Cataldo

Si bien uno no lo podría juzgar por el número de reseñas y la valoración de las mismas, Cataldo es medio como un «secreto». Según a quien le pregunten está ahí de siempre, en el barrio de Caballito en una calle perdida o es parte de un «nuevo polo gastronómico» que se está armando en la zona.
Lo cierto es que este italianísimo resto hace rato que está ahí, con bajo perfil, apoyándose en la calidad de la comida y la cordialidad de la atención. El resto es excelente boca en boca basado en eso.
A Cataldo se va a comer pastas, las que están en la carta o las que son recomendadas por el dueño y anfitrión del lugar, que no solo es muy bueno en eso de hacer que uno se sienta como en casa, sino que también sabe bocha de la comida que sirve, que combina con qué y que vinito estaría bueno regarlo con. Sigan los consejos, no se van a arrepentir.
El local en si tiene la estructura ‘casa vieja medio venida a menos’, pero es perfectamente funcional. Hay un patio adentro con potencial pero que le faltaría un toque, y si tienen ganas de sentarse en la calle, está bueno (sepan que pasan un par de líneas de colectivos que giran sobre JB Alberdi, por lo que se puede poner un poco ruidoso). Nos cuentan que además están re pensando la configuración sobre la vereda con unos bancos y otras cosas que lo podrían hacer muy lindo.
A tener en cuenta: por cuestiones económicas y de trafico de gente más que nada, actualmente abre solamente viernes y sábados y ocasionalmente los domingos. Infórmense antes de ir. Y si, lamentablemente es un establecimiento cash only.

Un gran hallazgo, no veo la hora de volver.
Cataldo es un lugar pequeño con el corazón enorme. Desde el momento en que llegás, sentís que hiciste bien en elegir una opción nueva y alejada de todos los circuitos gastronómicos de la ciudad.
Decidimos ubicarnos en una mesita de la vereda, era una noche ideal para eso. A los pocos minutos vino el dueño a presentarse y darnos la bienvenida. (Un ser encantador, conocedor de su oficio).
En su justa medida, sin ser invasivo, como inmersos en una conversación muy interesante, nuestro anfitrión nos ayudó a recorrer el menú y los platos sugeridos:
Cataldo se especializa en Cocina Tradicional Italiana pero con rellenos no tradicionales. Las combinaciones son HERMOSAS.
El tipo conoce sus sabores y no titubea en aconsejarte si siente que tu elección quedaría mejor con otro acompañamiento (ES IMPORTANTE HACERLE CASO!).
Ya casi en confianza y advirtiendo que estábamos en frente de un entusiasta más que idóneo en el arte de combinar sabores, aceptamos una sugerencia de vino. (Nos trajo una maravilla!).
La comida: manjares. Pedí la especialidad de la casa Raviolones rellenos de cordero) en salsa fileto y albahacas.
La atención fue muy atenta durante toda la noche, se retiraban a prudencial distancia para dar privacidad, pero de alguna manera siempre estuvieron pendientes de que no nos faltara nada. (Aspectos que deberían funcionar en todos lados, pero que por desgracia uno los vive cono si fueran amenities).
Y lo que más me llamó la atención, el precio. Hoy por hoy, siento que perdí las referencias en precios. Cominos en un lugar hermoso, bien atendidos, buena comida, excelente vino, cómodos y el monto abonado fue similar al que se gasta en esas hamburgueserías chotas que tanto les gustan.
Para recomendar y volver.
Es Cash only, y creo que es la única contra que tiene. (Por eso cuatro y no cinco).
Ideal para cena romántica. Anotá!
Saludos,
I.

Pequeño ambiente sencillo y romántico de comida casera italiana. La especialidad son las pastas rellenas, de cordero, de hongos, de bondiola. El dueño super amable te detalla los platos y te cuenta que Cataldo era el nombre de su abuelo italiano. Un par de detalles a mejorar: Es sólo efectivo, y la música era de radio FM, yo pondría Jazz o algo alusivo.

Hermoso lugar. Cálido y silencioso. El
Dueño un groso!!! Buena atención y rica comida. Sólo efectivo.

Cataldo es un excelente lugar para ir en pareja, la luz tenue, el ambiente tranquilo y con música a un volumen que permite la charla, resulta ideal.
La comida es muy rica. Los ravioles de cordero patagonico son riquísimos. En cuanto a postres recomiendo el volcán de chocolate.
La atención del dueño es excelente.
Es un lugar para volver y recomendar.

Un poco alejado de las zonas gastronómicas fuertes de Caballito, Cataldo es un gran secreto del barrio.
La carta corta ofrece principalmente platos italianos simples pero con una vuelta de tuerca interesante. La suelen ir actualizando, recuerdo con mucho cariño unos ravioles de cordero que probé hace un tiempo.
Uno de los clásicos que no fallan son los fussiles de hierbas al fierrito con curry y de postre amo la crème bruleé de limón.
Los platos no son abundantes, tenés que hacer como mínimo dos pasos.
En este momento están ofreciendo un ciclo de «Jueves de olla» en los que ofrecen platos tradicionales que recuerda a los sabores de la infancia.
Luz tenue, ambiente medio romántico ideal para parejas. Suele estar el dueño atento a todos los detalles y el servicio es bueno.
La única contra es que aceptan solo efectivo.