Llegué a Mirta gracias a una amiga, que conste en actas que la llamé en medio de una crisis porque ‘me descubrí una arruga’ y me dio un turno para que vaya a ver que tan grave era la situación que me tenía tan mal. Me abrió la puerta una mujer a la que yo le calculaba unos 50 y largos pero no, tiene 70… Lo cual ya habla bien de su arte. Me sacó el maquillaje y arrancamos. Me hizo una limpieza de cutis excelente por doscientos pesos,(¡Re barato!), un tratamiento con ácido mandalico y un par de cosas más. Se tomo el trabajo de explicarme que era y para que servía cada cosa que hacia y aplicaba. Una mano super suave y delicada, un ambiente muy agrdable, música relajante. Trabaja con productos Lidherma que se pueden comprar ahi, a mi me han resultado maravillosos y no son nada caros. La verdad me fui fascinada con el trabajo y profesionalismo de Mirta y, resultó que mi arruga no era arruga… Era una línea de expresión.