El Bochin

Barrio papaa! Aca se respira barrio!
Nada de bolas de lomo rebozadas ni colchon de verdes!
Medio escondido al lado de una comisaria esta el bochin. Un club de barrio con un salón interno y un patio atrás. Se llenan! Ruidoso adentro! afuera corre lindo aire en verano!
No podes fallar con las minutas, tortillas o cualquier cosa de la parrilla. si te queda espacio (las porciones son enooormes!) podes pedirte un flan mixto o con dulce de leche! Comida simple y bien hecha! sin que te rompan la billetera!
OJO! no aceptan tarjetas… medio garron pero bue… el tike en un papelito dibujado… ¯\_(ツ)_/¯
Ideal ir con amigos en grupo, con tu pareja si ya esta establecida… Muy buen opcion para comer rico y barato! Vuelvo seguro en algun momento!

Unos amigos se jactaban de que acá se comían los mejores chinchulines de la ciudad. No están muy lejos de la verdad.
El Bochin Club es un club de barrio lejos de lugares sofisticados y a la moda. Acá te sentás y comés, charlas, tomás y comés. Podés ir con amigos, con tu novia, con tu mujer, con tus hijos, con la abuela con quien quieras. La comida tampoco es sofisticada, todo bien casera y para que no te quedes con hambre. El patio en esas noches de verano no tiene precio.
Nota: una vez nos quisieron cobrar un chorizo $ 340. Fue un error. Los precios están muy bien.

Fui a este lugar con una amiga a la que le encanta y entiendo perfectamente por qué, ya que la comida es riquísima.
Es el restaurant de un club de barrio con una carta de comida clásica: parrilla y minutas. Los platos son abundantes y exquisitos. Recomiendo las milanesas y la tortilla de papa.
De postre tienen un budín de pan exquisito, así que si te quedás con ganas no dudes en pedirlo.
El salón es un poco ruidoso, pero si está lindo podés ir al patio (que no siempre está abierto).
La desventaja es que no aceptan tarjeta, pero los precios son accesibles. Ideal para ir en familia o con amigos.

Club de barrio, se llena bastante. La comida es bien sencilla, es lo que uno comería en casa pero bien abundante y a precios accesibles. Casi todos los platos son para compartir y, si sobra, le pedis al mozo que te arme el paquetito. Voy muy seguido y la tortilla a la española es una constante para mí. Ideal ir a almorzar al patio un día de calorcito. Lo único malo, no aceptan tarjetas.

El Bochin es el típico club barrial que uno puede encontrar perdido por ahí. La comida que va de minutas, algunas pastas y platos no muy elaborados es realmente muy buena y los precios se ajustan al caracter del lugar.
Por las noches uno puedo comer parrilla, que si bien las porciones no son muy abundantes, la calidad es realmente buena. La morcilla es espectacular y las porciones de papas fritas muy ricas y abundantes. Lugar ideal para acompañar todo con un vino y una soda.
El flan y los panqueques no se pueden dejar pasar por alto.

Tres comensales apurados nos fuimos muy satisfechos habiendo pedido dos milanesas (muy bien la napolitana, no me gusta a caballo y no probé). Necesito volver pronto para probar algún postre y un plato distinto, aunque más me cautiva enganchar un partido de pelota paleta mientras almuerzo.

Típico restaurant de club de barrio. Excelente comida y buen trato. El patio en verano es un oasis en medio de la ciudad. Recomiendo las milanesas y supremas!

El Bochin es un restaurante dentro de un club social chiquito con una cancha de paleta, un gimnasio donde hacen tiro al arco y una salita donde proyectan cine arte y dan cursos de historia del cine. Sí, posta.
Volviendo al restaurante, es un lugar para comer minutas y parrilla, porciones abundantes y precios más que razonables.
Te digo lo que no falla: chori, bife de lomo, papas fritas, tortilla de papas y española (babé), milanesa de pollo napolitana.
OJO! NO TIENEN TARJETAS!
La mejor experiencia te la llevás si está abierto el patio de atrás, porque el salón es chico y tiene una acústica horrible, se llena y es un bochinche absoluto. Pero medio que es cuestión de suerte, a veces vas convencido de que el clima está perfecto para el patio y resulta que no lo abrieron.
En fin, si andás por la zona y querés comer algo simple, rico y barato. Andá con efectivo y sin grandes pretensiones y vas a salir contento.

Club de barrio. La milanesa napolitana más porteña. Hasta te dan ganas de pedir vino con soda. El flan mixto solo para valientes.

El bochín es un restaurante de club que no tiene ninguna pretensión especial. Dicho esto, El bochín te puede salvar la vida. Ya te explico por qué.
Ubicado en Julián Alvarez y Güemes este restaurante que es más bien feo por dentro tiene una terraza que resulta maravillosa en primavera y verano (y por qué no en otoño). Cerca de una cancha de pelota paleta, esta terraza bastante grande tiene espacio, para al menos, quince mesas. En el medio, un árbol hermoso preside el lugar. Así que si querés sorprender a alguien con algo desconocido, movete al bochín. La entrada es a un club, y unos metros después se encuentra el salón comedor, bastante feo, luego y cuando ya no quedan esperanzas aparece el patio simple pero hermoso: ahí sorprendiste y ganaste.
Todas las noches en el bochín hay parrilla –ojo porque al mediodía no hay nada de eso– y es bastante decente. El resto de los platos en el bochín son de cantina, nada muy elaborado pero todo muy bien hecho. Sin embargo, las milanesas napolitanas del bochín, tanto de pollo como de carne son EXCELENTES y muy abundantes, si vas solo te va a quedar grande; si vas de a dos te pedís una y pedís algo más. Negocio redondo.
El bochín es un dato a tener en cuenta: precioso patio, poderosas milanesas y un precio más que modesto (eso sí, sin tarjetas).

Para comer casi a diario comúnmente uno busca comodidad y calidad. Y no olvidar los precios, un detalle no menor a tener en cuenta hoy en día.
Por acá arrancamos. Los domingos generalmente son días mas ligeros, y yo soy una de esas personas que lo usan para dormir toda la mañana. Mediodía, y la pregunta de siempre. Desayuno? Almuerzo? Qué hago?. Tampoco quiero ir lejos.
¡GENIAL! A diez pasos del edificio hay un restaurant.
Quién sabría que adentro de un club deportivo hay un restaurant? Nadie. O por lo menos, es un lugar que filtra conocidos y ‘me lo recomendaron’.
«El Bochin» es un restaurant-​club de barrio. Acá no hace falta vestirse ni desplegar grandes montos de dinero a la hora de la cuenta. Sólo hace falta ponerle onda. Eso es lo que abunda en este lugar.
Claro está que al ser un lugar de estas características no falta el típico mozo conocido o la gente habitué. Si el clima acompaña, un gran patio con mesas te invita a comer al aire libre. La comida ni hablar. Porciones abundantes y comidas caseras. Suficientemente abundantes como para compartir, o sino llevar. Los precios? Fiel a su estilo, de barrio.
Ahora ni dudo, al momento de no querer pensar qué comer, bajo, elijo la mesa de siempre, ¡Hasta tengo conocidos! Precios económicos y un ambiente en el que uno se siente cómodo.

Un club-​restaurante de paredes naranjas chillonas. En este salón el tiempo se detuvo en los ochenta. La única excepción a esta regla es un plasma que desde una de las esquinas se sintoniza en cuanto partido de fútbol se transmite. Pero esto no es para nada malo.
La cocina es básica, consistente y abundante. La parrillada domina los pedidos en las mesas muy próximas entre sí, donde un público de todas las edades espera sus platos. Milanesas, ñoquis, bife de chorizo, el desfile que llevan los mozos te tienta mientras esperás tu orden. Una espera que puede ser un poco larga si hay mucha gente.
La variedad de vinos no es buena. Pero no es de extrañar en un lugar de estas características. Mejor acompañar todo con gaseosa o una cerveza. Por último, si la temperatura del día es elevada hay un gran patio muy fresco en la parte de atrás.
Recomendadísimo para gente sencilla y poco pretenciosa, que gusta de comer bien.