Castro Grill

Mis experiencias wn Castro Grill siempre fueron buenas, para los del barrio es un lugar cerca en donde podes desayunar, almorzar, merendar, tomar tragos y cenar. Tiene una hermosa terraza ideal para el verano y para ir a tomar algun que otro trago o batido del lugar y para un finde de mucho calor cenar alla arriba. En cuanto a precios no es algo muy caro podes llegar a gastar una cena 200 por cabeza con postre para compartir. Los desayunos y meriendas tienen gran variedad de cosas y es lo mas barato de la carta.
Te atienden bien y rapido hay variedad de muchos platos, picadas, pescados, pinchos, carnes, minutas y muchas cosas se pueden compartir. Tienen servicio de mesa que cuenta con los pancitos con manteca y queso y bueno las bebidas que estan dentro de lo que es el precio normal del restaurante o como ya dije podes pedirte un trago segun lo que comas.
Recomendable para ir varias veces. Eso si los finde deben estar no mas de 9 15 porque ya se empieza a llenar.

La gentileza de los mozos es destacable. La comida excelente y sin demora. Hemos venido varias veces ya que somos del barrio y probado distintos platos como risotto, pastas, carnes, todo excelente siempre. Si es un poco más caro que otros lugares de la zona pero por la calidad de la comida y la atención recibida es digno de ser visitado

Primera experiencia gastronómica en este lado de al ciudad, fuera del circuito palermitano me aventure a estos pagos, Emilio Castro a metros de general paz 2 cuadras de varios restós. Nos decidimos por Castro Grill ya que una de las comensales es vegetariana y creímos que aquí podíamos encontrar algo para todas, y fue así… Llegamos temprano y en el lugar había poca gente aun. Nos toco un mozo súper súper copado de los que te sugieren que vino va con lo que comes si no tenes muy claro el tema… Como leí en una reseña anterior la panera deja que desear y si… es lo único criticable, los grisines estaban húmedos, pero como digo, lo único único a criticar. Respecto a la comida en si… me gusto la carta que tenía cosas poco convencionales y que me resultaban interesantes para probar, me decidí por unos ravioles de salmón rosado con salsa de camarones y bueno una delicia, exquisitos y abundantes, deje casi la mitad del plato (porque no daba mas…) y directamente me llevaron a envolver lo que quedo, luego de mucha charla nos atrevimos al postre y también delicioso y súper abundante, pedimos uno para compartir y se podría haber compartido entre 3 ya que quedo y bastante… Por lo que comimos, y bebimos la verdad que pagamos un precio económico para lo que el otro lugar hubiésemos pagado. Volveré sin dudar a Castro grill

Se come bien, la mercadería es buena, están desde el 2013, no mucho, pero ya tienen sus clientes habitués, la gente vuelve porque es una buena opción para comer platos elaborados por la zona.
Las pastas son caseras, los ravioles de calabaza, de lomo o de salmón gratinados son abundantes como así también los gnoquis soufflé de espinaca y muy ricos.
Otras opciones de la carta son las rabas, lomo a la pimienta, langostinos, pollo al limón, picadas, pizzas, menú infantil.
La atención dentro del salón es más rápida que la de afuera en el deck o en la terraza.
Postres: la chocotorta, el tiramisú, riquísimos!
En resumen, es un lugar a precios normales, con variedad de opciones en la carta, IDEAL PARA IR EN FAMILIA.
Algo negativo: la panera deja mucho que desear, parece pan viejo, goma, prefiero que me den tostaditas o grisines antes que ese pan, es un punto a mejorar ya que el cubierto te lo cobran bastante caro como para que la panera sea así. Y otro pulgar abajo es una tela de araña notoria en una esquina del techo, no da, plumero x favor.

Este restaurante es relativamente nuevo, una empresa familiar que ya tiene experiencia en el rubro. Por estar dedicado más que nada a la gente del barrio (uno puede leer su manifiesto apenas abre el menú) y porque se notan las buenas intenciones de hacer un restaurante con un mejor nivel, es que se les perdona que a veces tarden en atender o en traer los pedidos.
Fuimos con mi papá y mi hermana y tuvimos que anotarnos porque había mucha gente, habían abierto hace poco y era toda una novedad. El lugar es muy lindo, situado en una esquina casi «histórica» del barrio porque alí atendía el Dr. Bender, un conocido obstetra.
Los precios son algo más elevados que los que se ofrecen en la zona, yo probé el pollo con crema de limón y mi papá el ojo de bife con papas rústicas. Estuvieron muy bien, los platos son abundantes.
¡Prueben el postre tiramisú y la copa Baileys!