cual es la nueva costumbre de los argentinos un domingo al mediodía? Comer un rico y suculento brunch, para eso fuimos a Elena, uno de los restaurantes dentro del Four Season.
La primera impresión que me dio fue que es más que un brunch, es un almuerzo con la modalidad tener libre, el lugar cuenta con 5 estaciones donde uno puede servirse la cantidad de veces que uno quiera.
Al sentarse a uno le comentan como es la modalidad y le ofrecen empezar con un espumante, vino blanco o tinto ademas de agua con o sin gas.
Dentro de las estaciones se pueden dividir entre Fiambres (quesos y jamón crudos de distintas variedades) y pescados (ceviche, tiraditos, mariscos).
Una estación de ensaladas para armar o ensaladas ya armados (cous cous, ensalada de variedad de tomates, ravanitos con arandanos, remolacha y moras, etc, etc). Otra estación de carnes y guarniciones (distintos tipos de cortes y carnes, en esta ocación pude probar con la técnica de dryage). Una estación de pastas y por ultimo la estación de dulces (donde uno puede probar los helados de la marca Dolce Morte de la cadena FS).
La comida es MUY buena, tiene una materia prima espectacular y una variedad tremenda, pero no es un brunch tradicional.
El costo es de $ 550 por persona, pero a eso hay que sumarle las bebidas, que los meseros se ocupan de traerte cada vez que se termina una botella, uno no se da cuenta de la cantidad que toma, asique termina sumando unos $ 200 adicionales.
Como recomendación, ir con reserva previa, se puede hacer dentro de la app Restorando.

Esperaba más, creo.
El lugar es perfecto. Se cena casi a oscuras, el ambiente es muy ameno y la atención es muy buena pero no me deslumbró. Creo que venía con expectativas muy altas.
La comida? Nada de otro mundo realmente. Rico, pero la carta es escueta. Hay 4 o 5 platos que son realmente «incomparables» de $ 500 para arriba. Las pastas, el pescado y un corte de carne están alrededor de $ 200+. Todo son guarnición.
Yo me pedí trucha. Respetaron el punto de cocción. Como guarnición pedí espinaca con limón, ajo y hongos (riquísima!) $ 90
La carta de vinos es extensa y tenes la atención del Sommelier todo el tiempo a tu disposición. Como no tomo vino, no presté mucha atención. Si vi que los precios eran elevados.
Me pedí un trago (piletero2). Nada de otro mundo.
Los postres? Pocos. Aunque tienen una carta muy larga de helados de la casa.
La atención fue muy buena, aunque el mozo se olvido de una de las guarniciones y tuvimos que recordárselo.
Lugar ideal para citas.

I visited Buenos Aires for two weeks, and made a point to try as much of the authentic, local cuisine as possible in this time period, and Elena was THE BEST meal I had of my entire trip, and the best steak I have had in my entire life (I had the tenderloin, it was AMAZING!). What I discovered from my stay in this beautiful city is that they don’t tend to use a lot of seasoning or sauces in their food (which isn’t a bad thing, they let the quality of the meat/​food speak for itself), but my American palette is used to food being over-​seasoned and salty. Elena really exceeded expectations, and was not lacking in flavour in any way shape or form.
The restaurant itself is in the Four Seasons hotel, the décor is very chic and romantic. The servers were very knowledgeable and helpful as far as recommendations. Everything we tried here — from the appetizers, entrees, and sides– were fantastic. The tenderloin was super tender and cooked medium-​rare to perfection, just as requested. I recommend making a stop here if you are visiting Buenos Aires, and Pony Bar next door is a great place for a drink!

Este lugar lo es todo.
La comida es de otra categoria. La atencion es impecable.
Es caro, lo se, pero es el lujo que te tenes que dar cuando podes.
Yo fui en un evento del trabajo, lamentablemente no pude pedir de la carta porque los platos ya estaban pedidos y todo armado.
La primer picada lo fue todo, un poco de queso brie, jamon serrano di parma, parmesano, pan casero, frutos secos y un pedacito de miel de panal traido de Tandil.
Algo a tener en cuenta Elena trabaja solo con productos nacionales. Por lo tanto si no ves salmon en la carta es porque la trucha es de este pais.
Si podes ir algun dia a darte el lujo anda, sera esa experiencia unica

Elena Restaurant is easily the best restaurant I ate at while in Buenos Aires. I recommend getting a reservation as it can get very busy some nights.
The service is so-​so– as an American, it’s a much slower style. There is a sommelier there to help with wine selections. My server was fluent in multiple languages which made ordering much easier. Ask for an English menu if you need it!
Onto the food. By far the best item on the menu is the dry aged steak. If you are ordering steak, you are a FOOL if you don’t get the dry aged. Heed my word, fellow Unilocalers, or live in forever regret. My coworkers had like 5 steaks a piece while in Argentina, and the dry aged steak at the Elena Restaurant was their top pick. ¾ of my coworkers said it was the best steak they’ve ever had in their LIFE. Boom.
For dessert– definitely get the vanilla gelato which takes like a whipped vanilla cloud of magic. It comes with one other flavor– choose wisely. Save room, it’s worth it!

Inmensamente feliz salí de acá.
Una de mis mejores experiencias en cuanto a servicio, comida, trato. Impecable todo. Lo que si, rodeada de turistas, preparate para eso. Los camareros hablando perfecto el idioma inglés.
Te reciben de la mejor manera y te atienden como si fueses de la casa. Te acompañan a la mesa. Se presentan, lo mismo el sommelier.
Cuando llegamos nos trajeron un pan casero calentito con salsa de manteca y varias cosas mas.
De entrada: TABLA HELENA
Plato principal: fideos con salsa de quesos y bróccoli. Plato excelentisimo y recomentable. No sabía que pedir asi que el mozo me recomendó y la pegó muy bien
Postre: helado casero y original. Diez puntos, mezcla de sabores excelente.
Precios elevados pero acorde al lugar y la excelente atención.

Estuvimos el sábado en la noche, el lugar es lindo y acogedor, aunque esté en uno de los hoteles más concurridos y haya demasiado ruido al rededor (de los salones del hotel y del insufrible Pony Line).
La atención y la comida fueron de diez, a pesar de la hora y lo lleno que estaba. El chivito es por lejos de los platos argentinos mas ricos que he probado. Por la hora, ya no tenían carne dry age, sí que pedimos el bife de chorizo de angus y de entrada, la tabla Elena, que esta increíble, salvo por un detalle, yo amante del pan, no amé el brioche tostado que venía con la tabla, o es brioche o es tostada, pero la gracia del brioche es que sea esponjoso y tierno.
De postre pedimos una degustación de tortas clásicas con helados de Dolce Morte: chocotorta, torta sacher y key lime pie, cada una mas rica que la anterior. Buena carta de vinos y buena variedad de vinos por copa.
La atención fue excelente. Aunque teníamos reserva, tuvimos que esperar un rato por la mesa y en el ínterin, nos invitaron una copa de champaña (o chámpan, pero por el amor de Dios, no digan «champein»). En conclusión, aunque es un lugar caro, lo vale. La comida es deliciosa, la atención esmerada y el lugar lindo.
¿Por que no le doy la quinta estrella? … Hay un desfile de personajes desagradables pululando al rededor (baño, lobby y claramente, Pony Line), lo había leído en alguna reseña Unilocal,pero no pensé que fuera tanto, mucho mal gusto, exitismo y ganas de notoriedad social. No es que esté en contra, pero es molesto que estén todos concentrados en el mismo lugar, le resta mucho a la buena onda del restaurante

Hay CUATRO razones para ir a este restaurante, ubicado en el Hotel Four Seasons en pleno centro de Buenos Aires.
La primera, quizás la más obvia, la comida. Buena calidad en general, probar los fiambres y no debe dejarse pasar la opción del T Bone, la vedette del lugar.
La segunda, los tragos. Elena cuenta con una de las barras más reconocidas de la ciudad. El «Piletero» es el trago del lugar pero yo personalmente me inclinaría por otro.
La tercera, está pegado a Pony Line. Es un buen lugar para after, ya sea para ir antes o después de comer (o ir directamente ahí!)
La cuarta, el desayuno. En Elena no sólo se puede comer, también desayunar. No es nada barato pero si se puede dar el lujo es una buena opción.

Lugar muy lindo ubicado en el hotel Four Seasons, donde una de las cosas que más me llamó la atención es que lograron armar un espacio donde parece que no estás en un hotel.
Servicio de excelente calidad y comida muy rica y cero pretensiosa.
Empezamos con Fuet, Prosciutto, Brie, Peppered Cacciocavalo (tabla felix). Probé la burrata, los calamares, ensalada, carne y pollo, helado y panqueque de dulce de leche y todo estaba perfecto.
Obviamente no es barato y, salvo que tu billetera lo permita, no es para todos los días.

UPDATE:
De entrada: Paté con mermelada de hongos y manzana –nos sentimos en Master Chef jaja– y uno de los pancitos más ricos que probé.
De principales: Trucha en el punto exacto con cremoso de papa ahumado (o AKA, el mejor puré de la galaxia) y Ojo de bife kobe con papa Elena (papa rellena con parmesano y panceta).
Como siempre, la atención y ambiente fueron inmejorables y hasta nos regalaron una mini tortita para festejar. Cinco estrellitas en la frente para Elena.

Ame este lugar! La atención excelente los platos exquisitos y de gran calidad!
En primer lugar pasamos por pony line donde pedimos una tabla de quesos, que luego consumimos helena. Los fiambres de buena calidad y lo que mas me gusto fue poder combinar el queso brie con miel de panal de abejas!
Luego de principal Pedimos un bife de búfalo añejado, papas fritas y casserecci de trufas, quesos y brocoli. Sumamente delicioso y abundante, con productos de primera.
Luego de postre pedimos helado dulce morte que realmente son los mejores helados que probé en mi caso pedí un chocolate con salsa toffee y roboois de África que era una exquisitez! Y pedí limón con gengibre que también era muy rico y ácido pero no excesiv, sino en la medida justa.
Luego para terminar pedimos un té digestivo, y me encanto la tetera de porcelana y la masita de manzana.
La verdad me sentí muy a gusto! El ambiente es muy cuidado!
En cuanto a los precios, los platos son de calidad y abundantes así que son precios medios altos pero razonables, lo mismo que te sale por ejemplo ir a comer a un restaurant como la parolaccia o la cabrera.
Dato el brunch de los domingos me dijeron que es genial! Hay que reservar durante la semana y sale $ 650 por persona pero es todo libre de 12 a 15.30

This IS really as good as it gets! Both Elena and Pony Line bar are two places that any foodie must visit. In short, the steak… you can cut with a fork (that tender!). They actually serve fibrous vegetables (like chard!) which was a refreshing option to see, as dark green veges like spinach, kale, chard are not common at Argentinian restaurants. The wine and cocktail possibilities are endless. The service was seamless, I think I had three attentive and knowledgeable waiters/​waitresses which included a sommelier. Just overall amazing food, presentation, attention to details, friendly and thoughtful (I traveled solo and the Host offered me two luxury magazines and daily newspaper to read — I left feeling so informed!). You get what you pay for here (per person about $ 80 USD) and I am SO glad I stopped in. Reservations are a must! Walk-​ins are easier at the Pony Line.
Gonzalo, the bartender at Pony Line gets extra kudos/​thumbs up for the cocktail he made for me – which was a winner in a previous cocktail competition. It was incredible — a mix of Flor de Cana, grapefruit/​pomelo maybe, Sapphire Gin, Fernet, and citrus essence. It was perfectly balanced, unique and refreshing — thank you Four Seasons for adding to my robust experience in Buenos Aires.

Con el corazón y la panza digo «Me encanta Elena!», pero mi cabeza me dice que le di demasiadas estrellitas.
El lugar es divino: está ambientado super super acogedor, no es ruidoso, las mesas (en su mayoría) no están pegadas. Es un gran lugar para estar.
Te atienden muy bien: los mozos son re atentos y se conocen bien el menú, e incluso hay un sommelier que se te acerca a la mesa para ayudarte con la elección del vino.
La comida es riquísima: la carta es bastante reducida, pero hay mínimo una opción para cada gusto. Los acompañamientos son una injusticia, no sabés cuál elegir. El puré de papas es de otro mundo, y el soufflé de queso con trufas es amor puffy. De postre siempre comí volcán de chocolate, y no me arrepiento!
Ahora, ¿cuál es el problema entonces? Si bien es un lugar donde sabés que vas a gastar bastante, y pagás más que solo la comida… me parece un poco exagerado. Las botellas de vino no bajan de $ 600. El mismo vino que en otros restaurantes sale $ 200.
De hecho, la comida tiene precios razonables para un lugar así. Pero el vino y los postres se van para arriba.
Y además, la realidad es que salís y es un hotel. y eso a mí me resta un poquito. Salís al lobby noventoso del Four Seasons, y ahí nomás tenés a toda la gente de Pony Line (el bar del hotel) que es un poco botinera high class + sugar daddy.
Pensándolo con la cabeza fría, yo particularmente creo no vale la pena gastar $ 885 en una cena para dos en Elena (sin vino, con tragos). Lo pagaría en otro lado si me dan una experiencia genial! Pero me pareció un poco mucho.
Cuando fui con 5 amigas, tomamos vino, y compartimos entrada y postres me pareció re bien. Fueron algo así como $ 250 por cabeza. Quizás es más para hacer algo así.

This was probably the best meal I had on a 10-​day trip to Argentina (and far from the cheapest — more like USA prices rather than Argentine Peso). The «Argentinean Kobe» with chimichurri however might be one of the finest cuts of beef I have ever had in my life — a definite must for any cattle lover’s bucket list — cut like warm butter, and perfectly grilled and charred. The sommelier also introduced us to a wonderful boutique malbec — very, very good. So good in fact that evening I chased down and ordered a couple of bottles for pickup back in the USA. Excellent service across the board.

T-​Bone Dry Age acompañado de Cuarto Dominio Malbec Cosecha 2012, el Auge Gastronómico!

Fuimos para nuestro aniversario y todo resultó impecable. La ambientación, la atención de los mozos y ni hablar de los platos. Excelente el Soufflé de queso, la charcutería casera, la parrillada de mariscos, los postres. Una experiencia fantástica que sin dudas repetiremos muy pronto.
La única crítica es que recargan demasiado el precio de los vinos y eso te lleva a pedir un vino inferior al que una experiencia como Elena se merece.

I kind of hated this place.
The shrimp appetizer was fine but then the seafood paella was gross and came with a strange, overpowering orange sauce that lingered in my mouth for hours.
The ambiance was cute but there are so many better places in Buenos Aires I’m kind of upset I ended up here– don’t make the same mistake.

Fuimos a comer el brunch del domingo.
El hotel precioso, el restaurante igual, todo muy prolijo. La comida, honestamente, maravillosa, pero no es brunch, es lisa y llanamente un almuerzo buffet de muy alta categoría.
Todo lo que comí salado me gustó, los fiambres, la pata de cordero increíble, repetí 3 veces, la trucha exquisita.
Ahora bien, los postres no me convencieron para nada, el helado malísimo, las tortas te servían porciones enormes y los tés o café para acompañar muy limitados, básicamente tres opciones de cada uno.
Después, la tetera vino toda manchada, varios pares de cubiertos igual y por momentos el servicio era muy lento y se te acumulaban los platos en la mesa. Estas últimas cosas honestamente son imperdonables si estás pagando $ 1300 un almuerzo.
No sé si volvería pero valió la experiencia.

Tuve oportunidad de ir y saborear un menú degustación. Todo, absolutamente todo, estaba buenísimo. Realmente, de otra categoría en comparación con los restaurantes «carusos» de Buenos Aires. Por sus precios, no es para cualquier fin de semana, pero puede valer para un ocasión especial así como para recomendar a algún extranjero que busque un lugar de categoría en la ciudad. Vas a quedar bien recomendándolo.
El lugar es el punto más débil (no está mal, pero no tiene nada destacable, típico de hotel), pero la onda es comer, así que todo bien.

Elena, uno de los restaurantes del hotel Four Seasons, abrió hace poco mas de un año y todas las notas, posts y comentarios positivos que lean son merecidos.
La Tabla Félix es genial. Fiambres y quesos variados, pero lo que me volvió loco fue el jamón crudo ahumado.
Una de las especialidades es la carne dry aged: se la deja madurar en seco para concentrar mas el sabor. Y el T-​Bone –que viene para compartir– es delicioso: recontra tierno y muy sabroso. El puré ahumado es muy rico también pero como también soy Sommelier de papas fritas (!), me atrevo a exigirle mas a esta guarnición.
Soy tomador social de helados, no es mi postre preferido. Pero estaban muy buenos, principalmente el de Pistachos y el rarísimo Queso de cabra y dátiles.
Seguramente sea uno de los mejores restaurantes de la ciudad y cada uno de los cientos de pesos que cuesta cada plato lo vale. El lindo ambiente y la excelente atención completan la gran experiencia que es comer en Elena.